lunes, 15 de noviembre de 2010

Jorge Ginzburg- Andrea Stivelberg

Una familia detrás de cámaras
Su mujer desde hace más de 20 años, Andrea Stivel, era, además, la productora de sus programas.
Por: Fernanda Longo

PAREJA SIMBIOTICA ANDREA STIVEL Y GUINZBURG PASARON POR EL ALTAR EN 2001, TRAS 15 AÑOS DE CONVIVENCIA. LOS CASO EL RABINO BERGMAN.
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Al estilo de los grandes precursores de los medios, para Jorge Guinzburg no existía aquello de no llevarse el trabajo a casa. Su vida personal y su vida profesional eran una sola, se mezclaban constantemente y con consentimiento de partes.

Del mismo modo que se enorgullecía de hacer de sus equipos de trabajo un "club de amigos", sus equipos de producción eran, también, una gran familia. Empezando por su esposa, socia y productora general de sus programas, Andrea Stivel, la "gran mujer" detrás del pequeño hombre, aunque él insistiera en corregir aquello de "detrás" para ubicarla siempre a su lado, cuando no un paso adelante.

Guinzburg y Stivel -14 años menor que él, hija del recordado productor y director David Stivel, en palabras del conductor "el tipo más importante que tuvo la TV argentina"- se conocieron en 1986, en los pasillos de ATC, cuando él hacía La noticia rebelde y ella Mesa de noticias. Cuenta la leyenda que cuando ella, con su físico imponente y su metro setenta y cinco, pasaba por la puerta de su oficina, él gritaba "salió la grande", aunque siempre se ocupó de aclarar que, aunque su belleza lo había impresionado desde el primer momento, lo que lo enamoró fue su "inteligencia y su sentido del humor". Para entonces él tenía un matrimonio y dos hijas, Soledad (hoy de 32) y Malena (30). Pero el flechazo fue mutuo y en 1987 ya se habían mudado juntos. En diciembre de ese año nació el primer hijo de la pareja, Sasha (20), y en octubre de 1989 el segundo, Ian (18).

Durante 21 años, Guinzburg y Stivel fueron una de esas duplas emblemáticas de la tele: se admiraban, discutían, se reían, daban notas juntos y hablaban el uno del otro con apasionamiento, trabajaban incansablemente -aunque ella lo retara y se preocupara por la salud siempre delicada de él-, compartían cientos de horas en los canales de TV, producían programas periodísticos, humorísticos y temporadas teatrales, y disfrutaban intensamente su vida familiar y doméstica.

En noviembre de 2001, después de 15 años de convivencia, decidieron pasar por el altar: se casaron en una ceremonia religiosa judía, que celebró el rabino Sergio Bergman. La boda fue en un casco de estancia y los acompañaron sus cuatro hijos. Los flamantes esposos, uno de cuyos placeres confesos era viajar, se fueron de luna de miel a Italia. Pero no fue la única boda que celebró la familia: en agosto del año pasado la hija mayor del conductor, Soledad, decidió adelantar su casamiento para que su padre -que parecía estar recuperándose de su enfermedad- pudiera disfrutar la fiesta. El equipo de Mañanas informales estuvo entre los 270 invitados al Palais Rouge, y dicen que no hubo babero que alcanzara para contener la emoción del padre.

Haciendo honor a la tradición familiar, dos de los hijos de Guinzburg empezaron en los últimos años a transitar sus mismos pasos: Malena integraba el equipo de producción de la radio, y Sasha, el mayor de los varones, también trabajaba en su productora.

Celoso, inquieto, demandante -"siempre quiere más, siempre pide más", decía Andrea-, tan entusiasta de su trabajo como de Vélez (ver Pasión...), Guinzburg disfrutó intensamente de la vida que había construido, rodeado por los que quería y respetaba.

Ayer, poco antes de las dos de la tarde, como no hubo velatorio, los restos del conductor fueron trasladados de la clínica Mater Dei hasta una cochería de la calle Directorio. La Policía tuvo que cortar el tránsito de San Matín de Tours y Libertador, por la cantidad de cámaras que interrumpían el tránsito. Un rato más tarde, un operativo similar se montó sobre Gorostiaga 2169, domicilio del conductor. Hasta allí llegaron, entre otros, Ernestina Pais y Gastón Recondo (compañeros de Mañanas informales). Más temprano habían estado Marcos Bicho Gómez y su amigo personal Carlos Ulanovsky, además de familiares y conocidos. Los restos serían inhumados hoy en Pilar.

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