martes, 5 de octubre de 2010

Santo Rosario

Espiritualidad - Oración - El Santo Rosario (*)


Tema: Espiritualidad - Oración - El Santo Rosario (*)
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Juan Pablo Benito
Hasta ahora se ha considerado como la mejor definición del Rosario, la que dio el Sumo Pontífice San Pío V en su "Bula" de 1569: "El Rosario o salterio de la Sma. Virgen, es un modo piadosísimo de oración, al alcance de todos, que consiste en ir repitiendo el saludo que el ángel le dio a María; interponiendo un Padrenuestro entre cada diez Avemarías y tratando de ir meditando mientras tanto en la Vida de Nuestro Señor". El Rosario constaba de 15 Padrenuestros y 150 Avemarías, en recuerdo de los 150 Salmos. Ahora son 20 Padrenuestros y 200 Avemarías, al incluir los misterios de la luz.

La palabra Rosario significa "Corona de Rosas". Nuestra Señora ha revelado a varias personas que cada vez que dicen el Ave María le están dando a Ella una hermosa rosa y que cada Rosario completo le hace una corona de rosas. La rosa es la reina de las flores, y así el Rosario es la rosa de todas las devociones, y por ello la más importante de todas.

El Rosario esta compuesto de dos elementos: oración mental y oración verbal.

En el Santo Rosario la oración mental no es otra cosa que la meditación sobre los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre. Estos veinte misterios se han dividido en cuatro grupos: Gozosos, Luminosos, Dolorosos y Gloriosos.

La oración verbal consiste en recitar quince decenas (Rosario completo) o cinco decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre Nuestro, mientras meditamos sobre los misterios del Rosario.

La Santa Iglesia recibió el Rosario en su forma actual en el año 1214 de una forma milagrosa: cuando Nuestra Señora se apareciera a Santo Domingo y se lo entregara como un arma poderosa para la conversión de los herejes y otros pecadores de esos tiempos. Desde entonces su devoción se propagó rapidamente alrededor del mundo con increíbles y milagrosos resultados.

Entre las varias formas y modos de honrar a la Madre de Dios, optando por las que son mejores en si mismas y mas agradables a Ella, es el rezo del Santo Rosario la que ocupa el lugar preminente. Vale la pena recordar que entre las variadas apariciones de la Santisma Virgen, siempre Ella ha insistido en el Rezo del Rosario. Es asi como, por ejemplo, el 13 de Mayo de 1917 en un pueblo de Portugal llamado Cova de Iria, la Santisima Virgen insiste con vehemencia el rezo del Rosario a los tres pastorcitos, en una de sus muchas apariciones a estos tres videntes.

Siendo un sacramental, el Santo Rosario contiene los principales misterios de nuestra religión Católica, que nutre y sostiene la fe, eleva la mente hasta las verdadades divinamente reveladas, nos invita a la conquista de la eterna patria, acrecienta la piedad de los fieles, promueve las virtudes y las robustece. El Rosario es alto en dignidad y eficacia, podria decirse que es la oración mas facil para los sencillos y humildes de corazón, es la oración más especial que dirigimos a nuestra Madre para que interceda por nosotros ante el trono de Dios.

El Santo Rosario prolonga la vida liturgica de la Iglesia pero no la sustituye, al contrario enriquece y da vigor a la misma liturgia. Es por ello, que el Santo Rosario se enmarca como una plegaria dentro de la religiosidad popular que contiene un gran tesoro de volares que responde con sabiduria cristiana a los grandes interrogantes de la existencia.

El pueblo latinoamericano es profundamente Mariano, reconoce con una gran sabiduría popular católica, que llegamos a Jesús Salvador a través de Maria Santísima su Madre y desde los mismos tiempos del descubrimiento y de la conquista de América, se generó una gran devoción por la Virgen Maria; en Ella, nuestros pueblos siempre han mirado el rostro maternal de quien nos trajo la salvación y con la primera manifestación explícita de la Reina del Cielo en tierra americana, con rostro y figura de mujer mestiza, en México, se acrecentó aun mayor el amor y la devoción a ella en todos los países hispano parlantes, reconociéndola como nuestra propia Madre, llena de amor, de misericordia y de piedad para con sus hijos. Sentimiento que va en relación directa con el origen mismo de la Maternidad Divina: Maria es Madre de Dios Redentor es también verdaderamente la Madre de todos los miembros de Cristo, porque Ella colaboro con su amor a que nacieran en la Iglesia, los creyentes, miembros de aquella cabeza que es Cristo.

El paso del tiempo, las costumbres modernas, y la innovación de formas de oración, no pueden dejar a un lado el rezo del Santa Rosario. De hecho, los Santos Padres y los Santos han tenido una profunda devoción a este sacramental, nosotros como católicos y como amantes de la Reina del Cielo hemos de ser fervientes devotos del Rosario. Es digno de recordar que la familia que reza unida permanece unida, Que la recitación piadosa y consciente del Santo Rosario nos traiga la paz al alma y nos una más estrechamente a Maria para vivir auténticamente nuestro cristianismo.


NOTA
*.- Sacado de Catholic.net y corazones.org

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Juan Pablo Benito HISTORIA


Santo Domingo de Guzmán.

La Madre de Dios, en una aparición a Santo Domingo le enseñó a rezar el rosario, en el año 1208. Le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe.

Domingo de Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albingense. Esta enseña que existen dos dioses, uno del bien y otro del mal. El bueno creó todo lo espiritual. El malo, todo lo material. Como consecuencia, para los albingenses, todo lo material es malo. El cuerpo es material; por tanto, el cuerpo es malo. Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios.

También negaban los sacramentos y la verdad de que María es la Madre de Dios. Se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias. Durante años los Papas enviaron sacerdotes celosos de la fe, que trataron de convertirlos, pero sin mucho éxito. También habían factores políticos envueltos.

Domingo trabajó por años en medio de estos desventurados. Por medio de su predicación, sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos pocos. Pero, muy a menudo, por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajos, los convertidos se daban por vencidos. Domingo dio inicio a una orden religiosa para las mujeres jóvenes convertidas. Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.


La Virgen pide a Santo Domingo le ayude a propagar la devoción.

La Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.

Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito por que muchos albingenses volvieron a la fe católica.

Lamentablemente la situación entre albingences y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.


Las promesas de la Virgen María a los que recen devotamente el Santo Rosario.

Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo y, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (mas conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban y los frutos de conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen.

El rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario y reiteró las promesas dadas a Sto. Domingo referentes al rosario.

Promesas de Nuestra Señora del Rosario, según los escritos del Beato Alano.

1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.


La Virgen del Santo Rosario, ¡Auxilio de los Cristianos!

Europa y con ella toda la cristiandad estaba en grave peligro de extinción.
Sabemos, por las promesas de Jesucristo, que eso no puede ocurrir pero, humanamente, no había solución para la amenaza del Islam. Los Musulmanes se proponían hacer desaparecer, a punta de espada, el cristianismo. Ya habían tomado Tierra Santa, Constantinopla, Grecia, Albania, África del Norte y España. En esas extensas regiones el cristianismo era perseguido, y muchos mártires derramaron su sangre, muchas diócesis desaparecieron completamente. Después de 700 años de lucha por la reconquista, España y Portugal pudieron librarse del dominio musulmán. Esa lucha comenzó a los pies de la Virgen de Covadonga y culminó con la conquista de Granada, cuando los reyes católicos, Fernando e Isabel, pudieron definitivamente expulsar a los moros de la península en el 1492. ¡La importancia de esta victoria es incalculable ya que en ese mismo año ocurre el descubrimiento de América y la fe se comienza a propagar en el nuevo continente!.

La Batalla de Lepanto: En tiempos de Santo Padre Pío V (1566 - 1572), los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. Los reyes católicos de Europa estaban divididos y parecían no darse cuenta del peligro inminente. El Papa pidió ayuda pero no le hicieron mucho caso hasta que el peligro se hizo muy real y la invasión era certera. El 17 de septiembre de 1569 pidió que se rezase el Santo Rosario. El 7 de octubre de 1571 se encontraron las dos flotas, la crisitana y la musulmana, en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto. La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales, de Venecia, Génova y España y comandada por Don Juan de Austria entró en batalla contra un enemigo muy superior en número y buques de guerra. Se jugaba el destino de la Europa cristiana. Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el Santo Rosario con mucha devoción. La batalla de Lepanto duró hasta altas horas de la tarde pero, al final, los cristianos resultaron victoriosos.

Mientras la batalla transcurría, en Roma el Papa recitaba el Rosario en su capilla. En eso, el Papa salió de su capilla y, por aparente inspiración, anunció a todos los presentes y con gran calma que la Santísima Virgen le había concedido la victoria a los crisitanos. Semanas mas tarde llegó el finalmente el mensaje de la victoria de parte de Don Juan de Austira, quién, desde un principio, atribuyó el triunfo de cristiano a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario. Agradecido con Nuestra Madre, el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y agregó a las Letanía de la Santísima Virgen el título de "Auxilio de los Cristianos". Más adelante, el Papa Gregorio III cambió el nombre de la fiesta a la de Nuestra Señora del Rosario.


El sitio de Viena.

Los turcos seguían siendo poderosos en tierra y, en el siglo siguiente, invadieron a Europa desde el Este y, después de tomar enormes territorios, sitiaron a Viena, capital de Austria. Una vez más, las tropas enemigas eran muy superiores. Si conquistaban la ciudad, el resto de Europa caería rendida. El emperador depositó su confianza y rogó protección a Nuestra Señora del Rosario. Hubo una gran batalla y gran derramamiento de sangre y ya, cuando todo parececía perdido, el alivio llegó el día de la fiesta del Santo Nombre de María, 12 de septiembre, de 1683, cuando el rey de Polonia, Jan Sobieski, llegó con al rescate al frente de un ejército crisitano, derrotando a finalmente a los turcos.

La batalla de Temevar.

Los turcos sufrieron otra gran derrota a manos del Príncipe Eugenio de Saboya, comandante de los ejércitos cristianos, en Temesvar (en la Rumania moderna), el 5 de agosto de 1716, en aquel entonces era la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves. El Papa Clemente XI atribuyó esta victoria a la devoción manifestada a Nuestra Señora del Rosario. En acción de gracias, mandó que la fiesta del Santo Rosario fuera celebrada por la Iglesia universal.


Los Pontífices.

A lo largo de los siglos los Papas han fomentado la pía devoción del rezo del rosario y le han otorgado indulgencias.

Dijo Nuestro Señor: "Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18:20). El rosario en familia es algo maravilloso. Es un modo práctico de fortalecer la unidad de la vida familiar. Es una oración al alcance de todos. Los Papas, especialmente los más recientes, han hecho gran énfasis sobre la importancia del rosario en familia.

El Papa dominico, San Pío V (1566 - 1572) dio el encargo a su congregación de propagar el santo rosario. Desde entonces los Papas han sido grandes devotos del rosario y de su propagación.

S.S León XIII escribió doce encíclicas referentes al rosario. Insistió en el rezo del rosario en familia, consagró el mes de octubre al rosario e insertó el título de "Reina del Santísimo Rosario" en la Letanía de la Virgen. Por todo esto mereció el título de "El Papa del Rosario"

Todos los Papas del siglo XX han sido hijos devotísimos del Santo Rosario.

Su Santidad Juan Pablo II insiste en el rezo del Santo Rosario en familia, en grupos, en privado. Pide que se invite a todos a rezar, a no temer el compartir tan hermosa devoción, que es una catequesis de la fe. No alerta a que el mudno está en crisis y nuestras fuerzas humanas no bastan. La victoria, dice el Papa, vendrá nuevamente de la mano de Virgen María. Es la victoria de Su Hijo Jesucristo, el Señor, Rey del Universo.

Recomendado por la Virgen en varias de sus apariciones más importantes.

La importancia del rosario como medio eficaz de los creyentes ha sido confirmado no solo por los pontífices, sino por Nuestra Madre misma, la Virgen María. Es la oración de los sencillos y de los grandes, está al alcance de todos, en todo tiempo y lugar. El rosario honra a Dios y a la Santísima Virgen de un modo especial. En Lourdes, la Virgen llevaba un rosario en la mano cuando se le apareció a Santa Bernardita. Y también llevaba un rosario cuando se les apareció a los tres pastorcitos de Fátima. Y fue en Fátima donde ella misma se reveló a los niños su título: "Nuestra Señora del Rosario".

Modo de rezar el Rosario

Los misterios del Rosario están divididos en tres partes y es costumbre distribuirlos entre los días de la semana, para así, meditar en todo el Evangelio en una semana:

Misterios Gozosos. Recuerdan el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios: la anunciación, el nacimiento y los principales episodios de la vida de Jesús Niño; desde luego hacen mención de los momentos en los que María es también protagonista. Se rezan los días lunes; los Misterios Gozosos son:

· La anunciación del Angel a María y la Encarnación del Hijo de Dios en Ella (Lc 1, 26-38)
· La visita de la Virgen María a su prima Isabel (Lc 1, 39-56)
· El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén (Lc 2, 1-20)
· La presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén (Lc 2, 22-40)
· La Virgen María y San José encuentran al Niño Jesús en el templo, después de haberlo perdido (Lc 2, 41-52)

Misterios Dolorosos. Recuerdan los momentos más significativos de la Pasión y Muerte del Señor: desde la Oración de Jesús en el Huerto de los Olivos, hasta su Crucifixión y Muerte con la Virgen María al pie de la Cruz. Se rezan los martes y viernes; los misterios Dolorosos son:

· La Oración y agonía de Jesús en el Huerto de Getsemaní (Mc 14, 32-42)
· Los azotes que recibió Nuestro Señor Jesucristo, atado a una columna la noche de la Pasión (Mc 15, 1-5)
· La coronación de espinas de Nuestro Señor Jesucristo (Mc 15, 16-20)
· El camino de Jesucristo hacia el Calvario, cargando la Cruz (Mc 15, 21-28)
· La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo (Mc 15, 29-39)

Misterios Gloriosos. Recuerdan el triunfo de Jesús sobre la muerte: su Resurrección, el inicio de la Iglesia y la glorificación de María su Santísima Madre. Se rezan los días miércoles, sábado y domingo; los misterios Gloriosos son:

· La triunfante Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo (Mt 28, 1-8)
· La Ascensión de Jesús al cielo (Hch 1, 6-11)
· La venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los Apóstoles (Hch 2, 1-13)
· La asunción de la Virgen María en cuerpo y alma al cielo (Ap 12, 1)
· La Coronación de la Santísima Virgen María como Reina del Cielo (Lc 1, 46-50)

Misterios Luminosos. ( Rosarium Virginis Mariae )Pasando de la infancia y de la vida de Nazaret a la vida pública de Jesús, la contemplación nos lleva a los misterios que se pueden llamar de manera especial "misterios de luz". En realidad, todo el misterio de Cristo es luz. Él es "la luz del mundo" (Jn 8, 12). Pero esta dimensión se manifiesta sobre todo en los años de la vida pública, cuando anuncia el evangelio del Reino. Se rezan los días Jueves; se pueden señalar:

· Su Bautismo en el Jordán; ( Mt 3, 17)
· Su autorrevelación en las bodas de Caná; ( Jn 2, 1-12 )
· Su anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión; ( Mc 1, 15 )
· Su Transfiguración; ( Lc 9, 35 )
· La institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual.( Jn13, 1 )

Cuando se reza el Rosario entre dos o más personas, hay un guía y los demás responden. Se alterna el modo de rezar los Padrenuestros y las Ave María: en el primer misterio el guía empieza y todos dicen la segunda parte; el siguiente se hace al revés, todos comienzan la oración y el guía responde, y así sucesivamente.

El "Gloria", las jaculatorias, las últimas oraciones y las letanías, siempre las inicia el guía.


Procedimiento

* Se inicia con la Señal de la Cruz: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

* Se hace un acto de contrición: Pésame Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido, pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Tú. Antes querría haber muerto que haberte ofendido; propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén.

Guía: Abre, Señor mis labios.

Todos: Y mi boca proclamará tu alabanza.

Guía: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Todos: Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

* El guía menciona la intención con la que se reza el Rosario (dar gracias por algo, pedir por una necesidad, por el alma de un ser querido, etc…). Se anuncian los misterios que toca reflexionar y se dice el correspondiente: ejemplo: "Primer misterio gozoso… La Visita del Ángel a María…."

* Se reza un Padre Nuestro y diez Ave María, concluyendo con el "Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo….."

* Luego una jaculatoria, ejemplo: "María, Madre de gracia y misericordia….. En la vida y en la muerte, ampáranos gran Señora".

* En rosario por los difuntos la jaculatoria es:

Guía: Dales, Señor, el descanso eterno.

Todos: Luzca para ellos la eterna luz.

Guía: Descansen en paz.
Todos: Así sea.

Al concluir los cinco misterios, se rezan tres Ave María especiales, pidiéndole a la Virgen, Hija, Madre y Esposa, nos ayude a perseverar en las virtudes de la fe, esperanza y caridad, como sigue:

Guía: Dios te salve María Santísima, Hija de Dios Padre, virgen purísima, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia…..

Todos: Santa María, Madre de Dios…

Guía: Dios te salve María Santísima, Madre de Dios Hijos, virgen purísima, en tus manos Encomendamos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia…
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Guía: Dios te salve María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, virgen purísima, en tus Manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames, llena eres de gracia….

Guía: Dios te salve María Santísima templo y sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa del pecado Original. Amén. Dios te Salve…

Todos: Reina y Madre, de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas, ¡Ea! Pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, ¡Oh Clemente! ¡Oh Piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestros Señor Jesucristo. Amen.

Se rezan luego las letanías, que significan súplica o ruego, ruegos públicos.

Se inician con un acto de reconocimiento a Dios, por quien vivimos, nos movemos y existimos (Hch 17, 28). Confesando nuestra dependencia absoluta a Dios. Las siguientes proclaman la presencia de Dios (Jn 4,16). Y, finalmente las letanías a la Virgen, con las que se exaltan todas sus virtudes, sus atribuciones y los nombres que se le dan en distintos lugares. Se termina haciendo una oración a Dios Padre, por su Hijo Jesucristo:

Guía: Señor, ten piedad de nosotros
Todos: Señor, ten piedad de nosotros
Guía: Cristo, ten piedad de nosotros
Todos: Cristo, ten piedad de nosotros
Guía: Señor , ten piedad de nosotros
Todos: Señor , ten piedad de nosotros
Guía: Cristo, óyenos
Todos: Cristo, óyenos
Guía: Cristo, escúchanos
Todos: Cristo, escúchanos
Guía: Padre celestial, que eres Dios
Todos: Ten piedad de nosotros
Guía: Hijo, Redentor del mundo, que eres Dios
Todos: Ten piedad de nosotros
Guía: Espiritu Santo, que eres Dios
Todos: Ten piedad de nosotros
Guía: Santísima Trinidad, que eres un solo Dios
Todos: Ten piedad de nosotros
(A cada una de las siguientes letanías responderemos: Ruega por nosotros )

Santa María
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las Vírgenes
Madre de Jesucristo
Madre de la divina gracia
Madre purísima
Madre castísima
Madre intacta
Madre sin mancha
Madre amable
Madre del buen consejo
Madre del Creador
Madre del Salvador
Madre de la Iglesia
Virgen prudentísima
Virgen venerable
Virgen digna de alabanza
Virgen poderosa
Virgen misericordiosa
Virgen fiel
Espejo de justicia
Trono de Sabiduría
Causa de nuestra alegría
Vaso espiritual
Vaso honorable
Vaso insigne de devoción
Rosa Mística
Torre de David
Torre de Marfil
Casa de Oro
Arca de la alianza
Puerta del cielo
Estrella de la mañana
Salud de los enfermos
Refugio de los pecadores
Consuelo de los afligidos
Auxilio de los cristianos
Reina de los Ángeles
Reina de los Patriarcas
Reina de los Profetas
Reina de los Mártires
Reina de los Confesores
Reina de las Vírgenes
Reina de todos los santos
Reina concebida sin pecado original
Reina llevada al cielo
Reina del Santísimo Rosario
Reina de la paz.

Guía: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
Todos: Óyenos Señor.
Guía: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
Todos: Perdónanos Señor.
Guía: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
Todos: Ten piedad y misericordia de nosotros.
Guía: Bajo tu amparo nos acogemos,

Todos: Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas que te dirigimos ante nuestras necesidades: antes bien, líbranos de todos los peligros, ¡Virgen gloriosa y bendita!. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Guía: Oh Dios, cuyo Unigénito Hijo, con su vida, muerte y resurrección, nos alcanzó el premio de la vida eterna: concédenos a quienes recordamos estos misterios del Santo Rosario, imitar lo que contienen y alcanzar lo que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.

Si se reza en comunidad, es muy agradable dedicarle a la Virgen cantos entre cada misterio.

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