lunes, 13 de abril de 2009

LA EX PRESIDENTA

“Una débil mujer”








Por Susana Viau

Su caso no es único. Lenin no se llamaba así, pero ese seudónimo protegió su identidad de la policía política zarista; Willy Brandt tampoco era Willy Brandt, pero con ese nombre, el de la clandestinidad, dirigió durante años la política alemana del siglo XX. Isabel Martínez de Perón, “Isabelita”, accedió también a la jefatura del Estado con un nombre de guerra, de otras guerras, libradas no en los pliegues de la legalidad sino en teatros de ínfima categoría, donde las chicas del coro solían escudriñar la platea para disputarse la atención y la billetera de los vejetes verdes. Esa primera profesión marcó la historia de la mujer diminuta, poco agraciada y de rasgos malévolos que jamás logró ser recordada como indica su partida bautismal: María Estela Martínez Cartas, nacida el 4 de febrero de 1931 en La Rioja. El “Isabel” que la ayudó en lo artístico la favoreció luego en la métrica de los estribillos que se coreaban en 1975, cuando la CGT disputaba a José López Rega un lugar al sol: “Isabel Martínez de Perón/la Patria Peronista/te da su corazón”.

En verdad Isabelita-María Estela sólo fue riojana por casualidad. Su padre, Carmelo Martínez, había sido destinado a la sucursal La Rioja del Banco Hipotecario, donde se ganaba la vida. Tuvo seis hijos, ella era la menor. Al regresar a Buenos Aires, María Estela descubrió su vocación por las danzas populares. Muy niña comenzó a deambular por compañías de baile, salas de poca monta y giras a pueblos perdidos en el mapa. Tan joven decantó su vocación que a los veinte años ya estaba en Panamá, contratada como bailarina de un club nocturno. A partir de ese momento, las versiones comienzan a bifurcarse. Algunos sostienen que el general Juan Domingo Perón asistió a uno de los shows y al día siguiente invitó al cuerpo de baile a una playa. Otros afirman que el flechazo ocurrió durante una fiesta, un 23 de diciembre de 1955, y el exiliado, que sentía una atracción irresistible por las mujeres del espectáculo, la invitó a comer. Ramón Landajo, peronista de antigua data, creía que, en realidad, había sido un cubano vinculado a Perón, Arnaldo Parra, quien organizó un asado para que la compañía de baile conociera al desterrado. Incluso hay rumores que hablan de que fue Roberto Galán quien ofició de celestina. Lo incontestable es que pocos días después de ese fin de año de 1955, la muchacha –“Isabel”– abandonaba para siempre el revoleo de polleritas y se iba a vivir con Perón. Dicen que como su secretaria, dicen que como administradora de su vida cotidiana, dicen que, aunque él la doblara en edad, como su pareja. Ya no volverían a separarse. Juntos viajaron a Venezuela y juntos se dirigieron a Madrid. En Madrid, aseguran que por consejo y deseo de Francisco Franco, se casaron. Resulta poco explicable la excelente llegada que esa mujer joven e insignificante tuvo con el entorno femenino del dictador. Se hizo amiga de Pilar, la venenosa hermana, y logró el visto bueno de Carmen Polo, la mujer del “generalísimo”. “Isabel” sabría agradecer esa acogida. Cuando regresó en 1974, ya vicepresidenta, lo hizo con las maletas llenas de presentes: un fusil de caza para “Paco” y un abrigo de visón para “la Collares”. El matrimonio compró un terreno en Puerta de Hierro, un lote valioso –750 mil pesetas– cuya propiedad no pertenecía a Juan Perón sino a Isabel. “Perón Sosa –reza la inscripción en el registro– declara y reconoce que el dinero con que se verifica esta adquisición es privativo de su esposa, extremo que no justifica.” Sorprendente. Isabel no tenía ni ahorros ni fortuna. La construcción de la residencia 17 de Octubre costó dos millones y medio de pesetas. Para esas fechas, contó Landajo, las inclinaciones esotéricas del matrimonio habían empezado a manifestarse. Un individuo muy allegado a Perón, su ayudante, José Cresto, era un espiritista que funcionaba como guía de “Isabel”. Cresto sería el antecesor de José López Rega en esos trapicheos con el más allá. En 1965, como delegada “in pectore” de su marido, Martínez había viajado a la Argentina. Volvió en 1971, a un congreso de mujeres justicialistas. El tercer arribo sería definitivo: la compañera de Perón en la vida sería su compañera en la fórmula presidencial. El 29 de junio de 1974, Perón delegó el mando en Martínez de Perón. El 1º de julio, vestida de luto riguroso anunció por cadena nacional “Perón ha muerto”. Hacía meses que el gobierno había definido su perfil: con el visto bueno de Perón, hombres vinculados a la P-2, fascistas, anticomunistas militantes, lúmpenes y asesinos se habían incrustado en el aparato del Estado. Isabel fue un instrumento voluntario de esos designios. La “débil mujer” era torpe, inculta, limitada y se sabía sobrepasada por los acontecimientos. A tal punto que la noche previa al golpe que la aventó del poder compró sandwiches, saladitos y cantó el feliz cumpleaños a su amiga, la jefa de Asuntos Legales de la Casa Rosada. A las nueve y media de la noche comió con Lorenzo Miguel, Miguel Unamuno, Amadeo Genta y se dio por satisfecha con el informe de Julio Deheza que le aseguraba que, por el momento, no habría golpe. “Lopecito” estaba prófugo. Norma López Rega y su marido Raúl Lastiri fueron apresados en la casa del peluquero Miguel Romano. Ministros, secretarios, sindicalistas resultaron arreados al buque “33 Orientales”. Apenas pasada la medianoche, Isabel volaba en un Fo-kker rumbo a la residencia El Messidor, en Neuquén, con su mucama, la española Rosario, sus dos caniches y su jefe de custodia. Estuvo detenida cinco años, tres meses y nueve días. El 9 de julio de 1981 fue autorizada a retornar a Madrid. Allí, al parecer, es feliz. Ha cambiado de domicilio en varias oportunidades, siempre en barrios caros y edificios de calidad. Goza de una jubilación de privilegio en su condición de ex presidenta y si bien fue obligada a devolver a la familia Duarte parte de sus propiedades, tiene reservas desconocidas pero más que suficientes para pagar el servicio doméstico, el chofer que conduce su Volvo metalizado, su casa amplia en una urbanización en las afueras de la ciudad y, por qué no, para pasar las tardes haciendo caridad, oyendo misa y jugando a las cartas. Un entretenimiento que compartía con su amiga, la rica y repintada “Cuqui” Fierro, una anciana dueña de los fósforos de España y muy dada a la amistad amorosa con jóvenes cazafortunas. Es probable que, si ahora la interrogan, Isabel Martínez vuelva a responder que “López Rega era una persona puesta por el General, en un cargo que sólo él controlaba”. No parece una contestación descabellada, aunque sea una parte de la verdad. La otra no es explicable sin ella, la estúpida madrina de la masacre que precedió al genocidio.



María Estela Martínez de Perón



María Estela Martínez de Perón



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42.ª Presidenta de la Nación Argentina
1 de julio de 1974 – 24 de marzo de 1976
Precedido por Juan Domingo Perón
Sucedido por Junta militar (de facto)
sucedida el 29 de marzo de 1976 por
Jorge Rafael Videla (de facto)


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28.a Vicepresidenta de la Nación Argentina

12 de octubre de 1973 – 1 de julio de 1974
Presidente Juan Domingo Perón
Precedido por Vicente Solano Lima
Sucedido por Víctor Martínez

Nacimiento 4 de febrero de 1931 (78 años)
La Rioja, Argentina
Partido Partido Justicialista
Cónyuge Juan Domingo Perón (1961-1974)
Profesión Bailarina[1]


María Estela Martínez de Perón conocida popularmente como Isabel o Isabelita Perón (La Rioja, Argentina, 4 de febrero de 1931) Presidenta de la Nación Argentina y primera mujer al mando de una república americana. Asumió el 1 de julio de 1974 en su condición de vicepresidenta, tras la muerte del Presidente Juan Domingo Perón, quien también era su esposo. Fue depuesta el 24 de marzo de 1976 por un golpe de estado militar que dio origen al autodenominado Proceso de Reorganización Nacional y que la mantuvo detenida ilegalmente varios años. Al ser liberada en 1981 se radicó en España donde vive desde entonces. A comienzos de 2007, a raíz de la apertura de causas judiciales por asesinatos políticos realizados durante su gobierno llevó a la presentación de una solicitud de extradición en su contra.[2]

Contenido-

1 Biografía
2 Gobierno de María Estela Martínez de Perón
3 Proceso judicial en 2007
4 Referencias



Biografía -


María Estela Martínez, hija de Carmelo Martínez y María Josefa Cartas,[3] conoció a Juan Perón en Panamá en 1955.[4] Vivieron juntos desde entonces y contrajeron matrimonio en 1961, en España, donde se radicaron.

En 1965 viajó a Argentina, como delegada personal de Perón, para hacer frente al fenómeno del neoperonismo.


Durante el gobierno de Héctor José Cámpora, el 20 de junio de 1973, Perón regresó definitivamente a la Argentina. Poco después Cámpora renunció para permitir elecciones libres. Lastiri llamó a elecciones de Presidente y Vicepresidente de la Nación, en las cuales, el 23 de septiembre de dicho año, venció el general Perón, a quien acompañaba su esposa como vicepresidente en la fórmula Perón-Perón. Obtuvieron el 62% de los votos. Perón falleció el 1 de julio de 1974, y María Estela Martínez de Perón asumió la Presidencia ese mismo día.


Gobierno de María Estela Martínez de Perón -

Su gobierno se desarrolló en el marco internacional de la llamada crisis del petróleo y de una extrema violencia política interna, con actuación de varios grupos armados.


Isabel Perón en 1975


Al parecer Perón antes de morir le había aconsejado acercarse al líder de la oposición, el radical Ricardo Balbín, pero ella finalmente no siguió el consejo y se apoyó principalmente en su ministro de Bienestar Social y secretario personal, José López Rega, conocido como Daniel por sus allegados y el Brujo por sus adversarios políticos. López Rega ejerció una importante influencia sobre Martínez en esta fase del gobierno, fortaleciendo la presencia en el gobierno de los sectores de derecha sobre los distintos movimientos sociales, y organizó desde el gobierno una fuerza parapolicial conocida como Alianza Anticomunista Argentina o triple A que emprendió acciones de hostigamiento a figuras destacadas de la izquierda que acabarían en atentados, secuestros, torturas y asesinatos.

Desde el gobierno la actitud de control fue también rigurosa, interviniendo varias provincias disidentes, universidades, sindicatos, los canales de televisión privados, y reforzando la censura contra diarios y revistas. Durante este período se vivieron situaciones marcadas por un notorio oscurantismo y una casi completa inoperancia administrativa en todos los niveles del gobierno.

La economía argentina también sufrió daños severos, con una inflación galopante, una paralización de las inversiones de capital, la suspensión de las exportaciones de carne a Europa y el inicio del crecimiento incontrolable de la deuda externa. La solución de corte monetarista intentada por el ministro Alfredo Gómez Morales, un histórico del peronismo, no tuvo éxito, y provocó una fuerte retracción de la liquidez, iniciando un complicado proceso de estanflación. La suspensión de las compras de carne argentina por el Mercado Común Europeo empeoró la situación.

En junio de 1975, el nuevo ministro de Economía, Celestino Rodrigo, auspiciado por López Rega, aplicó una violenta devaluación de la moneda acompañada de aumentos de tarifas; el llamado Rodrigazo, parte del plan de López Rega para debilitar las presiones sindicales a través del desprestigio de sus principales operadores, provocó sin embargo la primera huelga general contra un gobierno peronista. En julio de 1975, ante la huelga general y la presión callejera de la CGT y, en especial de la Unión Obrera Metalúrgica de Lorenzo Miguel, López Rega se vio obligado a renunciar a su cargo en el gobierno y abandonar el país.

Ante la creciente actividad de los grupos de izquierda —tanto los que actuaban dentro del peronismo, los Montoneros, como otros de corte marxista, el Ejército Revolucionario del Pueblo— y de extrema derecha, Martínez decidió fortalecer la acción de gobierno. La renovación de la cúpula militar, que incluyó entre otras medidas la designación de Jorge Rafael Videla al frente del ejército, fue parte de un programa de endurecimiento del control, que incluyó también el cierre de publicaciones opositoras. La decisión de recurrir a la fuerza militar desembocó en la firma en 1975 del decreto que da inicio al Operativo Independencia, la intervención de las fuerzas armadas en la provincia de Tucumán que dio inicio a la guerra sucia. Martínez pidió licencia del cargo durante algunos días, dejando el ejercicio del cargo al presidente provisional del Senado Ítalo Lúder entre el 13 de septiembre y el 16 de octubre de 1975. En un momento de especial tensión, amenazó desde el balcón de la Casa Rosada con convertirse en la mujer del látigo.

A pesar de la creciente presión militar, expresada en un levantamiento controlado a duras penas de la Fuerza Aérea, Martínez se negó reiteradamente a renunciar, aunque anunció el adelanto de las elecciones presidenciales para fines de 1976. Sin embargo, el 24 de marzo de ese año un golpe de estado orquestado por los líderes de las tres fuerzas, constituidos en junta militar puso fin a su gobierno; acusada aunque nunca enjuiciada por malversación de fondos, la dictadura encarceló ilegítimamente a María Estela durante más de cinco años, primero en la residencia de El Messidor, Neuquén y luego en una quinta en la localidad de San Vicente, ubicada en el conurbano de Buenos Aires.

Una vez liberada, en julio de 1981, se radicó en Puerta de Hierro, (Madrid). Su exilio español ha implicado la cesación casi absoluta de su actividad política, aunque regresó ocasionalmente a la Argentina. El plebiscito sobre el Canal de Beagle fue ocasión de su última aparición como figura histórica del peronismo, cuyos sectores más ortodoxos mantenían el respeto por la viuda de Perón.

Proceso judicial en 2007-



El 11 de enero de 2007 el juez federal de San Rafael de Mendoza Héctor Acosta pidió a Interpol su captura internacional en el marco de la investigación de la desaparición de un estudiante en febrero de 1976, antes del golpe de estado. Escasas horas después, el 12 de enero del mismo año fue arrestada en su domicilio de Villanueva de la Cañada, Comunidad de Madrid, España. Este estudiante fue desaparecido bajo los decretos que (previo al golpe de estado) habilitaban a las fuerzas armadas a "aniquilar los accionares subversivos", firmados por la presidenta Perón. Esto llevó al inicio del terrorismo de Estado en la Argentina que luego se extendió y agravó tras el golpe de estado de 1976. Según el informa de la CONADEP en el libro "Nunca más" hubo más de 600 denuncias de personas desaparecidas anteriores al golpe de estado, lo que pone en evidencia la desaparición sistemática de personas.

La señora María Estela Martínez de Perón también tiene otro caso en curso por el juez federal Norberto Oyarbide en la que se la relaciona con el accionar de la Triple A.

El 12 de enero de 2007, fue detenida por la Policía Nacional española a las afueras de Madrid y fue trasladada, esposada, a la Audiencia Nacional.

Tras negarse a ser extraditada voluntariamente a Argentina, fue puesta en libertad provisional por el Juez de Guardia, Juan del Olmo, mientras se resuelve el expediente ordinario de extradición, con la obligación de comparecer en el juzgado cada 15 días.

El 28 de abril de 2008, la Audiencia Nacional española consideró que los supuestos crímenes cometidos por la ex-Jefa de Estado no son de lesa humanidad, y, por lo tanto, han prescrito. La Justicia de España rechazó el pedido de extradición.[5]




Predecesor:
Vicente Solano Lima Vicepresidente de la Nación Argentina
1973 – 1974 Sucesor:
Víctor Martínez
Predecesor:
Juan Domingo Perón Presidente de la Nación Argentina
1974 – 1976 Sucesor:
Junta militar
Jorge Rafael Videla (de facto)


Referencias -

↑ De bailarina de cabaret a presidenta. BBC Mundo, América Latina.
↑ El Gobierno dará curso "urgente" a la extradición de Isabel Perón, La Nación, 18 de enero de 2007
↑ Binayán Carmona, Narciso, Historia genealógica Argentina, EMECE, 1999, 578 páginas
↑ Una débil mujer, Diario Página/12, 13 de enero de 2007
↑ España rechazó la extradición de Isabel Perón, Diario El Siglo, 28 de abril de 2008
El contenido de este artículo incorpora material de una entrada de la Enciclopedia Libre Universal, publicada en español bajo la licencia GFDL.

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