lunes, 16 de marzo de 2009

FRANCISCO CORREA - ESCÁNDALO

Pelotado en Majadahonda
• Un valioso terreno que sólo podía acoger naves y comercios de, como máximo, 6.000 metros cuadrados, pasó a ser una finca que pronto albergará un centro comercial de 60.000 metros, disparando su valor. El propietario del terreno era la constructora Dico.


Reportaje por: Javier CHICOTE
Fotografías por: 09/03/09
Decenas de gigantescos centros comerciales brotaron durante los años de la burbuja en la geografía española, pero pocos tienen las dimensiones que tendrá en 2010 el que se construye ahora en uno de los más valiosos eriales de Majadahonda, la capital del millonario noroeste madrileño, uno de los municipios con mayor renta per cápita de España. Allí se erigen los primeros pilones del futuro Gran Plaza 2, casi 60.000 metros cuadrados de construcción que se dedicarán al comercio minorista.


Su dueña es la Sociedad General Inmobiliaria, la filial española del emporio de Robert Balkany, el líder del sector en toda Europa. Junto a la M-50, el centro comercial ocupa una parcela que Balkany compró en enero del pasado año la constructora Grupo Dico por 61 millones de euros y que, en un principio, sólo podía albergar superficies comerciales de menos de 6.000 metros cuadrados, es decir, una décima parte de lo que ocupará el nuevo centro comercial. La zona, conocida como el Carril del Tejar, la recalificó en 2003 el entonces alcalde Guillermo Ortega, del PP, imputado por el juez Garzón en la operación Gürtel contra la trama de corrupción dirigida por Francisco Correa. El gabinete de Ortega acordó dar un uso terciario (empresas, zonas comerciales…) para negocios de mediana superficie a seis parcelas que suman 220.000 metros cuadrados. Esto significa que el tamaño de los comercios que allí se instalaran tenía que oscilar entre los 450 y los mencionados 6.000 metros cuadrados. Para entonces, en la parcela ya había aparecido Dico. Se trata de la constructora cuyo ex director general, David Merino, aseguró en interviú hace tres semanas haber pagado comisiones a los tres últimos alcaldes del municipio, todos del PP. “En Majadahonda han cobrado el actual alcalde, Narciso de Foxá, y sus dos antecesores, Guillermo Ortega y Ricardo Romero de Tejada”, dijo Merino a esta revista ante testigos.Tras hacerse con varias parcelas, entre ellas la número 1, la más grande de todas, con 90.000 metros cuadrados, Dico pide al consistorio majariego en junio de 2005 que modifique el plan parcial para eliminar el tope de los 6.000 metros cuadrados y que en el terreno, así, se puedan construir grandes centros comerciales. El proceso va muy rápido. En sólo un mes los servicios técnicos del ayuntamiento informan favorablemente. En agosto de ese mismo año la solicitud es admitida a trámite. En octubre, la petición ve luz verde en el pleno. El valor de la parcela se dispara automáticamente. La medida se extiende a las otras cinco parcelas, aunque no todas pueden albergar grandes comercios, al haber sido divididas en parcelas inferiores a 6.000 metros. Portavoces del Ayuntamiento de Majadahonda no han querido contestar a todas las preguntas de esta revista. Se han limitado a comentar que “no se cambió el uso [terciario] de las parcelas”.
Aunque la venta de la parcela a Balkany se escrituró en enero del pasado año, la operación se acordó en contrato privado “hace por lo menos dos o tres años”, ha declarado a interviú Julián Giménez de los Galanes, uno de los dueños del Grupo Dico. Según fuentes de la investigación, el muñidor de la operación fue Raúl Calvo, empresario socio de Giménez. Éste ha asegurado a esta revista que “el proceso fue totalmente legal”. Tras negar rotundamente que Dico había pedido cambiar el tope de 6.000 metros cuadrados, Giménez termina reconociéndolo, pero matiza que “la superficie total de edificabilidad es la misma, sólo que juntando locales pequeños en uno más grande”. Aunque la edificabilidad sea la misma, con la limitación a 6.000 metros por cada local nunca podría construirse un centro comercial como el Gran Plaza 2. Giménez sostiene que ya han vendido todas las parcelas que Dico tuvo en el Tejar, pero rechaza informar sobre las plusvalías que se generaron –la cuantía del pelotazo–, limitándose a decir que “el dinero que se ganó se declaró”. Pese a que la inauguración del centro comercial está prevista para el próximo año, las obras no avanzan demasiado rápido.

Batalla por el urbanismo
Narciso de Foxá, el actual alcalde de Majadahonda, había sustituido a Guillermo Ortega en la alcaldía del municipio madrileño en febrero de 2005, unos meses antes de la maniobra de Dico en el Carril del Tejar. Ortega, al que el presunto cerebro de la trama de corrupción de Madrid, Francisco Correa, apodó La Rata, dejó el cargo oficialmente por motivos de salud. Pero distintas fuentes confirman que la verdadera razón fue el control del negocio inmobiliario. En una declaración ante la Fiscalía Anticorrupción en julio de 2005 –a la que ha tenido acceso interviú–, Guillermo Ortega aseguró haber sufrido presiones de su antecesor en el cargo, Ricardo Romero de Tejada, para nombrar a Narciso de Foxá concejal de Urbanismo contra su criterio. La enajenación de unas parcelas y la contratación de la Oficina de Atención al Ciudadano a la red de Francisco Correa terminaron de romper el grupo popular en Majadahonda. Ortega aseguró ante el fiscal que en aquellos días se reunió con Julián Giménez de los Galanes en la cafetería Vips del centro comercial majariego Equinoccio para pedirle “su opinión sobre la posibilidad de abandonar el ayuntamiento”. Ante la extrañeza de que un alcalde le pregunte a un constructor con intereses en el municipio sobre la conveniencia de dejar la alcaldía, Ortega matiza a esta revista que le consultó como “amigo”. Giménez de los Galanes primero niega cualquier reunión con Ortega, pero, informado de la declaración del ex alcalde ante la fiscalía, prefiere contestar: “¿Qué pasa? Si me encuentro con un amigo, ¿no puedo tomar un café con él? Los dos somos de Majadahonda y nos conocemos”. El ex alto ejecutivo de Dico Merino aseguró a interviú que “la operación de quitar a Willy y poner a Narciso la hicimos nosotros (Dico) en la finca de caza de Daimiel. A Willy le pusieron un sueldo porque quería contarlo todo”.

Ortega declaró en la Fiscalía que decidió dejar la alcaldía después de informar al partido y denunciar irregularidades en la empresa pública Pammasa (Patrimonio Municipal de Majadahonda, SA) que gestionaba Foxá. Ortega exige “un puesto que no sea de perfil político y con un sueldo equivalente al de alcalde”, y es Francisco Granados, secretario general del PP de Madrid y Consejero de Interior y Presidencia de la comunidad madrileña, quien le ofrece, “entre otros, la dirección del Mercado Puerta de Toledo”. En ese cargo ha cesado Ortega al estallar el escándalo de la trama de Correa.
Nuevamente, aparecen cacerías en el recuerdo de las relaciones y contactos que rodearon estas operaciones urbanísticas. El ex alcalde de Majadahonda también reconoció ante el fiscal haber asistido invitado a las monterías que organizaba el Grupo Dico, en las que, dijo ante el fiscal en 2005, “coincidí con Romero de Tejada y Narciso de Foxá”. Se dejaban invitar y acudían pese a que la constructora tiene intereses urbanísticos en el municipio.

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