jueves, 5 de marzo de 2009

Alberto Baños, titular del Juzgado No 27 en lo Correccional y Criminal,

Un grupo comando robó el expediente de las manos de Perón


Estaba en la casa del juez de la causa



­El misterioso robo de las manos del presidente Juan Domingo Perón tomó en los últimos días un cariz aún más enigmático. El juez que investiga ese episodio, Alberto Baños, acaba de denunciar que, en lo que denominó como "una operación de inteligencia", un grupo ingresó en su casa y se llevó los expedientes de los últimos nueve años de investigación.

En un oficio que incluye una pormenorizada descripción del hecho, ocurrido el domingo pasado, el magistrado puso en conocimiento de la situación a la Cámara del Crimen.

Allí explicó que tenía la causa en su domicilio porque preparaba un escrito en el que iba a reiterar un pedido al Gobierno para que dispusiera el levantamiento del secreto en los organismos de inteligencia del Estado, con el fin de que aportaran toda la información que tuvieran sobre el robo de las manos de Perón.

Baños detalló que el ex presidente Néstor Kirchner no había dado ninguna respuesta a una solicitud similar, emitida en julio del año pasado, a pesar de que en ese momento el Gobierno dejó trascender que aceptaría el pedido del juez.

¿Por qué se trató de una operación de inteligencia y no de un simple robo? El juez dio sus motivos. Precisó que los intrusos que habían entrado en su domicilio sólo se habían llevado un portafolio que contenía los cuerpos de la causa, su computadora portátil, su agenda electrónica y su teléfono celular.

"No fue sustraído ningún elemento de valor, tales como equipos de música, instrumentos musicales, alhajas, relojes ni dinero en efectivo, aun cuando varios de esos bienes se encontraban perfectamente a disposición de los intrusos", detalló Baños en su nota, dirigida al presidente de la Cámara del Crimen, Mario Filozof.

El episodio estuvo rodeado de otras circunstancias misteriosas. De acuerdo con lo que informó la empresa de alarmas "Prosegur", desde que ingresaron en la casa, los intrusos sólo tardaron cuatro segundos en desactivar los sensores de seguridad y entrar en el escritorio, donde estaban los elementos robados.

El mismo día de los hechos, un cuñado del juez, que lo había acompañado a revisar la casa después del robo, recibió varias llamadas telefónicas en las que una "voz cavernosa" le preguntaba por un tal "Justinio Valentino". Según consignó Baños, analistas de inteligencia le indicaron que el nombre era una clara referencia a quien "hace justicia" y a quien "se hace el valiente".

Con estos elementos, el juez afirmó que sin dudas se trató de una operación de "intimidación psicológica".

"Estoy desconcertado"

En diálogo con LA NACION, Baños manifestó que estaba desconcertado y que intentaría reconstruir la causa en los próximos días.

La tumba de Perón, hoy en la Quinta de San Vicente, fue profanada en el cementerio de la Chacarita en junio de 1987. Hoy, la investigación judicial, que pasó por varios juzgados, no tiene detenidos ni imputados. Los últimos acusados fueron sobreseídos en 1990. En aquel momento, Carlos Andina Allende, que había quedado a cargo del juzgado por la muerte de su antecesor, archivó la causa. El primer juez del caso, Far Suau, falleció el 25 de noviembre de 1988 en un accidente automovilístico en la ruta 3, a la altura de Coronel Dorrego. Su Ford Sierra se salió del camino y se estrelló contra un peñasco. Las causas del accidente nunca quedaron del todo claras.
Cuatro años después del archivo, en agosto de 1994, el juez Baños reabrió la investigación tras el hallazgo, en la comisaría 29, con jurisdicción sobre el cementerio de la Chacarita, de un juego de llaves más que particular.

La bóveda de Perón se abre a través de un sistema extremadamente riguroso: el grueso blíndex que resguarda el féretro contiene cuatro cerraduras que sólo se abren con doce llaves. Una copia de ese juego, que hoy guarda el escribano general de la Nación, Natalio Etchegaray, apareció misteriosamente en esa comisaría.

Por Gabriel Sued
De la Redacción de LA NACION



Dos décadas de enigmas

* La tumba del presidente Juan Domingo Perón fue profanada en junio de 1987 en el cementerio de la Chacarita.

* El primer juez de la causa, Far Suau, murió en 1988 en un misterioso accidente en la ruta 3. Su sucesor, Carlos Allende, archivó el caso.

* En 1994, aparecieron las llaves de la bóveda de Perón en una comisaría y Baños reabrió la causa. Hoy, no hay acusados.



FUENTE: La Nación








MENSAJE MAFIOSO
Roban expedientes de la causa por manos de Perón
Una banda de "profesionales" ingresaron a la casa del juez Baños el fin de semana y se llevaron parte de los documentos de la investigación.



Los asaltantes que el domingo sustrajeron de la casa del juez Alberto Baños, en Lomas de Zamora, parte del expediente por el robo de las manos de Juan Domingo Perón, sólo se llevaron "los últimos cuatro cuerpos", dijeron a DyN fuentes judiciales.

Las fuentes indicaron que esas 800 fojas del expediente, más una computadora personal, diskettes y otros objetos personales constituyeron todo el botín que los ladrones se llevaron del escritorio del juez. Baños no estaba en su casa sino en la de sus suegros cuando recibió un llamado a su celular alertándolo de que había sonado una alarma en su casa.

El juez avisó a la policía y cuando llegaron a la vivienda se encontraron con "un trabajo hecho por profesionales", presuntamente entre cuatro y cinco, según revelaron las fuentes.

El piso de la casa de Baños es de color claro y el domingo el tiempo estaba lluvioso y húmedo, pese a lo cual no fueron halladas huellas de pisadas.

Sobre una mesa cercana al acceso los ladrones colocaron una terminal de alarma que arrancaron al llegar a la finca; junto a ella había 50 pesos, que no tocaron. Cerca de allí y a la vista también, había un reloj Rolex antiguo, de alto valor económico, que tampoco se llevaron.

Las fuentes confirmaron los llamados telefónicos invocando a "justiniano" y "valentino", lo que interpretaron como "un mensaje" al juez.

En la misma secuencia temporal del fin de semana, también fueron invadidas las casas de dos cuñados del juez, aunque en esos casos no faltó ningún elemento de valor.

Los informantes dijeron que los cuerpos del expediente robados "ya están prácticamente reconstruidos", de modo que la documentación que allí figuraba "no se va a perder".

FUENTE:Critica







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ESTA FRENTE AL TEATRO COLON Ni la Cámara del Crimen se salva: entraron a robar en sus oficinas
Fue durante el fin de semana. No pudieron abrir una caja fuerte y se llevaron 40 pesos. LUGAR. LA ENTRADA PRINCIPAL DE LA CAMARA DEL CRIMEN, EN VIAMONTE 1147.
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Por primera vez en la historia judicial argentina se produjo un robo en la Cámara del Crimen: ladrones intentaron abrir una caja fuerte que está en las oficinas de la Sala I pero no pudieron acertar los números de la combinación y escaparon con un magro botín: apenas 40 pesos que pertenecían a una caja chica y que estaban en el cajón de un escritorio.

Funcionarios judiciales se mostraron ayer preocupados porque según los investigadores policiales que intervinieron en el hecho, se trató de un trabajo interno, es decir, los ladrones no son ajenos al edificio. Y por eso pusieron el ojo en la gente que trabajó el fin de semana allí: desde empleados de mantenimiento hasta una cuadrilla que fue reparar los equipos de aire acondicionado.

El robo, que se descubrió el lunes a la mañana, ocurrió entre el viernes después de las 18 y el domingo pasado en la Sala I de la Cámara del Crimen, que está en Viamonte 1147, en la zona de Tribunales, frente al Teatro Colón. Durante el fin de semana la vigilancia es mínima: sólo un policía custodia la puerta.

La Sala I está integrada por los jueces Alfredo Barbarosch, Gustavo Bruzzone y Jorge Rimondi e intervinieron en la causa por la muerte del adolescente Matías Bragagnolo, luego de una pelea en el Barrio Parque, en 2006, y en otras contra policías federales por inventar operativos.

Los investigadores policiales creen que un solo ladrón entró a las oficinas pero sospechan que contó con el apoyo de al menos uno más. Según pudieron reconstruir, el ladrón "se coló" por una banderola desde un patio interno a un baño de esa sala. "El ladrón debe ser de una contextura física pequeña para haber pasado por ese lugar", dijo a Clarín una fuente judicial.

Adentro el asaltante revisó dos oficinas. Encontró 40 pesos que había en un cajón y luego halló la llave de la caja fuerte. Intentó abrirla pero no tuvo éxito: ya que no pudo acertar la combinación numérica de la caja, aseguraron fuentes de la investigación.

La llave quedó puesta en la cerradura y los peritos de Policía Científica buscaban si habían quedado huellas marcadas. De todas maneras levantaron rastros de la caja en la que estaba guardado el dinero, así como también de la banderola. Además, un saco que había quedado colgado en un perchero estaba todo manoseado, como si el ladrón hubiera buscado dinero en los bolsillos. Y también detectaron unas huellas de pisadas.

Es por eso que policías de la comisaría 3ª, por orden del fiscal porteño Jorge Ismael Mola que interviene en el caso, allanaron unos lockers en los que empleados guardan sus cosas y secuestraron unos zapatos cuya suela podría coincidir con las pisadas, explicaron los voceros.

"Afortunadamente no tocaron ni documentación ni expedientes", dijo un vocero judicial. Según los investigadores, los ladrones no buscaban nada en particular relacionado con alguna causa, sino cosas de valor que se pudieran llevar escondidas en los bolsillos.

Las mismas fuentes contaron que adentro de la caja fuerte que no pudieron abrir no había armas (que hayan sido secuestradas en alguna causa), y que sólo había un poco de dinero y documentos varios.

El ladrón escapó por el mismo lugar por el que había entrado. Ahora los investigadores están confiados que podrán detener al responsable en pocos días. "Se movió con cierta torpeza -aseguran-. Sabemos que es de contextura pequeña y que trabaja en el edificio. Y es probable que obtengamos una identificación a través de las huellas".

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