sábado, 31 de enero de 2009

INVESTIGACIÓN SISTÉMICA - JULIÁN NARANJO - (2002)-

Principal
POSIBILIDAD DE UNA METODOLOGIA PARTICIPATIVA CRITICA EN EL ENFOQUE SISTEMICO CLINICO DE LA PSICOLOGIA


Julián Naranjo.
Estudiante de psicología de la Universidad Nacional de Colombia.

Indice

Introducción
Metodologías en la clínica sistémica
Metodologías de investigación y su relación con las metodologías clínicas sistémicas
Algunas limitaciones de los métodos meramente interpretativos
Posibilidad de un giro epistemológico en el enfoque sistémico
Implicaciones en la práctica clínica
Bibliografía
Introducción


Antes de iniciar en forma con este ensayo, quisiera señalar que el tema indicado en su correspondiente título, y que voy a tratar enseguida, puede parecer un tanto atrevido y ambicioso. Soy consciente de que una elaboración satisfactoria sobre este tema debe ser el objetivo de una monografía a muy largo plazo. No obstante he decidido confiar una vez más en las tentativas que se pueden ofrecer en un ensayo, ya que, por la brevedad que se hace necesaria, este ensayo proporciona más bien ciertas intuiciones o premisas de respuesta, más que una respuesta exhaustiva y detallada, ante el tema que compete al titulo del ensayo.

El presente trabajo no pretende ser una elaboración culminada y se encamina, sobre todo, a argumentar la necesidad de adoptar las imprescindibles innovaciones que aporta el pensamiento de Habermas a la hora de pensar en una metodología participativa.

En este sentido, el ensayo se encamina por el mismo sendero del ensayo de Peter Parck titulado: "Que es la IAP, perspectivas teóricas y epistemológicas", y en especial, por el mismo rumbo al realizado por Stephen Kemmis y que se titula "Mejorando la educación mediante la IAP". En este ensayo intentaré mostrar también, las ventajas que presenta la clínica sistémica para la adopción de la "organización de la percepción" y la "organización de la acción", adopción que, dicho sea de paso, ya defendió Stephen Kemmis en el terreno de la educación.

Para tratar el asunto que en este trabajo me compete desarrollar, he decidido dividir mi ensayo en cinco partes. Las tres primeras señalan algunos antecedentes a considerar con respecto al tema aquí planteado y las dos últimas partes son las tentativas de elaboración frente al mencionado tema.

Metodologías en la clínica sistémica
Las distintas epistemologías o teorías del conocimiento científico, poseen generalmente varias preocupaciones a las que quieren dar respuesta. Acá considero pertinente señalar que la relación que se establezca con el objeto a conocer es dependiente de la forma como se percibe dicho objeto a conocer.

Desde esta perspectiva, podemos observar dos grandes epistemologías en el enfoque sistémico, una inspirada por la teoría de los sistemas y la otra inspirada en el constructivismo y también, en la teoría de sistemas.

Para el caso de la primera epistemología, advertiré, que su objeto de conocimiento es percibido como una entidad de relaciones tejidas por la presencia de un proceso de retroalimentación e información (es decir, de influencia mutua y circular entre los individuos), tal es la naturaleza del objeto que debe conocer el sujeto concebido como la otra parte del dualismo sujeto-objeto.

Para la segunda epistemología, señalaré, que el objeto es percibido de igual manera que en el caso de la primera epistemología, pero con la fundamental diferencia de que el sujeto es considerado parte del objeto en la mediada que se relaciona con el mismo objeto, es decir, en la medida en que el sujeto se hace parte del sistema de relaciones tejidas por el proceso de retroalimentación e información.

Además, la segunda epistemología da las bases para el surgimiento de lo que en cierta forma es un tercer tipo de epistemologia que recibe la inspiración del construccionismo social.

En esta especie de tercer tipo de epistemología, se mantiene la progresiva unidad sujeto-objeto que caracteriza a la segunda epistemología, pero con la diferencia de que dicha unidad no es percibida tan solo en términos de retroalimentación, sino además, en términos de sistema lingüístico, es decir, la unidad se percibe como un marco donde se generan significados linguísticos.

Dado que estos marcos epistemológicos han sido profundamente influenciados por la cibernética, especialmente en lo que se refiere a la retroalimentación, la primera epistemología aquí descrita es una epistemología cibernética de primer orden y la segunda y tercera epistemologías son una epistemología cibernética de segundo orden, aunque cabe anotar que la tercera epistemología va más allá de la cibernética de segundo orden en el sentido de que apunta a algo más que la sola retroalimentación.


Los métodos clínicos en tanto pasos ordenados o procedimientos encaminados a resolver el problema responsable del sufrimiento, se constituyen de acuerdo a la forma como se percibe el objeto a conocer y a tratar, y a la forma como se percibe la problemática que presenta dicho objeto. Teniendo en cuenta este vinculo, denomino metodología a la unión entre la forma de percibir el objeto y su problema en cuestión y al método referido al problema del objeto percibido. De esta forma, podré hacer las denominaciones "metodología de primer orden", "metodología de segundo orden" y "metodología de segundo orden reciente" para referirme a cada una de las epistemologías cibernéticas y al construccionismo social, con sus respectivas formas de considerar el problema de su objeto y con sus correspondientes métodos clínicos.

La metodología de primer orden parte del estudio y la intervención clínica dirigida a un sistema configurado por una estructura de retroalimentación y de interacciones, y que se sitúa en una realidad construida que no incluye al terapeuta. Uno de los problemas que se perciben en esta metodología, es la presencia de coaliciones en el sistema o estructura de retroalimentación familiar, es decir, alianzas entre dos miembros de la familia para confabular contra un tercer miembro de la familia, y uno de sus métodos de tratamiento que se califica como estratégico, consiste en la introducción de tareas (que los miembros de la familia deben realizar conjuntamente) por parte del investigador, para deshacer los "juegos interaccionales" ó maneras de relación de los miembros de la familia (entre los cuales se cuentan las coaliciones) que mantienen un determinado problema al interior de la familia.

La metodología de segundo orden inicia con la consideración del terapeuta como parte del sistema de relaciones y retroalimentación. El terapeuta se concibe como perteneciente a la realidad del sistema por construir.

Esta metodología, sostiene que ciertos problemas surgen, para un integrante del sistema, a partir de "formas de fluir o convivir juntos en el lenguaje" que retan la aceptación del "sí mismo" del individuo dentro de las relaciones del sistema. El tratamiento terapéutico va encaminado a la construcción de relaciones entre el terapeuta y el sistema, que permitan ampliar las reacciones y las versiones de los integrantes frente al problema.


La metodología de segundo orden reciente, empieza teniendo en cuenta al terapeuta como parte del sistema de relaciones, retroalimentación y generación de significados lingüísticos. Esta metodología considera que los problemas están compuestos por narrativas dominantes que los configuran. El método de tratamiento consiste en co-crear narrativas con el sistema que aporten nuevos significados con respecto al problema que se presenta.


En su conjunto, las metodologías clínicas sistémicas, tienden en menor o mayor grado a emplear diferentes estilos de pregunta, tanto para el diagnóstico como para la intervención. Se emplean, por ejemplo, preguntas estratégicas, que consisten en hacer que el sujeto entre en confrontación con sus patrones de relación para que estos sean modificados. Otro estilo de pregunta es la circular, que tiene el propósito de explorar los patrones de relación que conectan a cada uno de los miembros de la familia en el sistema.

En todas las metodologías sistémicas se emplea, preferiblemente, una cámara de Gessell, es decir, una habitación dividida en dos por un espejo unidireccional. Por medio del espejo unidireccional, un grupo observador (denominado grupo reflexivo) evalúa la sesión terapéutica que tiene lugar al otro lado del espejo. El grupo reflexivo le proporciona información al terapeuta, por medio de un pequeño micrófono, sobre el desempeño que está teniendo en la sesión terapéutica.

Para terminar esta primera parte, cabe también mencionar, que todas las metodologías sistémicas, también en menor o mayor grado, tienen en cuenta, principalmente, dos de los niveles de codificación o formas de expresión del lenguaje, aportados por Gregory Bateson. Estos niveles de codificación son el analógico y el digital. El nivel analógico, consiste en modelos o analogías expresivas de nuestros sentimientos, como por ejemplo, el tono de voz del hablante, su expresión facial, o también una metáfora verbal. El nivel digital, consiste en la transformación de la información en magnitudes discretas o distintas, por ejemplo, el lenguaje verbal en forma de prosa común. De acuerdo con el enfoque sistémico, cuando un mensaje incurre en contradicción entre sus dos niveles de comunicación (porque cada nivel está transmitiendo una información opuesta con respecto al otro nivel), se pueden producir problemas o trastornos en los sujetos que reciben el mensaje.

Metodologías de investigación y su relación con las metodologías clínicas sistémicas
Existen diversos autores que han intentado ofrecer clasificaciones de las distintas metodologías para investigar la realidad. Algunos de ellos distinguen dos grandes tipos de metodologías y otros distinguen tres grandes tipos. Yo me adhiero a los autores que por lo general detectan tres tipos de metodologías y para este ensayo utilizaré la clasificación de Stephen Kemmis para referirme a dichas metodologías. Kemmis habla de una investigación en tercera persona, una investigación en segunda persona y una investigación en primera persona.

La investigación en tercera persona, se refiere a los individuos investigados en términos de "ellos" haciendo alusión al hecho de que se concibe al investigador como un individuo que busca llegar a una realidad objetiva, completamente fuera de él. Dentro de este tipo de investigación se enmarcan, por ejemplo, las posiciones positivistas y con respecto al enfoque sistémico, este tipo de investigación correspondería a la metodología de primer orden.


La investigación en segunda persona, se refiere a los individuos investigados en términos de "ustedes".

Aunque el investigador se considere como perteneciente a la misma realidad de los investigados, la función del investigador consiste en comprender e interpretar las acciones de los investigados en un determinado contexto.

Las interpretaciones logradas por el investigador (narrativas) son suministradas a los individuos con el fin de, en el fondo, instruirlos acerca de las implicaciones de sus acciones en el contexto estudiado. Como ya se supondrá, en este tipo de investigación se incluyen las escuelas meramente interpretativas o hermenéuticas, algunas tendencias posmodernistas (en el sentido reaccionario y francés del término) y en el caso del enfoque sistémico, correspondería a la metodología de segundo orden reciente. La metodología de segundo orden pareciera estar en un nivel de transición entre la investigación en tercera persona y la investigación en segunda persona, y con más inclinación hacia esta última.


La investigación en primera persona, se refiere a los individuos a investigar en términos de "nosotros". El investigador se concibe no solamente como parte de la realidad de los investigados, sino también como parte de una realidad que es posible transformar en concreto por los sujetos mismos y por lo tanto, el investigador no
solamente interpreta las acciones de los individuos investigados,
sino que se compromete a la realización de acciones conjuntas y participativas con los individuos que exponen un problema con el fin de que éste pueda ser superado. Lo más importante aquí son las acciones participativas para la transformación, más que las solas interpretaciones con fines instructivos. A este tipo de investigación no parece corresponder en la actualidad ningún tipo de metodología sistémica.

Algunas limitaciones de los métodos meramente interpretativos
Considerando que el tema de este ensayo apunta hacia la posibilidad de un nuevo giro epistemológico en el enfoque sistémico y sus implicaciones clínicas, se comprenderá que el tema hace alusión a la posibilidad de dar un nuevo giro con respecto a la metodología de segundo orden reciente, y que dicho giro se encamine por la posibilidad de una correspondiente, en el enfoque sistémico, de la investigación en primera persona.


Una tarea que en este ensayo no puedo dejar como asumida, es la de señalar algunas limitaciones propias de la investigación en segunda persona y por lo tanto de la metodología de segundo orden reciente. Esto ayudará a aclarar además, las diferencias que existen entre la investigación en segunda persona y la investigación en primera persona, ya que es desde este último tipo de investigación que señalo las limitaciones de la investigación interpretativa.


La investigación interpretativa, concede participación a los individuos investigados y al investigador, cuando afirma que son ellos los que crean los constructos lingüísticos y sociales que constituyen la realidad. Pero al no reconocer la necesidad de realizar un consenso deliberado y equitativo de valores y discursos, como lo propone por ejemplo Habermas, esta investigación no es participativa en tanto falta el consenso.

La necesidad de la realización de consensos en las investigaciones radica en dos puntos. El primero de ellos señala que las "participaciones" que realizan los individuos en la construcción de la realidad, por lo general no son equitativas y por lo tanto implican relaciones de subordinación entre los individuos.

El segundo punto hace referencia al hecho de que, si bien, cada individuo aporta en menor o mayor grado a la construcción de la realidad, o cabría decir más bien, aporta de manera más o menos activa a dicha construcción, el individuo puede tener una percepción distorsionada de la realidad a la que el mismo contribuye a construir. Esta distorsión del individuo se debe precisamente a su "participación" no equitativa en la construcción. De esta forma, una narrativa puede ser distorsionada independientemente del hecho de que sea dominante o no, ya que el carácter prevaleciente o común en un contexto particular, que le da el estatus de dominante a una narrativa, por lo general se debe a la presencia de relaciones subordinación (relaciones que deben ser consideradas en un sentido más estricto, serio y profundo de lo que lo pueda hacer el post-estructuralismo) y no al consenso equitativo de valores. Considerando lo anterior, es palpable el hecho de que simplemente poniendo en evidencia narrativas no dominantes, que aunque ayuden a reconsiderar un determinado problema, no se garantiza que todas las narrativas participen en forma equitativa en la resolución del problema, ya que la reconsideración de las narrativas no dominantes puede realizarse de tal forma que permitan resolver un problema y al mismo tiempo se conserven relaciones de subordinación entre los individuos portadores de narrativas.

La consecuencia es que los problemas debidos a la subordinación entre individuos persisten.


Lo que le concede a una narrativa un mayor o menor grado de distorsión, es el hecho de que entre más halla sido, dicha narrativa, el resultado de un consenso equitativo, menos distorsionada será.

Posibilidad de un giro epistemológico en el enfoque sistémico

Dado que en el enfoque sistémico la cibernética de segundo orden motivo, posteriormente, la consideración de la realidad como co-construida por significados lingüísticos, consideró que el paso siguiente sería el intentar hacer un esfuerzo encaminado a reconocer la posibilidad y necesidad de un entendimiento lingüístico equitativo y deliberado que permita llegar a una coordinación de acciones, en un sistema, encaminadas a la superación de un problema.

De esta forma, estoy a favor de una posible impronta de la teoría de la acción comunicativa de Habermas en el enfoque sistémico, con miras a desarrollar una práctica clínica participativa.


Esta propuesta no esta tan lejos de la posición de ciertos teóricos de sistemas que ya están trabajando en un proyecto de cambio epistemológico con miras a un mayor acercamiento a escuelas de investigación acción. Me refiero a los trabajos del sistémico Chekland y de los investigadores participativos Levin y Reason que fueron presentados en el "VIII congreso mundial de convergencia de investigación participativa" por parte de Robert flood director del centro de estudios de sistemas de la universidad de Hull del Reino Unido.

Estos investigadores proponen un giro epistemológico hacia la epistemología holística extensa de Reason, mientras que yo por el momento, para el caso del enfoque sistémico clínico de la psicología, lo propongo hacia la teoría de la acción comunicativa, ya que ésta teoría, es un modelo lingüístico al igual que el construccionismo social y esto facilitaría el giro epistemológico.

Entre la epistemología extensa de Reason y la teoría de la acción comunicativa, existen muchas semejanzas.

Esto me da la confianza de ir en una misma dirección. Las semejanzas entre la teoría de la acción comunicativa y la epistemología holística, se pueden ligeramente advertir, si recordamos, que la epistemología holística de Reason propone la integración de los mundos fisico, biológico y social, en nuestros pensamientos y acciones, reconociéndose, la especificidad del mundo físico y la especificidad del mundo social. La especificidad del mundo físico consiste principalmente en la presencia de relaciones sencillas de causa-efecto, mientras que la del mundo social consiste en la presencia de experiencias y diferencias propias de este mundo.

La especificidad física no debe monopolizar completamente al mundo social, ni la especificidad social debe monopolizar al mundo físico. Por su parte, la teoría de la acción comunicativa, propone el consenso entre un mundo objetivo, un mundo intersubjetivo y un mundo subjetivo, conservándose, enriqueciéndose y complementándose, la especificidad propia de cada uno de estos mundos.


Implicaciones en la práctica clínica
Se ha llegado el momento de responder a las implicaciones prácticas que tendría el giro epistemológico aquí propuesto.


Empezaré por recordar que si bien, las metodologías interpretativas, admiten una realidad resultante de una construcción colectiva de significados, las metodologías participativas dan un paso más al considerar que también las autocomprensiones de los sujetos con respecto a su realidad pueden estar distorsionadas. De esta forma, en la metodología participativa, no se trata de tan solo determinar que narrativas son dominantes o no en la significación de un problema, sino que además, se intenta determinar que narrativas son distorsionadas y cuales no. Dentro del grupo de narrativas dominantes, pueden haber narrativas distorsionadas y no distorsionadas; lo mismo puede suceder con el grupo de narrativas no dominantes.

Como se verá en lo que sigue, las ventajas a nivel práctico, de la clínica sistémica, para la incorporación de aportes metodológicos habermasianos a dicha clinica, están en el uso de la cámara de Gessell y en el trabajo de un grupo externo a la situación terapéutica.


La primera implicación clínica que tendría el reconocimiento del giro epistemológico aquí propuesto, sería la necesidad de realizar lo que Habermas denomina "organización de la percepción" que consistiría para el caso del enfoque sistémico, en un proceso de análisis colectivo de las interpretaciones que se realizaría con los sujetos investigados, el terapeuta y con observadores externos que en este caso sería el grupo reflexivo situado detrás de la cámara de Gessell en las primeras etapas de la terapia. Lo que se pretende es realizar con todos los participantes una negociación o consenso de interpretaciones con el fin de determinar narrativas no distorcionadas.


Otro paso más que da la metodología participativa con respecto a la interpretativa, es la gran importancia que se le otorga al hecho de que muchos problemas surgen por la frustración de acciones debido a limitaciones sociales dadas por relaciones de opresión y no solamente por narrativas dominantes.
Esto mismo puede ocurrir en un grupo como es la familia.

Por lo tanto, una vez identificadas las narrativas distorsionadas y no distorsionadas en la metodología participativa, el siguiente paso es la realización de un plan estratégico de acciónes participativas (es decir, con la inclusión e igual participación de todos los integrantes mencionados en la "organización de la percepción") con miras a la superación de los problemas.

De esta modo, en la posible metodología participativa sistémica, no se trataría, como sucede en la metodología de primer orden, del hecho de que el terapeuta introduce una serie de tareas en la familia para superar ciertos "juegos interaccionales" de alianzas y coaliciones, sino que se trataría del hecho de que las tareas son introducidas por todos los participantes fomentándose de esta forma la conversión de relaciones verticales en horizontales al interior del mismo grupo intervenido.


La metodología participativa sistémica conduciría, además, a la consideración de problemas que surgen no solamente por una ambigüedad entre un nivel de lenguaje digital y otro analógico o por el predominio de narrativas dominantes en la significación de un problema, sino también, por la presencia de narrativas distorsionadas, por la presencia de relaciones verticales en un grupo que no necesariamente se deben a la presencia de coaliciones en una familia y por la presencia de limitaciones sociales que frustran las acciones del sistema. La metodología participativa sistémica en tanto consensual y fruto de un recorrido por las distintas metodologías de investigación, integraría el conocimiento y las experiencias metodológicas que ha adquirido el enfoque sistémico desde sus comienzos en la epistemología cibernética de primer orden y en las formulaciones de Gregory Bateson, hasta, precisamente, su consolidación como metodología participativa.

Bibliografía


Arévalo, Liz. Epistemología sistémica constructivista en el dominio de la clínica, en: Debates en psicología N. 2. Punto Exe editores, 1996.

Flood, Robert. Investigación Acción y las ciencias de gestión y sistemas, en: Participación popular: retos del futuro. Comp. Orlando Fals Borda. Icfes, Iepri, Colciencias, 1998.
Habermas, Jurgen. Conocimiento e intereses humanos. Madrid, ed. Taurus, 1982.
Habermas, Jurgen. Teoría de la Acción Comunicativa. Madrid, ed. Taurus, 1987.

Kemmis, Stephen. Mejorando la educación mediante la Investigación Acción, en: La Investigación Acción Participativa: inicios y desarrollos. Comp. María Cristina Salazar. Ed. Popular, 1992.
Wittezaele, J., García T. La escuela de Palo Alto. Barcelona, ed. Herde, 1994.
Enlaces sobre la Escuela de Palo Alto y temas afines


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Por Colaboradores de la edición
Número 40


Comunicación interpersonal: el efecto Palo Alto
Jaime Llacuna Morera


Las Psicoterapias. Introducción a las orientaciones psicoterapéuticas para profesionales sanitarios
VV.AA.


Enlaces sobre Gregory Bateson.
Portal Infoamérica.


Textos de Gregory Bateson.
Portal Infoamérica


Perfil biográfico de Gregory Bateson.
Portal Infoamérica


Las Ciencias de la Comunicación Frente a los Nuevos Paradigmas Científicos
Ozziel Nájera


Centro de Terapia Estrategia del Mental Research Institute.


Introducción a la sistémica y terapia familiar
Luis Cibanal


Las corrientes y los fundamentos del pensamiento psiquiátrico.
Barcia Salorio


Las paradojas de la vida.
Angel Rodríguez Kauth


Intervención terapéutica con familia a partir de la teoría de relaciones objetales


El constructivismo en psicología



Introducción a los principios sistémicos de comunicación en su aplicación a la organización educativa.
Ana Guil Bozal


Evolución histórica de las teorías y conceptos sobre “sistema”.
José Rodríguez de Rivera


Técnicas de comunicación en enfermería
Luis Cibanal


La Etnometodología y el Interaccionismo Simbólico. Sus aspectos metodológicos específicos.
Miguel Martínez Miguélez

Imágenes de Bateson.


Imágenes de Watzlawick:



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Pascual Bruckner





lunes 20 de noviembre de 2006
La felicidad prometida [Ensayo de Pascal Bruckner]


Desde siempre los hombres han querido ser felices.

San Agustín ya enumeraba en su momento por lo menos doscientas ochenta y nueve opiniones distintas sobre el tema, pero "nada hay más impreciso que la idea de felicidad, esa vieja palabra corrompida". Está en su naturaleza ser indefinible -al menos universalmente- y al mismo tiempo asumir imágenes distintas en cada época.

En la actual se ha convertido en una obsesión.

El filósofo francés Pascal Bruckner [autor de La tentación de la inocencia, 1996], uno de los más lúcidos críticos de las democracias del mundo desarrollado, explora en su último libro la voluntad de felicidad como pasión propia de Occidente desde las revoluciones francesa y norteamericana. Casi tres siglos después el proyecto magnífico se ha transformado en penitencia. Un destino irónico para un ideal que en el Siglo de las Luces significaba emancipación: haber instalado el deber en el seno del derecho a ser feliz.

Reseña de Raquel Guinovart,en El País Cultural


LA EUFORIA PERPETUA [Sobre el deber de ser feliz], de Pascal Bruckner. Tusquets. Barcelona, 2001.



Pascal Bruckner es un filósofo francés nacido en 1948.

Escritor y periodista, es colaborador del semanario Le Nouvel Observateur y autor de libros de ficción y ensayo. La euforia perpetua es la obra más reciente de este pensador, en donde desmenuza y analiza las razones que han llevado a nuestra sociedad a plantear la obtención felicidad como una de las principales obligaciones de cada individuo.

Planteada con una visión histórica, que revisa desde el pasado de los griegos hasta la actual sociedad, la visión de Bruckner desenmascara además el riesgo que implica la creación de una nueva casta de exiliados sociales, los que sufren, al tiempo que propone una ruta alternativa al “deber de ser feliz”.

La felicidad como obligación

LA euforia perpetua, sobre el deber de ser feliz


“Conviértase en su mejor amigo, gane su propia estima, piense en positivo, atrévase a vivir en armonía, etcétera”: la multitud de libros publicados sobre el tema hace pensar que no se trata de un asunto tan sencillo. No sólo la felicidad constituye, junto con el mercado de la espiritualidad, la mayor industria de la época, sino que es también, y con la mayor exactitud, el nuevo orden moral: por es prolifera la depresión, por eso cualquier rebelión contra este pegajoso hedonismo invoca constantemente la infelicidad y la angustia.

Somos culpables de no estar bien, un mal del que tenemos que responder ante todos los demás y ante nuestra jurisdicción íntima. ¡Pensemos en esos sondeos dignos de los antiguos países del bloque comunista en los que las personas interrogadas por una revista dicen ser un 90% felices! Nadie se atrevería a confesar que a veces no es feliz por miedo a rebajarse socialmente.

Se trata de una extraña contradicción de la doctrina de los placeres: cuando se vuelve militante, recoge la fuerza de presión de las prohibiciones y se conforma con invertir su curso. Hay que transformar la incierta espera de la felicidad en un juramento y una amonestación que nos dirigimos a nosotros mismos, convertir la dificultad de ser en una facilidad permanente.

En lugar de admitir que la felicidad es un arte de lo indirecto, que puede lograrse, o no, a través de metas secundarias, nos la proponen como objetivo inmediatamente a nuestro alcance, y lo rodean de recetas para conseguirlo. Sea cual fuere el método elegido, psíquico, somático, químico, espiritual o informático (hay gente que considera Internet no ya una magnífica herramienta sino el nuevo Grial, la democracia planetaria hecha realidad), la propuesta es la misma en todas partes: la satisfacción está a nuestro alcance, basta con proveerse de los medios gracias a un “condicionamiento positivo”, una “disciplina ética” que nos lleve a ella. Se trata de una formidable inversión de la voluntad que intenta restaurar su protectorado sobre estados psíquicos y sentimientos tradicionalmente ajenos a su jurisdicción.

Y que se agota queriendo cambiar lo que no depende de ella (a riesgo de no tocar lo que podría cambiarse). La felicidad, no contenta con haber entrado en el programa general del estado de bienestar y del consumismo, se ha convertido además en un sistema de intimidación de todos por cada cual, del que somos víctimas y cómplices a la vez. He aquí un terrorismo consustancial a aquellos que lo sufren, porque sólo tienen un recurso para precaverse de los ataques: avergonzar a su vez a los demás por sus lagunas y fragilidad”.

Edgar Morin - teorías del pensamiento complejo

Justo Soto Castellanos

Filósofo colombiano

jusoc_1@hotmail.com


Introducción a Edgar Morin

septiembre de 2006

En el ya recorrido por el pensamiento del presente no se puede dejar de mencionar, el aporte del pensador francés, Director Emérito del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia, Edgar Morin (1921). Quien, contrario al caso de Habermas, procede del “mundo de la vida”, ya que cuando estudiaba su carrera universitaria, Licenciatura en Historia, Geografía y Derecho, en 1942, su patria, Francia, fue invadida por el ejército alemán Nazi. Entonces se desarrollaba la segunda guerra mundial y Morin entra a integrar la resistencia como “agente secreto”, ahí recibe su nombre, “Morin”. Posteriormente, una vez terminada ésta, en 1945, forma parte del ejército francés que interviene en Alemania y ayuda a su reconstrucción, en esa ocasión escribe su primera obra llamada “La hora cero de Alemania”. Desde 1951 inicia su trabajo en el “Centro de Estudios Transdisciplinarios” de la” Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales” que más tarde será denominada “Centre Nationel de la Recherche Scientifique” CNRS de Francia[1].

El pensamiento moriniano se preocupa, desde muy temprano, por la excesiva compartimentación que se vivió en las ciencias, en especial en la primera mitad del siglo XX, tiempos en los que, gracias al paradigma neopositivista, existía el prurito de separar y definir de una forma “clara” y “distinta” los terrenos específicos y especiales de cada una de las ciencias, cuidándose de no “caer” en el terreno de los pseudo problemas y de los pseudo enunciados así como no transgredir los linderos de las otras ciencias. Esta situación, como ya quedó insinuado en el análisis realizado por la “Escuela de Frankfurt”, obedecía a una mentalidad en la que prima el interés de la productividad, del rendimiento, de la eficiencia, del mundo administrado y que llevó a desconocer y a dejar de lado los problemas profundamente humanos y calificar como pseudo enunciados los asuntos que tienen que ver con la ética y el sentido de lo humano mismo. Es más, se llegó a disolver el concepto mismo de hombre. Este tipo de paradigmas, en gran medida, fue producto y productor de la catástrofe humanitaria que significaron las dos guerras mundiales y los múltiples “conflictos de baja intensidad” que arrasaron todo el siglo XX y que aun se producen.

Edgar Morin, en “El Hombre y La Muerte”[2] se preocupa por investigar el problema de la muerte, asunto que, de alguna manera, tipifica a la especie y allí, al tratar de dar una solución al cuestionamiento que la muerte produce, extiende los lazos que unen los problemas antropológicos a los problemas biológicos y físicos. Más tarde continuará el camino con la obra “La Vida del Sujeto”, publicada en 1969, donde seguirá los problemas antropológicos en una espiral ascendente que lo conducirá de la antropología a la cosmología llevándolo a concretar la unión, desde lo físico a lo cosmológico, en un “Ensayo de Bioantropología” realizado en el “Paradigma Perdido”[3], obra escrita a comienzos de los años setenta.

Precisamente en la década de los setenta se realiza en Morin toda una transformación en la cual, a su ya sólida formación en “ciencias humanas”, se agrega el nuevo ingrediente de las llamadas “ciencias positivas” y respondiendo a la invitación de el biólogo molecular, premio Nóbel, Jacques Monod viaja a California al Salk Institute for Biological Studies[4], fundado por el también Nóbel Jonas Salk quien desarrolló la vacuna contra la polio. En el Instituto entre 1969-1970 toma contacto con las últimas teorías de la biología, la genética, la etología, la física, la química, en diálogo con ellas Morin va a proponer su “Paradigma de la Complejidad”, también denominado “El Pensamiento Complejo”.

El Pensamiento Complejo es una propuesta que recupera la dialéctica
, por ello toma en consideración los logros Frankfurtianos, especialmente los aportes de Adorno para quien, a diferencia de Hegel, “la totalidad” que encierra y enclaustra el desarrollo de la realidad en estrechos marcos conceptuales “es la no-verdad”[5]. Por ello propone que la ciencia se desarrolle en “agkuklios paideia”, expresión que en su versión griega quiere decir “en ciclos para niños” y que es el origen de la expresión ilustrada, “enciclopedia”, pero que ha perdido dicha connotación al ser transformada en una expresión que incluye la idea de una recopilación yuxtapuesta de saberes[6].

La idea del Pensamiento Complejo es que la ciencia ha perdido su integridad e integralidad. La hiperespecialización que se ha venido produciendo en las ciencias, fruto de la interrelación diversos factores como, los ya mentados, sociales, económicos y políticos es necesario además considerar factores mentales originados en la en la anatomofisiología del cerebro humano; factores intelectuales que obedecen a las ideas, las teorías y las doctrinas, que poseen su propia ecología y sus sistemas de defensa, que las hacen auto inmunes a los cambios; factores de la razón misma, que surgiendo del uso de la razón pueden llevar a la “racionalización”, creando con ésta un verdadero nuevo mito que se entroniza y no permite ver la realidad y; factores paradigmáticos, que obedeciendo a los modelos socialmente aceptados, los valores y las formas de actuar en la ciencia llevan a una visión hemipléjica de la realidad.El paradigma moderno, al cual se opone Morin, encuentra su expresión filosófica en la propuesta de Descartes quien busca un conocimiento cierto basado en la “claridad y la distinción” fruto de la conciencia, coherente con su propia lógica, que plantea una división tajante entre lo medible, lo material y lo pensante, lo inmaterial entendiendo que entre los dos planos no hay comunicación posible o si ésta se produce, se realiza mediante una unión yuxtapuesta de los dos principios. Este paradigma, que maneja la promoción selección de los conceptos maestros así como la determinación de las operaciones lógicas que presiden todos los procesos, lleva a disociar sujeto / objeto, alma / cuerpo, espíritu / materia, calidad / cantidad, finalidad / causalidad, sentimiento / razón, libertad / determinismo, existencia / esencia, etc.

El Paradigma de la Complejidad busca recuperar y llevar a un nuevo nivel, la antigua concepción que hizo posible la ciencia misma y concebir todo como un “cosmos”, como un orden a pesar y mediante la irrupción del desorden mismo. En esta visión el “universo” vuelve a recuperar lo que inicialmente quería decir en latín, “uni”, uno, “versus”, tejido, un “único tejido”. De ahí que la propuesta moriniana se denomine “Pensamiento Complejo” del latín “complexus”, lo que está tejido en conjunto. Esta es la razón que lleva a Morin a citar con frecuencia el pensamiento de Pascal que aparece como exordio a su gran obra: “Siendo todas las cosas causadas y causantes, ayudadas y ayudantes, mediatas e inmediatas y siendo que todas se mantienen entre sí por un vínculo natural e insensible que une a las más alejadas y más diferentes, tengo por imposible conocer las partes sin conocer el todo, así como también conocer el todo sin conocer particularmente las partes”[7].



Piensa Morin que el problema no es sólo epistemológico, eso a pesar de haber realizado un profundo y extenso estudio que se concreta en seis tomos de “El Método”, obra que estudia “La Naturaleza de la Naturaleza”[8], “La Vida de la Vida”[9], “El Conocimiento del Conocimiento”[10], “La idea”[11], “La Humanidad de la Humanidad”[12] y la Ética. El problema para Morin es un problema de la acción, es un asunto que tiene que ver con la antropoética y con la política, ya que una visión “tuerta de la inteligencia”, epistemología, lleva a una acción limitada y limitante, amputada y amputante, ética y política.

En este sentido es innegable la relación que posee el pensamiento moriniano con el pensamiento frankfurtiano.

En la fundamentación de su Pensamiento Complejo, Edgar Morin parte de tres teorías, todas ellas desarrolladas en el siglo XX, las cuales dan la base científica de sus aseveraciones. Ellas son: La teoría de la información, la teoría cibernética y la teoría de los sistemas. Cada una de ellas aporta al Paradigma de la Complejidad diversos elementos que se interretrorrelacionan formando un todo coherente que construye el tejido sobre el cual se levanta la interpretación del mundo y de la ciencia.

De la teoría de la información toma Morin la idea de cuantificación de la información desarrollada por Shanon en los Laboratorios de la I. B. M, en la cual un “bit” es una respuesta “si” o “no”
a una pregunta inequívocamente formulada, pero considera Morin, que este concepto debe rebasar los ámbitos de la física y debe ser redefinido como un concepto físico – biológico -antropológico simultáneamente.

De la teoría cibernética, desarrollada por Norbert Wiener, encuentra Morin que ésta rompe, en el campo físico, la idea de la causalidad lineal, en donde A produce B y B produce C en un proceso indefinido, y plantea la idea de “feed- back”, de retro alimentación, en el cual A produce B y éste a su vez retroactúa sobre A.

De la teoría de los sistemas Morin toma la idea que ningún fenómeno u objeto se encuentra realmente aislado e independiente sino que éste está en interrelación con otros, los que a su vez determinan y son determinados por el fenómeno u objeto en consideración. Todos ellos conforman un sistema. La idea de aislamiento no es más que una abstracción, necesaria sí, pero un tanto problemática y por ello debe ser manejada con sumo cuidado.

De estas tres teorías y en interrelación con ellas Morin explicita tres principios, que, siendo fruto de su pensamiento, los aplica al mismo y a los fenómenos que aborda:

el principio dialógico,

el principio de recursión

y el principio hologramático.




El “principio dialógico”, encuentra que en los fenómenos de la naturaleza se produce una verdadera “asociación compleja” en los cuales hay una concurrencia de elementos o de características disímiles que se presentan de una forma antagónica. Tal el caso de los fenómenos del mundo subatómico en el cual Niels Bhor encontraba que ellos tenían características de onda y de partícula, características que hasta entonces en la física se habían considerado irreconciliables, pero que éste físico se vio obligado a integrar, si es que se deseaba entender los fenómenos del mundo subatómico[13].







El segundo principio es el denominado “principio de recursión”, en el cual encuentra expresión la teoría cibernética ya que ahí se va más allá de la “causalidad lineal” y se plantea la “causalidad circular” en la cual las causas producen un efecto el cual retroactúa modificando la causa misma. “Es un proceso en que los efectos o productos al mismo tiempo son causantes del proceso mismo”[14].

El tercer principio es el “principio hologramático” en el que la teoría de la información se hace presente con su idea del holograma, según la cual en cualquier punto del holograma se tiene toda, o casi toda, la información necesaria para elaborar el conjunto del holograma, es decir, que en cada uno de los puntos o en otros caso, partes de un todo, se encuentra el todo mismo. El todo está en cada una de las partes individualmente consideradas.

El Pensamiento Complejo de Edgar Morin no es una negación de la claridad sino es el reconocimiento de que todo se encuentra interrelacionado lo que significa para la ciencia que ésta está enraizada, término de Morin, en la biología, en la psicología, en la antropología, en la sociología, en la política, en la cultura, y en las demás dimensiones del ser humano. Ella refleja la complejidad de su productor, el hombre y aplicando “el principio recursivo”, produce en un bucle al hombre mismo.

La propuesta moriniana lo lleva a estudiar en profundidad el problema de la educación en ella busca concretar su idea de una reforma del pensamiento, haciendo evidente aquello de que toda filosofía en última instancia es una filosofía de la educación. En 1999 con el auspicio de la UNESCO publica un texto bajo el título de “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, en él realiza una propuesta en la que plantea la necesidad de enseñar desde “el conocimiento del conocimiento” hasta “la ética del género humano”.

Se hará una pequeña reseña del texto de Morin por considerarlo de suma importancia para la discusión del marco desde donde deben partir las investigaciones y las realizaciones de la ciencia de hoy.

El primer desafío de la educación es enseñar “las cegueras del conocimiento” que se manifiestan en “el error y la ilusión”.


Generalmente se parte de la enseñanza de ciertos “conocimientos” pero no se enseña a “conocer lo que es el conocer”.

Esa es una de las razones que llevan a perder el horizonte creando sistemas filosóficos, científicos que pretenden encerrar en sí mismos todo, llegando al dogmatismo. “Por esto es necesario desarrollar en la educación el estudio de las características cerebrales, mentales y culturales del conocimiento humano”.

El segundo desafío consiste en la necesidad de desarrollar “los principios de un conocimiento pertinente”. Morin constata que en el mundo actual existe un fraccionamiento y dispersión, fruto de la hiperespecialización, que hace que el conocimiento sea fraccionado y fraccionante, lo cual impide una adecuada comprensión de los saberes mismos y del mundo que la ciencia pretende entender, por ello estima que es necesario incentivar y promover un conocimiento que relacione el todo y las partes y las partes y el todo, esto mediante la inserción del texto, el contexto, lo global y lo complejo.

Según Morin, no se trata de borrar o de omitir lo local en aras de una mundialización ni lo contrario. Así sería posible enraizar lo local en lo mundial y cómo esto afecta a aquello y concebir cómo lo mundial incide en lo local.

La tercera necesidad que se impone es “enseñar la condición humana”, ya que la hiperespecialización ha conducido a una politomía que hace que cada una de las dimensiones del ser humano sea analizada unidimensionalmente sin relación con las otras.

Morin concibe al hombre como un ser pluridimensional el cual es a la vez físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico.
De ahí que se hace necesario recomponer el todo del ser humano mediante la colaboración de las distintas disciplinas, ya que todas ellas, en su conjunto son humanas.

El cuarto saber que urge es “enseñar la identidad terrenal”.


Se hace necesario enseñar a las nuevas generaciones la unidad de destino que tiene la especie humana la cual es fruto de la unidad de origen de la misma. En el tiempo de las exploraciones espaciales que llevan a otros planetas, verdaderamente a otros mundos, es urgente reconocer que el ser humano no es que sólo viva en la tierra sino que es de la tierra y que existe una intersolidaridad de todos los elementos que constituyen la trama del planeta. Esto sin ocultar y denunciar y hasta oponerse a las opresiones y sojuzgamientos que han acontecido y acontecen en el mundo.

El gran sueño de las ciencias, desde los griegos mismos hasta inicios del siglo XX, ha sido conocer lo siempre idéntico a sí, lo no cambiante, lo seguro, pero el desarrollo de la ciencia del siglo XX desde la microfísica, la termodinámica, la cosmología, la biología, la historia, etc., ha mostrado que en toda la realidad, por doquier, emerge la incertidumbre y por ello es necesario educar para “enfrentar las incertidumbres”. Se hace necesario enseñar principios de estrategias que sirvan para concebir, pensar y poder esperar lo inesperado y afrontarlo.

En el sexto saber se va haciendo poco a poco evidente lo ya anotado en el sentido de que el problema va más allá del problema epistemológico y por eso se impone “enseñar la comprensión”.

Para Morin la comprensión es el fin de la comunicación pero a su vez es el medio de la misma y aquí se afirmaría que lo que se busca es que ésta sea el mismo principio, en un bucle recursivo que se auto reproduce. Es hora de impulsar una educación que promueva una mayor y auténtica comprensión, la cual constituiría la paz como inicio, camino y fin.

El séptimo saber impone la enseñanza de “la ética del género humano”.

En ese sentido, cambiando totalmente el paradigma neopositivista e integrando la crítica frankfurtiana, la educación, en todos sus niveles, es decir, incluyendo el nivel científico, debe incluir la promoción de la conciencia de que se es un individuo que hace parte de una sociedad y que se pertenece a la especie humana. A ese nivel debe promoverse, mediante la enseñanza, una sociedad que parta de una antropoética adecuada y que promueva la democracia real en la cual el individuo controle la sociedad y la sociedad controle al individuo, una sociedad humana en la cual se tenga conciencia “de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y la conciencia de pertenecer a la especie humana”. “De ahí las dos grandes finalidades ético-políticas: la democracia, individuo sociedad, sociedad individuo y la humanidad como comunidad planetaria”[15].

En otro texto elaborado en el diálogo suscitado por la necesidad de responder a los desafíos de la educación francesa, Edgar Morin realizó una propuesta de “Articular las disciplinas”, allí inicia analizando el concepto de disciplina, el cual, según su afirmación, se establece a lo largo del siglo XIX y durante el XX.

La disciplina determina una separación y diferenciación de cada campo del saber y responde a la necesidad de especializar el conocimiento. Esta está determinada por un objeto de conocimiento y una manera particular de aproximarse a ese objeto, es decir, una metodología y unos conceptos organizadores del saber de dicha disciplina. Sin embargo, las bondades de la disciplina y de su cerramiento en estancos todavía no ha sido demostrada.

Acude a casos como el de Darwin, quien no era un especialista, y que tras su largo viaje en el “Beagle” y después de conocer el trabajo de Wallece se atreve a publicar su texto “El Origen de las Especies por Medio de la Selección Natural” en el cual se alejaba de las concepciones imperantes entonces y esto se produjo gracias a su mirada de no especialista sino a su mirada de aficionado, a su mirada de “amateur”.

Algo similar ocurre con el caso de Alfred Wegener quien cuenta, en su autobiografía, a la cual hace referencia Morin, que cuando era un niño recibió como regalo en uno de sus cumpleaños un atlas en donde aparecían los mapas del “nuevo” y el “antiguo” continente pero al observarlos con detenimiento se percató que Sur América y África encajaban perfectamente lo que más tarde lo llevó a proponer la idea de las derivas continentales, de las placas tectónicas, idea que más adelante fue corroborada por la geología. Esta visión se produce gracias a aquellos que no se encuentran enclaustrados en los límites ficticios creados por las disciplinas científicas.

Insiste Morin en que hoy está fisurado, fracturado, el paradigma moderno y que poco a poco va emergiendo un paradigma que busca la policompetencia, que es capaz de pensar simultáneamente el orden, el desorden y por la interacción, la organización. Por ello se hace necesario abrir las perspectivas educativas tanto en los liceos como en la universidad[16] enseñando y promoviendo los enfoques de la polidisciplinariedad, la interdisciplinariedad, la transdisciplinariedad y la metadisciplinariedad.

Al presentar someramente estos conceptos, se puede afirmar con Morin que: la “polidisciplinariedad” surge de la necesidad de asociar varias disciplinas en torno a un objeto de conocimiento común. En ella el enfoque no se comparte y podría ser similar a diversos arqueros disparando saetas a un mismo blanco.

En la “interdisciplinariedad” se puede presentar una especie de yuxtaposición de saberes en relación a un objeto común. Allí los saberes, cada uno afirma su soberanía como lo hace cada una de las naciones en la Asamblea de las Naciones Unidas. A pesar de ello, también puede presentarse una interdisciplinariedad que se puede convertir en cooperación, colaboración para obtener resultados comunes, pero estos no pasarían de una sumatoria.
Otro concepto, de suma importancia, es la “transdisciplinariedad” en la cual debe emerger las características que atraviesan todas las ciencias, es decir, los esquemas cognitivos que constituyen a las ciencias mismas y en ese sentido dialogar, e interretrorrelacionarse desde ese sustrato común que traspasa a todas las ciencias.

A pesar de lo anteriormente afirmado, la propuesta de Morin no consiste en destruir o diluir las disciplinas. El asunto es ecologizarlas, es decir, insertarlas en un todo contextual que tenga presente las condiciones sociales y culturales de las mismas. “Es necesario ver en qué medio ellas nacen, presentan problemas, se esclerosan, se metamorfosean. Y también cuenta la meta-disciplina, donde “meta” significa sobrepasar y al mismo tiempo conservar. Uno no puede romper lo que ha sido creado por las disciplinas, uno no puede romper todo el encierro. Se trata del problema de la disciplina o de la ciencia, como del problema de la vida: es necesario que una disciplina sea abierta y cerrada”[17].

Como aquí se expresa, la idea de Morin vuelve a la dialéctica en la cual la superación se realiza llevando a un nuevo momento el saber superado, conservándolo en un nuevo nivel. Aquí se explicita la necesidad de poner los saberes en “circuitos pedagógicos” para que se acerquen al problema de la vida, marchando de las partes al todo y del todo a las partes.

Un último aspecto del pensamiento moriniano que se hace imprescindible resaltar, entre otras razones, debido a que Morin mismo se ha manifestado explícitamente sobre el asunto es “la responsabilidad del investigador ante la sociedad y el hombre” [18].

En 1979 en la clausura de la 159ª Asamblea anual de la Sociedad Helvética de Ciencias Naturales, Morin expuso algunas ideas sobre el tema. Inició constatando que el problema del método en la ciencia es algo que falta en todo método y es “cómo abordar el problema de la responsabilidad del investigador” de ahí que se hace evidente la ausencia de responsabilidad científica y la ciencia de la responsabilidad.

Pero el problema está dado por el paradigma mismo que orienta la ciencia, que se sustenta bajo un postulado del “conocimiento objetivo”, que, de entrada busca la supresión del sujeto que conoce, el sujeto que hace ciencia y el problema se presenta debido a que la responsabilidad del investigador no es un asunto del objeto de conocimiento sino es un problema del sujeto que conoce, del investigador. En ese aspecto el postulado de la ciencia objetiva misma implica la irresponsabilidad del investigador, de allí se parte. No hay en ningún lugar un criterio que oriente la responsabilidad del investigador.

En este sentido la ciencia entra a autojustificarse de la forma más pueril e irresponsable llegando, en ocasiones, a justificarse en forma de ideología. Late aquí la idea expresada por Marcuse con respecto a la relación ciencia, técnica e ideología. Propone Morin la idea de una ciencia de la ciencia que partiría de una sociología de la ciencia, que debería ser mucho más sólida que la ciencia que contiene y que considera una idea de suma importancia para el pensamiento moriniano cual es la “ecología de la acción”.

Con ese concepto, “ecología de la acción”, Morin hace referencia a las condiciones en las que se realiza una acción, que a través de interacciones y retroacciones el sentido puede cambiar y producir efectos no deseados, incluso efectos totalmente adversos a los previstos y deseados. Este concepto puede ser utilizado para entender el fenómeno de la ciencia, en el cual se constata que la respuesta a la pregunta qué es la ciencia “no tiene respuesta científica” y la ciencia comporta, de hecho, una serie de paradojas.

Entre las paradojas enunciadas por Morin se tiene: primero, de un lado progreso en el conocimiento, de otro, aumento de la ignorancia frente a los resultados de la incidencia de los productos de la ciencia; segundo, de una parte, aumento de los beneficios reportados por la investigación científica y por otra aumento de los peligros producidos por la misma investigación; tercero, de un lado, aumento del poder generado por la investigación científica pero simultáneamente un alejamiento de éste que produce una impotencia dejando en manos de los políticos y de los que manejan la economía el control del poder.

Morin encuentra que hay una especie de oposición entre “la ética del conocimiento” y “la ética cívica humana”. Frente a la ética del conocimiento el investigador es orientado por el deseo de saber, “libido scienti”, en el cual el deseo de conocer por conocer se convierte en el motor fundamental, de otra parte, existe un límite que no se puede establecer a priori, que constituye la primacía del ser humano y que se opone al primero cuando los resultados de la investigación pueden conllevar a una destrucción generalizada.

Morin plantea, en esa conferencia, posibles vías de búsqueda de una solución, la cual reconoce que aun ésta no está a la vista. Una primera vía es “una toma de conciencia crítica” en la que el científico cuestione y ponga en crisis todo, hasta “lo que le parece evidente”. Una segunda vía o camino se conseguiría a través de una “ciencia de las ciencias” la cual ejercería la posibilidad reflexiva de la reflexión misma. Esta ciencia de la ciencia no debe ser una actividad exógena a la ciencia misma sino que debe surgir del interior de la ciencia, así podrá establecerse una interretrorrelación entre un pensamiento que reflexione sobre los hechos y un pensamiento que reflexione sobre la validez de los valores contextuados en la sociedad y la cultura.

Con estos planteamientos Morin insiste en la necesidad de una “reforma del pensamiento”, que sin borrar las disciplinas, las haga concientes de su inserción en el conjunto de la existencia humana. De ahí que es la propuesta de éste pensador una larga y profunda meditación sobre “El Método” como “camino” que implica no solo el conocimiento y la ciencia sino a la ética, a la política y en general a todo el destino y al caminar humano, ya que un conocimiento incompleto surge de una acción incompleta y lleva en un bucle auto-eco-productivo a otra acción incompleta, que se perpetúa en un verdadero “círculo vicioso”. Es por esto, que la propuesta de Edgar Morin es una de las más lúcidas invitaciones encaminada a liberar permanente y continuamente al ser humano, visto éste desde la perspectiva social, individual y de la especie.


Notas


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[1] Cfs. MORIN, Edgar; Mis demonios, Barcelona, Kairós, 1995

[2] Cfs. MORIN, Edgar; El Hombre y la Muerte, Barcelona, Kairós, 2ª edición, 1994

[3] Cfs. MORIN, Edgar; El Paradigma Perdido, Ensayo de Bioantropología Barcelona, Kairós, 4ª edición, 1992

[4] Cfs. MORIN, Edgar; Diario de California, Madrid, Fundamentos, 1973

[5] MORIN, Edgar; Introducción al Pensamiento Complejo, Barcelona, Gedisa, 4ª reimpresión, 2001,p. p. 23

[6] Cfs. MORIN, Edgar; Aticuler les Savoirs, Buenos Aires, Universidad del Salvador, p. p. 50

[7] MORIN, Edgar; El Método, La Naturaleza de la Naturaleza, Madrid, Cátedra, 1993. p. p. 25

[8] Cfs. Ibidem

[9] MORIN, Edgar; El Método, La Vida de la Vida, Madrid, Cátedra, 1998

[10] MORIN, Edgar; El Método, El Conocimiento del Conocimiento, Madrid, Cátedra, 1999

[11] MORIN, Edgar; El Método, Las Ideas, Madrid, Cátedra, 1992

[12] MORIN, Edgar; El Método, La Humanidad de la Humanidad, Madrid, Cátedra, 2003

[13] Cfs. La expresión de este principio en El Método T I, p. p. 426

[14] Op. Cit. El Método T III, p. p. 112

[15] MORIN, Edgar; Los siete saberes Necesarios par la Educación del Futuro, Bogotá, Magisterio, 1999, p. p. 20

[16] Cfs. Edgar; Réforme de pensée, Transdisciplinrité, Réforme de l’Université, http://perso.club-internel.fr/nicol/ciret/bulletin/b12/b12c.htm

[17] Op. Cit. MORIN, Edgar; Aticuler les savoirs, p. p. 42

[18] Para la presentación que sigue véase: MORIN, Edgar; La responsabilidad del Investigador ante la Sociedad y el Hombre, en Ciencia con Consciencia, Barcelona, Anthropos, 1984. p. p. 87-94










"En la retroalimentación cibernética el efecto hace bucle con la causa."
Edgar Morin.

SIR FRANCIS BACON ( Christian Rosenkreuz? )

Francis Bacon




Francis Bacon Western philosophy
Renaissance philosophy



Sir Francis Bacon
Full name Francis Bacon
Birth 22 January 1561(1561-01-22)
London, England Death 9 April 1626 (aged 65)
Highgate, England
School/tradition Empiricism, materialism.
Influenced by[show]
Machiavelli


Francis Bacon, 1st Viscount St Alban KC (22 January 1561 – 9 April 1626) was an English philosopher, statesman, scientist, lawyer, jurist, and author. He served both as Attorney General and Lord Chancellor of England. Although his political career ended in disgrace, he remained extremely influential through his works, especially as philosophical advocate and practitioner of the scientific revolution. Indeed, his dedication may have brought him into a rare historical group of scientists who were killed by their own experiments. His most celebrated works include The New Atlantis.

His works established and popularized an inductive methodology for scientific inquiry, often called the Baconian method or simply, the scientific method. His demand for a planned procedure of investigating all things natural marked a new turn in the rhetorical and theoretical framework for science, much of which still surrounds conceptions of proper methodology today.


Bacon was knighted in 1603>, created Baron Verulam in 1618, and Viscount St Alban in 1621; without heirs, both peerages became extinct upon his death.

Some believe Sir Francis Bacon to be Christian Rosenkreuz, a name he may have used in Germany to create The Rosicrucian Order (Order of the Rose Cross), a secret society of mystics built on esoteric truths.

Contents
1 Biography
1.1 Early life
1.2 Parliamentarian
1.3 Attorney General
1.4 Lord Chancellor and public disgrace
1.5 Personal relationships
1.6 Death
2 Philosophy and works
2.1 Bacon's Utopia
2.2 The New Instrument
2.3 List of published works
3 Influence
3.1 North America
3.2 Religious influence
3.3 Modern portrayals
4 Historical debates and fringe theories
4.1 Bacon and Shakespeare
4.2 Secret societies
4.3 Parentage theories
5 Timeline
6 See also
7 Notes
8 Sources
9 External links



Biography

Early life

Trinity College, Great Court with fountain
Biographers believe that Bacon was educated at home in his early years owing to poor health (which plagued him throughout his life), receiving tuition from John Walsall, a graduate of Oxford with a strong leaning towards Puritanism.
He entered Trinity College, Cambridge, on 5 April 1573 at the age of twelve, living for three years there together with his older brother Anthony under the personal tutelage of Dr John Whitgift, future Archbishop of Canterbury. Bacon's education was conducted largely in Latin and followed the medieval curriculum. He was also educated at the University of Poitiers. It was at Cambridge that he first met the Queen, who was impressed by his precocious intellect, and was accustomed to calling him "the young Lord Keeper" [1].

His studies brought him to the belief that the methods and results of science as then practiced were erroneous. His reverence for Aristotle conflicted with his loathing of Aristotelian philosophy, which seemed to him barren, disputatious, and wrong in its objectives.

On June 27, 1576 he and Anthony entered de societate magistrorum at Gray's Inn. A

few months later, they went abroad with Sir Amias Paulet, the English ambassador at Paris. The state of government and society in France under Henry III afforded him valuable political instruction. For the next three years he visited Blois, Poitiers, Tours, Italy, and Spain. During his travels, Bacon studied language, statecraft, and civil law while performing routine diplomatic tasks. On at least one occasion he delivered diplomatic letters to England for Walsingham, Burghley, and Leicester, as well as for the queen.

The sudden death of his father in February 1579 prompted Bacon to return to England. Sir Nicholas had laid up a considerable sum of money to purchase an estate for his youngest son, but he died before doing so, and Francis was left with only a fifth of that money. Having borrowed money, Bacon got into debt. To support himself, he took up his residence in law at Gray's Inn in 1579. He made rapid progress. He was admitted to the bar in 1582, he became Bencher in 1586, and he was elected a reader in 1587, delivering his first set of lectures in Lent the following year.

Parliamentarian
Bacon's threefold goals were to discover truth, to serve his country, and to serve his church. Seeking a prestigious post would aid him toward these ends. In 1580, through his uncle, Lord Burghley, he applied for a post at court, which might enable him to pursue a life of learning. His application failed.
For two years he worked quietly at Gray's Inn studying law, until admitted as an outer barrister in 1582.

The Hall, Gray’s Inn, 1892, by Herbert RailtonIn 1584, he took his seat in parliament for Melcombe in Dorset, and subsequently for Taunton (1586). At this time, he began to write on the condition of parties in the church, as well as philosophical reform in the lost tract, Temporis Partus Maximus. Yet, he failed to gain a position he thought would lead him to success. He showed signs of sympathy to Puritanism, attending the sermons of the Puritan chaplain of Gray's Inn and accompanying his mother to the Temple chapel to hear Walter Travers. This led to the publication of his earliest surviving tract, which criticised the English church's suppression of the Puritan clergy. In the Parliament of 1586, openly, he urged execution for Mary Queen of Scots.

About this time, he again approached his powerful uncle for help, the result of which may be traced in his rapid progress at the bar. In 1589, he received the valuable appointment of reversion to the Clerkship of the Star Chamber, although he did not formally take office until 1608 - a post which was worth £16,000 per annum.[2]

In 1592, he was commissioned to write a response to the Jesuit Robert Parson's anti-government tract entitled 'Certain observations made upon a libel' identifying England with the ideals of Republican Athens against the belligerence of Spain.



Attorney General
Bacon soon became acquainted with Robert Devereux, 2nd Earl of Essex (1567–1601), Queen Elizabeth's favourite. By 1591, he acted as the earl's confidential adviser. Bacon took his seat for Middlesex when in February 1593 Elizabeth called a Parliament to investigate a Roman Catholic plot against her.

Bacon's opposition to a bill that would levy triple subsidies in half the usual time offended many people. Opponents accused him of seeking popularity. For a time, the royal court excluded him.

When the Attorney-Generalship fell vacant in 1594, Lord Essex's influence was not enough still to secure Bacon's candidacy into the office. Likewise, Bacon failed to become a solicitor in 1595. To console him for these disappointments, Essex presented him with a property at Twickenham, which he sold subsequently for £1,800, the equivalent of around £240,000 in 2006.


Memorial to Francis Bacon, in the chapel of Trinity College, CambridgeIn 1596, Bacon became Queen's Counsel, but missed the appointment of Master of the Rolls. During the next few years, his financial situation remained bad. His friends could find no public office for him, and a scheme for retrieving his position by a marriage with the wealthy and young widow Lady Elizabeth Hatton failed after she broke off their relationship upon accepting marriage to a wealthier man. Years later, Bacon still wrote of his regret that the marriage to Elizabeth had never taken place.

In 1598 Bacon was arrested because of his debts. Afterwards however, his standing in the queen's eyes improved. Gradually, Bacon earned the standing of one of the learned counsels, though he had no commission or warrant and received no salary. His relationship with the queen further improved when he severed ties with Essex, a shrewd move because Essex was executed for treason in 1601.

With others, Bacon was appointed to investigate the charges against Essex, his former friend and benefactor. Bacon pressed the case hard against Essex. To justify himself, Bacon wrote A Declaration of the Practices and Treasons, etc., of ... the Earl of Essex. He received a gift of a fine of £1200 on one of Essex's accomplices.

The accession of James I brought Bacon into greater favour. He was knighted in 1603. In another shrewd move, Bacon wrote Apologie (defence) about his proceedings in the case of Essex, as Essex had favoured James to ascend to throne. The following year, during the course of the uneventful first parliament session, Bacon married Alice Barnham. In 1608, Bacon began working as the Clerkship of the Star Chamber. In spite of a generous income, old debts and spendthrift (despilfarro) ways kept him indebted. He sought further promotion and wealth by supporting King James and his arbitrary policy.

Bacon gained reward with the office of Solicitor in June 1607. In 1610 the famous fourth parliament of James met. Despite Bacon's advice to him, James and the Commons found themselves at odds over royal prerogatives and the king's embarrassing extravagance. The House dissolved in February 1611. Through this, Bacon managed to stay in favor of the king while retaining the confidence of the Commons.

In 1613, Bacon became attorney general, after advising the king to shuffle judicial appointments. As attorney general, Bacon prosecuted Somerset in 1616. The parliament of April 1614 objected to Bacon's presence in the seat for Cambridge and to the various royal plans which Bacon had supported. Although he was allowed to stay, parliament passed a law that forbade the attorney-general to sit in parliament. His influence over the king inspired resentment or apprehension in many of his peers. Bacon continued to receive the King's favour. In 1618, King James appointed Bacon to the position of Lord Chancellor.


Lord Chancellor and public disgrace
Bacon's public career ended in disgrace in 1621
. After having fallen into debt, a Parliamentary Committee on the administration of the law charged him with twenty-three separate counts of corruption. To the lords, who sent a committee to inquire whether a confession was really his, he replied, "My lords, it is my act, my hand, and my heart; I beseech your lordships to be merciful to a broken reed." He was sentenced to a fine of £40,000, remitted by King James, to be committed to the Tower of London during the king's pleasure (his imprisonment lasted only a few days). More seriously, parliament declared Bacon incapable of holding future office or sitting in parliament. Narrowly, he escaped being deprived of his titles. Thenceforth the disgraced viscount devoted himself to study and writing.

Historians such as Nieves Mathews believe Bacon may have been innocent of the bribery charges; Bacon himself said that he pleaded guilty by force deliberately[citation needed] so to save the king from a worse political scandal, stating:


"I was the justest judge that was in England these last fifty years. When the book of all hearts is opened, I trust I shall not be found to have the troubled fountain of a corrupt heart. I know I have clean hands and a clean heart. I am as innocent of bribes as any born on St Innocents Day."


Personal relationships

Francis Bacon
Though the well-connected antiquary John Aubrey (1626-1697) noted among his private memoranda concerning Bacon, "He was a Pederast. His Ganimeds and Favourites tooke Bribes",[3] biographers continue to debate about Bacon's sexual inclinations and the precise nature of his personal relationships.[4] When he was 36, Francis engaged in the courtship of Elizabeth Hatton, a young widow of 20. Reportedly, she broke off their relationship upon accepting marriage to a wealthier man. Years later, Bacon still wrote of his regret that the marriage to Elizabeth had never taken place.[5]

At the age of forty five, Bacon married Alice Barnham (1592–1650), the fourteen year old daughter of a well-connected London alderman and M.P. Bacon wrote three sonnets proclaiming his love for Alice. The first sonnet was written during his courtship and the second sonnet on his wedding day, 10 May 1606. The third sonnet was written years later "when by special Warrant of the King, Lady Bacon was given precedence over all other Court ladies" when Bacon was appointed "Regent of the Kingdom": Let not my Love be call'd Idolatry.[6] Reports of increasing friction in his marriage to Alice appeared, with speculation that some of this may have been due to financial resources not being as readily available to her as she was accustomed to having in the past. Alice was reportedly interested in fame and fortune, and when reserves of money were no longer available, there were complaints about where all the money was going. Alice Chambers Bunten wrote in her Life of Alice Barnham[7] that, upon their descent into debt, she actually went on trips to ask for financial favours and assistance from their circle of friends. Bacon disinherited her upon discovering her secret romantic relationship with John Underhill. He rewrote his will, which had previously been very generous to her (leaving her lands, goods, and income), revoking it all.

Several authors, such as A .L. Rowse, author of Homosexuals in History,[8][9] believe that Bacon was either bisexual or homosexual.
Professor Charles R. Forker[10] for example has explored the "historically documentable sexual preferences" of both King James and Bacon in addition to those of dramatist Christopher Marlowe and of Bacon's brother Anthony - and concluded they were oriented to "masculine love", a term that "seems to have been used exclusively to refer to the sexual preference of men for members of their own gender."[11]This conclusion has been disputed by other authors, such as Nieves Mathews, author of Francis Bacon: The History of a Character Assassination,[12][13] who consider the sources to be questionable and the conclusions open to interpretation.


Death

Monument to Bacon at his burial place, St Michael's Church in St AlbansIn April 1626, Sir Francis Bacon came to Highgate near London, and died at the empty (except for the caretaker) Arundel mansion. A famous and influential account of the circumstances of his death was given by John Aubrey in his Brief Lives. Aubrey has been criticized for his evident credulousness in this and other works; on the other hand, he knew Thomas Hobbes, the philosopher and friend of Bacon. Aubrey's vivid account, which portrays Bacon as a martyr to experimental scientific method, has him journeying to Highgate through the snow with the King's physician when he is suddenly inspired by the possibility of using the snow to preserve meat. "They were resolved they would try the experiment presently. They alighted out of the coach and went into a poor woman's house at the bottom of Highgate hill, and bought a fowl, and made the woman exenterate it". After stuffing the fowl with snow, he happened to contract a fatal case of pneumonia. He then attempted to extend his fading lifespan by consuming[citation needed] the fowl that had caused his illness. Some people, including Aubrey, consider these two contiguous, possibly coincidental events as related and causative of his death: "The Snow so chilled him that he immediately fell so extremely ill, that he could not return to his Lodging ... but went to the Earle of Arundel's house at Highgate, where they put him into ... a damp bed that had not been layn-in ... which gave him such a cold that in 2 or 3 days as I remember Mr Hobbes told me, he died of Suffocation."

Being unwittingly on his deathbed, the philosopher wrote his last letter to his absent host and friend Lord Arundel:

"My very good Lord,—I was likely to have had the fortune of Caius Plinius the elder, who lost his life by trying an experiment about the burning of Mount Vesuvius; for I was also desirous to try an experiment or two touching the conservation and induration of bodies. As for the experiment itself, it succeeded excellently well; but in the journey between London and Highgate, I was taken with such a fit of casting as I know not whether it were the Stone, or some surfeit or cold, or indeed a touch of them all three. But when I came to your Lordship's House, I was not able to go back, and therefore was forced to take up my lodging here, where your housekeeper is very careful and diligent about me, which I assure myself your Lordship will not only pardon towards him, but think the better of him for it. For indeed your Lordship's House was happy to me, and I kiss your noble hands for the welcome which I am sure you give me to it. I know how unfit it is for me to write with any other hand than mine own, but by my troth my fingers are so disjointed with sickness that I cannot steadily hold a pen."[14]

He died at Lord Arundel's home[15] on 9 April 1626, leaving assets of about £7,000 and debts to the amount of £22,000.

This account appears in a biography by William Rawley, Bacon's personal secretary and chaplain:

"He died on the ninth day of April in the year 1626, in the early morning of the day then celebrated for our Saviour's resurrection, in the sixty-sixth year of his age, at the Earl of Arundel's house in Highgate, near London, to which place he casually repaired about a week before; God so ordaining that he should die there of a gentle fever, accidentally accompanied with a great cold, whereby the defluxion of rheum fell so plentifully upon his breast, that he died by suffocation."[16]

At his April 1626 funeral, over thirty great minds collected together their eulogies of him. It is clear from all these eulogies that he was not only loved deeply, but that there was something about his character which led men even of the stature of Ben Jonson to hold him in reverence and awe. A volume of the 32 eulogies was published in Latin in 1730.[17]


[edit] Philosophy and works
Bacon did not propose an actual philosophy, but rather a method of developing philosophy. He wrote that, although philosophy at the time used the deductive syllogism to interpret nature, the philosopher should instead proceed through inductive reasoning from fact to axiom to law. Before beginning this induction, the inquirer is to free his or her mind from certain false notions or tendencies which distort the truth. These are called "Idols"[18] (idola), and are of four kinds: "Idols of the Tribe" (idola tribus), which are common to the race; "Idols of the Den" (idola specus), which are peculiar to the individual; "Idols of the Marketplace" (idola fori), coming from the misuse of language; and "Idols of the Theatre" (idola theatri), which result from an abuse of authority. The end of induction is the discovery of forms, the ways in which natural phenomena occur, the causes from which they proceed.


Sir Francis BaconDerived through use of his methods, Bacon explicates his somewhat fragmentary ethical system in the seventh and eighth books of his De augmentis scientiarum (1623). He distinguishes between duty to the community, an ethical matter, and duty to God, a religious matter. Bacon claimed that [1] any moral action is the action of the human will, which is governed by belief and spurred on by the passions; [2] good habit is what aids men in directing their will toward the good; [3] no universal rules can be made, as both situations and men's characters differ.

Regarding faith, in De augmentis, he writes that "the more discordant, therefore, and incredible, the divine mystery is, the more honour is shown to God in believing it, and the nobler is the victory of faith." He writes in "The Essays: Of Atheism" that "a little philosophy inclineth man’s mind to atheism; but depth in philosophy bringeth men’s minds about to religion."

Bacon contrasted the new approach of the development of science with that of the Middle Ages. He said:

"Men have sought to make a world from their own conception and to draw from their own minds all the material which they employed, but if, instead of doing so, they had consulted experience and observation, they would have the facts and not opinions to reason about, and might have ultimately arrived at the knowledge of the laws which govern the material world."

Bacon's works include his Essays, as well as the Colours of Good and Evil and the Meditationes Sacrae, all published in 1597. His famous aphorism, "knowledge is power", is found in the Meditations. He published The Proficience and Advancement of Learning in 1605. Bacon also wrote In felicem memoriam Elizabethae, a eulogy for the queen written in 1609; and various philosophical works which constitute the fragmentary and incomplete Instauratio magna (Great Renewal), the most important part of which is the Novum Organum (New Instrument, published 1620); in this work he cites three world-changing inventions:

"Printing, gunpowder and the compass: These three have changed the whole face and state of things throughout the world; the first in literature, the second in warfare, the third in navigation; whence have followed innumerable changes, in so much that no empire, no sect, no star seems to have exerted greater power and influence in human affairs than these mechanical discoveries."[19]


[edit] Bacon's Utopia
Main article: The New Atlantis
In 1623 Bacon expressed his aspirations and ideals in The New Atlantis. Released in 1627, this was his creation of an ideal land where "generosity and enlightenment, dignity and splendor, piety and public spirit" were the commonly held qualities of the inhabitants of Bensalem. In this work, he portrayed a vision of the future of human discovery and knowledge. The plan and organization of his ideal college, "Solomon's House", envisioned the modern research university in both applied and pure science.


[edit] The New Instrument
Main article: Baconian method
The Novum Organum is a philosophical work by Francis Bacon published in 1620. This is a reference to Aristotle's work Organon, which was his treatise on logic and syllogism. In Novum Organum, Bacon details a new system of logic he believes to be superior to the old ways of syllogism. In this work, we see the development of the Baconian method consists of procedures for isolating the form nature, or cause, of a phenomenon, including the method of agreement, method of difference, and method of concomitant variation.


[edit] List of published works
Essays (1597)
The Elements of the Common Law of England (1597)
A Declaration of the Practises & Treasons Attempted and Committed by Robert, late Earl of Essex and his Complices (1601)
Francis Bacon His Apology, in Certain Imputations Concerning the late Earl of Essex (1604)
Certain Considerations Touching the Better Pacification and Edification of the Church of England (1604)
Valerius Terminus of the Interpretation of Nature (1604)
The Proficience and Advancement of Learning (1605)
De sapientia veterum liber (1609)
The Charge of Sir Francs Bacon, Knight, the King's Attorney-General, Touching Duels (1614)
The Wisdom of the Ancients (1619)
Novum Organum (1620)
The History of the Reign of King Henry the Seventh (1622)
Apophthegms, New and Old (1625)
The Translation of Certain Psalms (1625)
The New Atlantis (1626)
Sylva Sylvarum (1627)
Scripta in naturali et universli philisophia (pub. 1653)

[edit] Influence
Bacon's ideas about the improvement of the human lot were influential in the 1630s and 1650s among a number of Parliamentarian scholars. During the Restoration, Bacon was commonly invoked as a guiding spirit of the Royal Society founded under Charles II in 1660.[20][21] In the nineteenth century his emphasis on induction was revived and developed by William Whewell, among others.[22]


[edit] North America
There are some scholars who believe that Bacon's vision for a Utopian New World in North America was laid out in his novel The New Atlantis. He envisioned a land where there would be greater rights for women, the abolishing of slavery, elimination of debtors' prisons, separation of church and state, and freedom of religious and political expression.[23][24][25][26] Francis Bacon played a leading role in creating the British colonies, especially in Virginia, the Carolinas, and Newfoundland. His government report on “The Virginia Colony” was made in 1609. Francis Bacon and his associates formed the Newfoundland Colonization Company and in 1610 sent John Guy to found a colony in Newfoundland. In 1910 Newfoundland issued a postage stamp to commemorate Francis Bacon's role in establishing Newfoundland. The stamp states about Bacon, "the guiding spirit in Colonization Schemes in 1610."[5]


[edit] Religious influence
Main article: Occult theories about Francis Bacon
Francis Bacon's influence can also be seen on a variety of religious and spiritual authors, and on groups that have utilized his writings in their own belief systems.[27][28][29][30][31]


[edit] Modern portrayals
In cinema, Bacon has been most memorably portrayed by Donald Crisp in The Private Lives of Elizabeth and Essex (1939) starring Bette Davis and Errol Flynn. He was also played in the 2005 Golden Globe winning mini-series Elizabeth I by Will Keen. On television, John Nettleton played Bacon in the 1970s BBC production of Elizabeth R starring Glenda Jackson.


[edit] Historical debates and fringe theories

[edit] Bacon and Shakespeare
Main articles: Baconian theory and Bacon's cipher
The Baconian theory of Shakespearean authorship holds that Sir Francis Bacon wrote the plays conventionally attributed to William Shakespeare.

The mainstream view is that William Shakespeare of Stratford, an actor in the Lord Chamberlain's Men (later the King's Men), wrote the poems and plays that bear his name. The Baconians, however, hold that scholars are so focused on the details of Shakespeare's life that they neglect to investigate the many facts that they see as connecting Bacon to the Shakespearean work.


Sir Francis Bacon's letter to John Davies "so desiring you to be good to concealed poets".The main Baconian evidence is founded on the presentation of a motive for concealment, the circumstances surrounding the first known performance of The Comedy of Errors, the close proximity of Bacon to the William Strachey letter upon which many scholars think The Tempest was based, perceived allusions in the plays to Bacon's legal acquaintances, the many supposed parallels with the plays of Bacon's published work and entries in the Promus (his private wastebook), Bacon's interest in civil histories, and ostensible autobiographical allusions in the plays. Because Bacon had first-hand knowledge of government cipher methods, most Baconians see it as feasible that he left his signature somewhere in the Shakespearean work.

Supporters of the standard view, often referred to as "Stratfordian" or "Mainstream", dispute all contentions in favour of Bacon, and criticize Bacon's poetry as not being comparable in quality with that of Shakespeare.


Secret societies
Main article: Occult theories about Francis Bacon
Francis Bacon often gathered with the men at Gray's Inn to discuss politics and philosophy, and to try out various theatrical scenes that he admitted writing.[32] Bacon's alleged connection to the Rosicrucians and the Freemasons has been widely discussed by authors and scholars in many books.[33] Claims include that Bacon went by the name Christian Rosenkreuz in Germany and created The Rosicrucian Order (Order of the Rose Cross). However others, including Daphne du Maurier (in her biography of Bacon), have argued there is no substantive evidence to support claims of involvement with the Rosicrucians.[34] Frances Yates[35] does not make the claim that Bacon was a Rosicrucian, but presents evidence that he was nevertheless involved in some of the more closed intellectual movements of his day. She argues that Bacon's movement for the advancement of learning was closely connected with the German Rosicrucian movement, while Bacon's The New Atlantis portrays a land ruled by Rosicrucians. He apparently saw his own movement for the advancement of learning to be in conformity with Rosicrucian ideals.[36]


The Italianate York Water Gate, built about 1626 (2004)In 1618 Francis Bacon decided to secure a lease for York House. This had been his boyhood home in London next to the Queen's York Place before the Bacon family had moved to Gorhambury in the countryside. Upon the passing of Lord Egerton (Lord Keeper of the Great Seal of England), it now was available for Bacon to lease it. During the next four years this mansion on the Strand (so large that it had 40 fireplaces) served as the home for Francis and Alice Bacon. Over the next four years Bacon would host banquets at York House that were attended by the leading men of the time, including poets, scholars, authors, scientists, lawyers, diplomats, and foreign dignitaries.

Within the banquet hall, Francis gathered the greatest leaders in literature, art, law, education, and social reform. On 22 January, 1621 in honour of Sir Francis Bacon's sixtieth birthday, a select group of men assembled in the large banquet hall in York House without fanfare for what has been described as a Masonic banquet.[37] This banquet was to pay tribute to Sir Francis Bacon. Only those of the Rosicrosse (Rosicrucians) and the Masons who were already aware of Bacon's leadership role were invited.[5] The tables were T-tables with gleaming white drapery, silver, and decorations of flowers. The poet Ben Jonson, a long-time friend of Bacon, gave a Masonic ode to Bacon that day. He had once remarked of Bacon, "I love the man and do honour his memory above all others."[38]

There was a depth of love by a large body of men toward Bacon, similar to some degree in the manner that disciples love a Master.[39] This is especially true when taking into account his membership (and some say leadership) of secret societies such as the Rosicrucians and Freemasons.[37] In the inner esoteric membership, which included Francis Bacon, vows of celibacy for spiritual reasons were encouraged.[40][41]


Parentage theories
A small number of authors have theorized that Francis Bacon could have been the unacknowledged son of Queen Elizabeth and Robert Dudley, Earl of Leicester[42][43][44] and that Elizabeth's other secret biological son was Robert Devereux, Earl of Essex (whom the Queen forced Bacon to prosecute for treason). There is documented evidence that Elizabeth visited Nicholas Bacon's house at Gorhambury at least twice and was entertained by the eight or nine year old Francis.[45][46]


Alfred Dodd (writing in the first half of the c.20th) claimed that by the age of fifteen Bacon was frequently present at the Elizabethan Court. Robert Cecil allegedly would whisper the secret to the ladies of the Court. The Queen, overhearing Lady Scales, repeating the story, is said to have seized the girl and beat her furiously. Bacon intervened. Enraged that he should take the girl's part, Elizabeth added: "Though you are my own child, I bar you from the Succession for withstanding your mother." Anne Bacon is said to have confirmed the story, adding the Queen was married in a secret ceremony on 21 January 1561 in the house of Lord Pembroke, and that Nicholas Bacon had been one of the witnesses.[6] No other modern-day historians or biographers have produced any evidence whatsoever to support Dodd's claim.



Notes
^ Collins, Arthur (1741). The English Baronetage: Containing a Genealogical and Historical Account of All the English Baronets, Now Existing: Their Descents, Marriages, and Issues; Memorable Actions, Both in War, and Peace; Religious and Charitable Donations; Deaths, Places of Burial and Monumental Iiscriptions [sic]. Printed for Tho. Wotton at the Three Daggers and Queen's Head. p. 5.
^ Oxford Dictionary of National Biography, volume 2, p.126
^ Oliver Lawson Dick, ed. Aubrey's Brief Lives. Edited from the Original Manuscripts, 1949, s.v. "Francis Bacon, Viscount of St. Albans" p. 11.
^ See opposing opinions of: A. L. Rowse, Homosexuals in History, New York: Carroll & Garf, 1977. page 44; Jardine, Lisa; Stewart, Alan Hostage To Fortune: The Troubled Life of Francis Bacon Hill & Wang, 1999. page 148; Nieves Mathews, Francis Bacon: The History of a Character Assassination, Yale University Press, 1996; Ross Jackson, The Companion to Shaker of the Speare: The Francis Bacon Story, England: Book Guild Publishing, 2005. pages 45 - 46
^ a b c Alfred Dodd, Francis Bacon's Personal Life Story', Volume 2 - The Age of James, England: Rider & Co., 1949, 1986. pages 157 - 158, 425, 502 - 503, 518 - 532
^ a b Alfred Dodd, Secret History of Francis Bacon, London: The C. W. Daniel Company Ltd. 1941. pages 16 - 17, 97 - 102
^ Alice Chambers Bunten, Life of Alice Barnham, Wife of Sir Francis Bacon, London: Oliphants Ltd. 1928.
^ A. L. Rowse, Homosexuals in History, New York: Carroll & Garf, 1977. page 44
^ Jardine, Lisa; Stewart, Alan Hostage To Fortune: The Troubled Life of Francis Bacon Hill & Wang, 1999. page 148
^ Forker, Masculine Love, Renaissance Writing, and the New Invention of Homosexuality: An Addendum in the Journal of Homosexuality (1996), Indiana University
^ Journal of Homosexuality, Volume: 31 Issue: 3, 1996, pages 85-93, ISSN: 0091-8369
^ Nieves Mathews, Francis Bacon: The History of a Character Assassination, Yale University Press, 1996
^ Ross Jackson, The Companion to Shaker of the Speare: The Francis Bacon Story, England: Book Guild Publishing, 2005. pages 45 - 46
^ Bacon, The Works of Francis Bacon, Lord Chancellor of England. A new Edition, ed.Basil Montagu, London: 1825-1834
^ Bryant, Mark: Private Lives, 2001, p.22.
^ William Rawley (Bacon's personal secretary and chaplain) Resuscitatio, or, Bringing into Publick Light Several Pieces of the Works, Civil, Historical, Philosophical, & Theological, Hitherto Sleeping; of the Right Honourable Francis Bacon....Together with his Lordship's Life 1657. "Francis Bacon, the glory of his age and nation, the adorner and ornament of learning, was born in York House, or York Place, in the Strand, on the two and twentieth day of January, in the year of our Lord 1560." ^ W.G.C. Gundry, ed. Manes Verulamani. This important volume consists of 32 eulogies originally published in Latin shortly after Bacon's funeral in 1626. Bacon's peers refer to him as "a supreme poet" and "a concealed poet," and also link him with the theatre.
^ "Idols" is the usual translation of idola, but 'illusion' is perhaps a more accurate translation to modern English. See footnote, The New Organon, (Cambridge: Cambridge Univ. Pr., 2000), p.18.
^ Novum Organum, Liber I, CXXIX - Adapted from the 1863 translation
^ Julian Martin, Francis Bacon: The State and the Reform of Natural Philosophy, 1992
^ Byron Steel, Sir Francis Bacon: The First Modern Mind, Garden City, NY: Doubleday, Doran and Co., Inc., 1930
^ Peter Urbach, Francis Bacon's Philosophy of Science, Open Court Publishing Co., 1987. A study which argues from a close consideration of Bacon's actual words in context, that he was immensely more sophisticated and modern than is generally allowed. Bacon's reputation as a philosopher of science has sunk since the 17th and early 18th centuries, when he was accorded the title "Father of Experimental Philosophy". ^ Harvey Wheeler, Francis Bacon’s Case of the Post-Nati:(1608); Foundations of Anglo-American Constitutionalism; An Application of Critical Constitutional Theory, Ward, 1998
^ Howard B. White, Peace Among the Willows: The Political Philosophy of Francis Bacon, The Hague Martinus Nijhoff, 1968
^ Harvey Wheeler, Francis Bacon’s "Verulamium": the Common Law Template of The Modern in English Science and Culture, 1999 ^ Frances Yates, (essay) Bacon's Magic, in Frances Yates, Ideas and Ideals in the North European Renaissance, London: Routledge & Kegan Paul, 1984
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^ Frances Yates, Theatre of the World, London: Routledge & Kegan Paul, 1969
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^ Alfred Dodd, The Marriage of Elizabeth Tudor, Rider, 1940. Still maintained as a State secret the author presents allegedly detailed historical evidence that the "virgin queen" not only married Robert Dudley but had two offspring with him.
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Sources
Material originally from the 1911 Schaff-Herzog Encyclopedia of Religion.
Material originally from the 1912 Schaff-Herzog Encyclopedia of Religion.
This article incorporates text from the Encyclopædia Britannica Eleventh Edition, a publication now in the public domain.
This article incorporates public domain text from: Cousin, John William (1910). A Short Biographical Dictionary of English Literature. London, J. M. Dent & sons; New York, E. P. Dutton.
John Farrell, "The Science of Suspicion." Paranoia and Modernity: Cervantes to Rousseau (Cornell UP, 2006), chapter six.
"Our Western Heritage" Roselle / Young: Chapter five "The 'Scientific Revolution' and the 'Intellectual Revolution'".

[edit] External links



Works by/about Francis Bacon, from Internet Archive. Scanned, illustrated original editions.
Francis Bacon Books
Online editions of Bacon's works
Essays by Francis Bacon at Quotidiana.org
The Essays: Francis Bacon
Novum Organum Online
Sir Francis Bacon's New Advancement of Learning
Dictionary of the History of Ideas: Baconianism
Rictor Norton, "Sir Francis Bacon" quotes excised passages of Sir Simonds D'Ewes
Quotations Book - Francis Bacon
Francis Bacon entry in the Stanford Encyclopedia of Philosophy by Juergen Klein
The Twickenham Museum - Sir Francis Bacon
Henry Wotton employed by Bacon's intelligence system
Francis Bacon Research Trust - Studies of Bacon's connections to the Rosicrucians, Freemasonry, Shakespeare
A more easily readable version of the New Organon
Francis Bacon at Thoemmes Continuum
Cryptographic Shakespeare
The Works of Sir Francis Bacon
Famous quotes by Francis Bacon
Archival material relating to Francis Bacon listed at the UK National Register of Archives



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1586–1588 Succeeded by
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Member of Parliament for Liverpool

1588–1594 Succeeded by
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1618–1626
[hide]v • d • ePart of a series on the Shakespeare Authorship Question

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Persondata
NAME Bacon, Francis
ALTERNATIVE NAMES Bacon, 1st Viscount St Alban, Francis (full name and title); Verulam, Baron (title); St Alban, Viscount (title)
SHORT DESCRIPTION Philosopher and statesman
DATE OF BIRTH 22 January 1561(1561-01-22)
PLACE OF BIRTH Strand, London, England
DATE OF DEATH 9 April 1626
PLACE OF DEATH Highgate, London, England

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