paradigma sentimental
Ellas buscan experiencias premium; ellos, juventud
La escasez de futbolistas solteros y millonarios desvió el objeto de deseo y convirtió a los empresarios en hombres más sexies. Eskenazi, Werthein y Garfunkel, en el podio.
Por Agustin Gallardo /Euridice Ferrara
Estilos. Matías Garfunkel: con dinero y mujeres sexies como Victoria Vanucci (foto), es el más “mediático” de los empresarios.
A juzgar por los barcos, motos y autos miniatura que tiene en la repisa de su oficina de Puerto Madero, se podría decir que, a los 36 años, Matías Garfunkel tiene todo al alcance de su mano. Sin embargo, estos pequeños fetiches son sólo un símbolo para uno de los noveles empresarios argentinos.
Dueño de una fortuna familiar millonaria –su padre era banquero y la familia de su madre es dueña de Acindar–, Garfunkel sigue el camino de Gerardo Werthein y Sebastián Eskenazi, accionistas de Telecom y CEO de YPF respectivamente. Exitosos en las empresas que manejan, viajan en sus aviones privados, fuman habanos y disfrutan el placer de tener lo que desean.
Hoy, luego de haber formado familia a temprana edad, y después de haberse separado, Garfunkel, Werthein y Eskenazi transitan el promedio de su vida rehaciendo su porvenir amoroso. Todos, parece, van por la misma premisa: relaciones serias con mujeres jóvenes, con voluptuosas curvas y cierto estilo femme fatal.
Yo, Matías. En febrero de este año, Garfunkel se asoció con el empresario menemista Raúl Moneta –hoy enfrentados en la Justicia–, en la compra del grupo CIE por US$ 28 millones, obteniendo las radios Blue, Splendid, Metro y Rock & Pop. Además, junto a Eduardo Eurnekian y Ernesto Gutiérrez, creó la sociedad Pedernell, y presentaron una oferta de US$ 580 para comprar la parte italiana de Telecom.
Pero esta semana, su apellido fue tapa de la revista Caras. Allí, se develó la relación que el empresario vive con la conflictiva mediática Victoria Vanucci. La unión se formalizó ante la prensa con un viaje por Nueva York y Las Vegas que incluyó paseo por tiendas exclusivas, estadía en hoteles de lujo, show de Lady Gaga y hasta un anillo de regalo. “Es el efecto Rock & Pop, hasta nuestro jefe rockea”, dijo esta semana Mario Pergolini en alusión a Garfunkel, quien está divorciado y tiene tres hijos. Su padre, Jorge Garfunkel, también tuvo un alto perfil en los años 80 como empresario, y también porque luego de su divorcio de Mónica Madanes –madre de Matías–vivió un noviazgo de cinco años con Marcela Tinayre, la hija de Mirtha Legrand, para luego cultivar el bajo perfil junto a su última esposa, Rossella della Giovampaola.
Abogado y con un doctorado en Filosofía, Matías heredó de su padre la pasión por la lectura, los objetos de arte y la escritura. Y es fanático de los habanos Montecristo; con uno de ellos posó Victoria Vanucci en la tapa de Caras que precedió al “blanqueo” del romance. Para el millonario, la ex del Ogro Fabbiani es la tercera de conquista que presentó en siete meses. Se lo vio junto una elegante norteamericana, Alla Garkusha. Y tiempo antes coqueteó con Luciana Salazar, a quien también llevó a Las Vegas, como a Vanucci.
Precursores. “Es divertido, inteligente y muy contenedor.” Así se refirió Bárbara Simons ante PERFIL al hablar de su pareja, Gerardo Werthein, dueño de Telecom y veinte años mayor que ella. Desde marzo de este año, ambos están viviendo un romance. Werthein, además de ser un poderoso empresario, es presidente del Comité Olímpico Argentino. Divorciado de Marcela Gotlib, con quien tuvo tres hijos, estuvo luego en pareja con la abogada Vanesa Kreth.
Sebastián Eskenazi es el más discreto. Tras 15 años casado con Marcela Brugo, el CEO de YPF rehizo su vida con Analía Franchin, diez años menor que él. Ella dejó la TV; sólo trabaja en radio y cambió su estilo de vida: se sumó al bajo perfil de su marido.
Es a los 35 cuando se produce un “click”
Matías Garfunkel tiene 36, está divorciado y tiene tres hijos. Hoy es el actual dueño de, entre otras empresas, la Rock & Pop. Y está noviando con Victoria Vanucci. Sebastián Ezkenazi, CEO de YPF, se divorció tras 15 años de matrimonio y está en pareja con Analía Franchín; ambos serán padres a fin de año. Y la lista de casos continúa. Empresarios exitosos y con poder, que dejan una vida familiar “ideal” para ir tras lazos más jóvenes.
PERFIL consultó sobre las motivaciones que llevan a gente poderosa a hacer un cambio afectivo radical. “Desde el psicoanálisis, no se puede generalizar. Lo que sí puedo decir es que se nota que hay más empresarios que deciden vivir solos, pero las razones en cada caso son distintas, aunque hay una idea de no formalizar”, explica el licenciado Hugo Pisanelli, presidente de Psicólogos y Psiquiatras de Buenos Aires (PPBA). Por su parte, la licenciada Evangelina Grapsas, directora de PPBA, admite: “Alrededor de los 35 años, muchos están en el mejor momento laboral y empiezan a cumplir una cantidad de imperativos sociales, una empresa, hijos, casamiento, y si quieren más deciden perder un vínculo estable por muchos inestables, que no son uno. Hay algo con el miedo al compromiso; la sociedad tiende al yoísmo, al amor propio, y se pondera lo que se puede mostrar. Cuando esto se transforma en exceso hay una llamada de atención”.
jueves, 2 de diciembre de 2010
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