jueves, 7 de mayo de 2009

El regreso de Quetzalcóatl

Caverna de Zunzu

EL REGRESO DE QUETZALCÓATL



Misterios del Mundo Nahua
EL REGRESO DE QUETZALCÓATL
Juan Miguel Zunzunegui





En un año 1 caña, Quetzalcóatl se dirigió a algún lugar de la costa oriental mexicana, profetizó a su pueblo que en otro año 1 caña volvería para recuperar su imperio y gobernar nuevamente en él. Después de esto, se prendió fuego y su corazón, liberado de su cuerpo, subió al cielo para convertirse en la estrella matutina. El dios había partido


600 años después, en el año 1 caña, conocido en el calendario gregoriano como 1519, Quetzalcóatl volvió y puso fin a una era. Recuperó su imperio.



La serpiente emplumada


Todos hemos oído hablar de Quetzalcóatl, quien es toda una leyenda mexicana
. Era un hombre alto, blanco y barbado, con conocimientos superiores y fue el último rey tolteca. Pero, resulta que también es un dios. Ha sido llamado creador del mundo, sacerdote místico, vikingo perdido, antepasado de Cortes, apóstol Tomás, rey tolteca o simple humano.



Quetzalcóatl es un dios de la cosmogonía nahua, supuestamente el creador de la última humanidad, o sea, de nosotros; es conocido también como el dios del viento y como el planeta Venus.



En el año 935 d.C, nació un hombre llamado Cé Ácatl Topilitzin Quetzalcóatl, quien con el paso del tiempo se convirtió en sacerdote de los Toltecas y pregonaba la religión del dios Quetzalcóatl, pregonó la paz y prohibió las sacrificios humanos, enseñó grandes cosas a su pueblo y se hizo de grandes enemigos. Cuentan que un día, sus opositores lo engañaron y lo emborracharon con pulque (imagínense esa cruda), al despertar al día siguiente, avergonzado, se fue hacia al oriente, donde se quedó entre los mayas que lo conocieron como Kukulcán, para más tarde irse para siempre con la promesa de volver un día. La leyenda que se creo en torno a él se mezcló con la del dios Quetzalcóatl, que existía desde antes, y se les hizo uno mismo, con la idea de que el dios había encarnado.



El gran misterio es qué hacía un hombre alto, blanco y barbado de este lado del océano, cómo era posible que tuviera esos conocimientos y por qué pregonaba una religión de un solo dios, que por cierto, tenía como símbolo una cruz. Con ustedes, las leyendas.



Leyenda del Quinto Sol




Los dioses necesitaban crear al hombre para que los alabara, pero lo hicieron tan chiquito y delgado que se les perdía entre las manos. Este hombre corría y corría, pero no le hacía templos ni sacrificios. Entonces decidieron acabar con el hombre, llenaron el mundo de agua y el hombre se convirtió en pez. Con esto termina el primer sol y la primera vida.


La segunda vez que los dioses se animan a crear a otro hombre, se van al extremo opuesto y lo hacen enorme. Estos hombres eran tan grandes que eran torpes y flojos. Eran tan torpes que comenzaron a tropezarse unos con otros, al tropezarse y caer se rompían, ya que estaban hechos de barro. Los dioses mandaron a los jaguares a comerse a los hombres y se acabó el segundo sol.


La tercera es la vencida y los dioses deciden crear a otro hombre, esta vez con el alimento sagrado, el maíz.
Pero esta vez el hombre les había quedado tan perfecto que todo el día se veía en un espejo y no hacía nada, ni templos, ni sacrificios, nada. Los dioses se volvieron a enojar y los vientos terminaron con el tercer sol.



Ya cansados, los dioses deciden intentarlo nuevamente y esta vez le piden a Tlaloc que suba al cielo y se convierta en Sol. Vuelven a hacer al hombre con maíz, pues el último había quedado muy bien, pero esta vez le piden a otro dios que le haga un corazón, Pero lo hizo muy grande y con muchos esfuerzos apenas logró que les encajara. Pero para mala suerte de los dioses, este hombre se la pasaba hablando, era un hombre muy bueno, pero era demasiado improductivo. El fuego termina con el cuarto sol.


Los dioses ya no quisieron intentarlo de nuevo, pero como dicen que no hay quinto malo, Quetzalcóatl decide crear nuevamente a la humanidad, para ello tiene que bajar al inframundo y volver a emerger, muere y resucita, pero lo logra. Con esta importante leyenda observamos que Quetzalcoatl es, como quien dice, el encargado de crear a la humanidad después de la cuarta destrucción del mundo, por lo tanto nosotros somos los hijos del Quinto Sol, los hijos de Quetzalcoatl y también los hijos del maíz.



Erik el Rojo




En el siglo X los vikingos llegaron a Groenlandia, comandados por Lief Erikson, mejor conocido como Erik el Rojo,
y dominaron por muchos años esta parte del mundo desconocida por todos los demás. Una de las teorías sobre Quetzalcóatl dice que no es nada descabellado pensar que los vikingos navegaran hacia el sur y hubieran llegado hasta Mesoamérica.



Según esta teoría, Quetzalcóatl no es otro más que Erik, con esto explicamos sus rasgos físicos y también el hecho de que el rey tolteca tuviera un casco dorado, similar a los españoles pero con algo que parecían cuernos.



El apóstol Tomás


Cuando los españoles llegaron al nuevo mundo, tomaron la consigna de llevar la palabra de Cristo y la religión católica; grande fue su sorpresa cuando descubrieron que la cruz ya era un símbolo religioso en esos lugares alejados de la mano de Dios. Quetzalcóatl era representado con una cruz y en el templo del dios Ehcatl (dios del viento también relacionado con quetzalcóatl), había una gran cruz en la entrada de la construcción, muy similar a una cruz atrial, típica de un convento cristiano.


Supuestamente Quetzalcóatl tenía una religión de un dios único y bondadoso, se le describe además con rasgos de apóstol o evangelizador: casto, pobre y humilde.




El apóstol Tomás predicó en Oriente, en lugares tan remotos entonces como La India, por lo que algunos autores españoles, como Fray Diego Durán propone la idea de que el dios legendario no pudo ser otro más que el apóstol Tomás.



El regreso de Quetzalcóatl



El año de 1519, 1 caña para los aztecas, Hernán Cortés y 400 españoles desembarcaron en las costas del Golfo de México, las costas orientales, donde Quetzalcóatl había partido y por donde había prometido volver, justo en el año designado en las profecías.


10 años antes, una serie de presagios fueron interpretador por el emperador Moctezuma II como la cercanía del fin de su mundo;
la llegada de Cortés terminó por confirmar sus sospechas, se cumplieron los designios de sus dioses, que así como los habían destinado a reinar sobre todo su mundo, también habían anunciado el final de su imperio.


Si los aztecas confundieron o no a Cortés con Quetzalcóatl es lo de menos. De haber existido, la serpiente emplumada tuvo que ser necesariamente un europeo que llegó a tierras americanas siglos antes que lo que conocemos como el descubrimiento de América. Cuando se fue, advirtió a los mayas y a los mexicas de que algún día volvería, quizás convencido de que otros europeos podrían llegar en cualquier momento. Simbólicamente, la llegada de los españoles representa el regreso de Quetzalcóatl.










Donde el pensamiento busca la verdad.

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