15 febrero, 2009 - 10:13 - Juan Cruz
El periodismo es un oficio cruel
La primera vez que escuché esa expresión, "El periodismo es un oficio cruel", sentí cierto escalofrío; seguí escuchando y entendí. Lo decía Eugenio Scalfari, el gran periodista italiano con cuya entrevista concluyo hoy en EL PAÍS la serie que he ido haciendo estos últimos siete domingos. Hablamos de eso, hablamos del presente y esbozamos algunas inquietudes sobre el futuro de este oficio en el que pronto cumpliré 48 años, que se dice pronto.
¿Un oficio cruel? Un oficio difícil, obligado a muchas renuncias y abocado a muchas satisfacciones; hoy comento en la columna de televisión del periódico (donde a veces sustituyo a sus titulares, Carlos Boyero y Enric González, Boyero está ahora en Berlín) lo que le ha sucedido al eurodiputado Luis Herrero en Caracas. Herrero es eurodiputado y periodista; iba a Caracas en función de su trabajo político, como observador, y antes de observar ya se lanzó a opinar sobre lo que sucedía en el país, al que acababa de llegar. Le pudo el periodista sobre el observador político, y Chávez dictó su abrupta expulsión. Se comportó (en el lenguaje de Ernesto Giménez Caballero) como un dictador, que es lo que Luis Herrero dijo que era. Chavez tiene modos deplorables, dictatoriales, este modo de conducirse con Herrero lo practica habitualmente en su país, contra sus propios ciudadanos, y ahora ha empleado igual medicina contra el eurodiputado español.
Mi salvedad es esta: ¿no tendría que haber esperado Herrero a hacer su papel de eurodiputado antes de cumplir con el de comentarista? Sé que es una cuestión enrevesada porque en este momento estoy caminando sobre la delagada línea de lo políticamente correcto, pero creo que, en aras del oficio, tengo derecho a hacerme estas preguntas. No me parece correcto que los periodistas sean al tiempo políticos, y viceversa. Me parece impresentable la afluencia de políticos a tertulias en las que ejercen como si fueran periodistas. Y hay periodistas tan interesados en contentar a los políticos a los que defienden que están confundiendo el oficio con el beneficio.
¿Un oficio cruel? Exige mucho sentido de la responsabilidad; lo bueno del periodismo es que cuando no es periodismo en seguida se ven las costuras.
Hace muy buen tiempo en Madrid, como si hubiera llegado la primavera a lomos de un caballo que esconde en sus crines el verano. Sé que me ha salido muy cursi el parte meteorológico, pero ahí queda. Le dedico el día que hace, de todos modos, a mi amiga Pilar del Río, que me consta que a veces entra, desde Lanzarote, desde Lisboa o de Madrid, para ver cómo están los días y mis días. Pues hoy el día está mejor que nunca, y ayer todavía había nubarrones.
lunes, 16 de febrero de 2009
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