sábado, 23 de mayo de 2009

Clinton, casa Lucio, Felipe González y CIA.

ANÁLISIS
El hombre del imán
JOSÉ MANUEL CALVO 23/05/2009




Llegó, comió -en Casa Lucio, su restaurante favorito- habló durante treinta minutos y se fue. Con su magnetismo intacto y la habilidad para hacer creer a su interlocutor que le dedica plena atención, Clinton demostró que está en plenas facultades. Tras comer -de una a dos y media- con una veintena de personas, entre ellas María y Rafael del Pino, Martín Varsavsky y Plácido Arango, una caravana de seis coches le trasladó a la Universidad Europea de Madrid. Durante algo más de media hora, Clinton -62 años, delgado, buen color- saludó a los invitados. Apretón de manos firme, sin exagerar, y mirada directa. "Trato de entender la dureza de la crisis en España, con el gran crecimiento que hubo. La afluencia de inmigrantes y el crecimiento me recuerdan lo que pasó en Nevada y Arizona". Y la evocación de Felipe González y su visita a la Casa Blanca en 1993: "Qué gran tipo. Intento mantener el contacto con él...". Unas frases para cada uno: Alejandro de la Joya, consejero delegado de Ferrovial Agromán; Javier Martínez, presidente de Walt Disney España; Isabel Aguilera, ex presidenta de General Electric para España; Amadeo Petitbó, director de la Fundación Rafael del Pino; Jorge Valdano, de la Escuela de Estudios Real Madrid... "Es cercano, próximo, tiene muchos registros, habla con un empresario e inmediatamente con un estudiante", confía la rectora, Águeda Benito.

Bill Clinton

A FONDO
Nacimiento: 19-08-1946 Lugar: (Hope)
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Gracias a que la universidad pertenece a la red Laureate -43 instituciones, medio millón de alumnos en el mundo- que donó a la Iniciativa Global Clinton 1.000 becas de formación, no se aplican las tarifas habituales del ex presidente, cercanas a los 400.000 dólares. A las 4 y 8 minutos, Clinton empieza: con un café en la mano, para no dormirse, porque lleva una semana de locura, propone la universidad como gran metáfora "del tipo de mundo que queremos", describe este siglo como el de la interdependencia, analiza la crisis en términos sencillos e invita a los jóvenes a ser "la generación del cómo", la que pregunte por cómo hacer las cosas para que el mundo funcione mejor. El mundo de Clinton. En treinta minutos exactos.

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