martes, 10 de febrero de 2009
ZIMBABWE - ÚLTIMA OPORTUNIDAD.
Última oportunidad para Zimbabue
Mugabe y la oposición pactan un Gobierno de unidad en un país sumido en la hiperinflación y el azote del cólera
ORIOL GÜELL - Madrid - 31/01/2009
Las preocupaciones en casa de Beaugy, una profesora de 40 años de los suburbios de la capital, Harare, empiezan antes del amanecer. Hay que racionar el agua embotellada para evitar el cólera que se esconde en la red pública, calcular cuánto valen los 33 trillones de dólares zimbabueses de su último salario -el lunes equivalían a tres dólares americanos; el jueves, a menos de uno-, y planificar el día para dedicarse a la única actividad económica (corrupción aparte) en auge en Zimbabue, el trapicheo. Más del 90% de los 10 millones de habitantes del país, según estimaciones oficiosas, se han visto abocados al comercio callejero de todo tipo de bienes básicos.
Robert Mugabe
A FONDO
Nacimiento: 21-02-1921 Lugar: (Kutama) Zimbabwe
A FONDO
Capital: Harare. Gobierno: República. Población: 11,350,111 (est. 2008)
El desplome de la moneda obliga al Ejecutivo a permitir el uso de divisas
3.160 personas han muerto por el brote, que se extiende a zonas rurales
"Compro un saco de maíz o un bidón de aceite por 10 dólares americanos, lo empaqueto en pequeñas dosis y lo vendo en la calle, también en dólares o rands surafricanos. Con suerte, al final del día doblo lo que me ha costado", explica Beaugy.
Los habitantes de Zimbabue describen por teléfono un país difícil de comprender, en el que hospitales, colegios y universidades han cerrado por falta de medios; la inflación, sin datos oficiales, se mide a ojo -"ayer se doblaron los precios del maíz, pero la semana pasada era peor: las patatas se triplicaban en una mañana"-; y se habla del cólera, que desde agosto ha causado 3.160 muertes, como si fuera un molesto vecino con el que hay que convivir.
Es el resultado de años de políticas erráticas del antiguo héroe de la independencia, Robert Mugabe, de 84 años, que arruinó a principios de esta década el motor económico de Zimbabue con una reforma agraria. En síntesis, el proceso consistió en requisar las granjas a los blancos para repartirlas entre sus allegados y aliados políticos. Mugabe hizo frente a la caída de ingresos del Estado imprimiendo más dinero, lo que desató una hiperinflación que arruinó salarios y destrozó toda actividad económica formal, pública y privada. Sin cloro para depurar el agua ni médicos en los hospitales, el cólera tuvo vía libre para extenderse, mientras el país entraba en una parálisis política por la negativa de Mugabe a aceptar su derrota en las elecciones de marzo de 2008.
"Ha sido el derrumbe absoluto de un Estado que fue uno de los más prósperos de África", resume desde el anonimato la abogada de una ONG dedicada al desarrollo social y económico. "Nuestras actividades juntaban a funcionarios, profesionales y campesinos para extender las buenas prácticas de gestión, gobierno y desarrollo. ¿Qué sentido tiene hacerlo ahora cuando políticos, empresarios y funcionarios se han dividido entre los que han hecho fortunas especulando y los que no han podido o sabido hacerlo?".
Tras 10 meses de tensas negociaciones, Mugabe y la oposición confirmaron ayer un acuerdo de Gobierno por el que el primero seguirá como presidente y el líder opositor, Morgan Tsvangirai, será el nuevo primer ministro. Una fórmula cuestionable democráticamente, pero que ha permitido adoptar las primeras decisiones, como legalizar la circulación en Zimbabue de monedas extranjeras para las compras cotidianas. "Era algo ya generalizado, pero al estar prohibido, abocaba a la población a vivir al margen de la ley y no frenaba la inflación en la moneda oficial. Zimbabue importa todo lo que consume y al poder la gente comprar y vender legalmente con otras monedas, los precios empezarán a frenarse", explica Malefa Rose Malefane, profesora de Macroeconomía en Pretoria por la Universidad de Suráfrica.
La liberalización de las divisas permitirá a muchos colectivos, especialmente las comunidades rurales, recuperar todo el tiempo que hasta ahora dedicaban a capear con la hiperinflación. "Es algo que llega a ser agotador", explica Diane, una mujer blanca descendiente de granjeros ingleses que promueve una cooperativa en una zona de población negra. "Hay que vender los productos, pero también cambiar de moneda constantemente para no perder valor. Nosotros creamos una moneda propia, que imprimimos en el extranjero a través de una ONG, para que los campesinos comercien entre ellos sin riesgo", explica.
El acuerdo entre Mugabe y la oposición, sin embargo, no cierra las heridas abiertas, especialmente por la desconfianza de la población con la clase dirigente. Sindicatos y colectivos profesionales llevan semanas en lucha para que el Gobierno, el mayor empleador del país, acepte pagarles el sueldo en moneda extranjera. "Los altos funcionarios, militares y políticos aprobaron una ley para que ellos sí cobren en divisas", explica Osweld Madziva, del sindicato de maestros Progressive Teacher's Union. "Es una absoluta discriminación que deja a decenas de miles de maestros con unos salarios que no valen nada".
En esta situación, el brote de cólera, con más de 60.000 afectados, se ha expandido a las zonas rurales de más difícil acceso. "En las ciudades está más o menos controlado", explica Manuel López, responsable de Médicos Sin Fronteras en Zimbabue. "Pero las lluvias, que llevan la bacteria a los ríos, y la costumbre de enterrar a los muertos en las aldeas de origen ha extendido los focos de contagio hasta lugares donde nos es casi imposible llegar". Con el sistema sanitario y de sanidad mortuoria fuera de juego desde hace meses, López estima que el brote "que con unos recursos mínimos debería haber terminado hace tiempo", siga aumentando la cifra de muertes hasta abril. O lo que es peor: "Si las cosas siguen como están, el cólera podría convertirse en endémico en todo el país".
La opulenta fiesta de cumpleaños de Mugabe
El presidente de Zimbabue celebra su 85 aniversario con una lista de productos millonaria mientras el país se muere de hambre sumido en la ruina económica
ELPAÍS.com - Madrid - 10/02/2009
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La lista no tiene desperdicio: 2.000 botellas de champán (preferentemente Moët & Chandon y 61 Bollinger), 8.000 langostas, 100 kilos de gambas, 4.000 porciones de caviar, 3.000 patos, 16.000 huevos, 3.000 tartas de chocolate y vainilla y 8.000 cajas de bombones Ferrero Rocher. Robert Mugabe, antiguo héroe de la liberación de Rodesia del Sur y ahora devenido en sátrapa de Zimbabue tras 28 años en el poder, celebra sus 85 años por todo lo alto.
"Zimbabue es el fracaso más absoluto de Europa"
La economía peor del mundo
Robert Mugabe
A FONDO
Nacimiento: 21-02-1921 Lugar: (Kutama) Zimbabwe
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Capital: Harare. Gobierno: República. Población: 11,350,111 (est. 2008)
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Según publica el diario británico The Times, el tirano zimbabuense no escatima en gastos para rendirse un lujoso y opulento homenaje entre los suyos, mientras siete millones de zimbabuenses necesitan ayuda humanitaria urgente para sobrevivir al hambre, según datos oficiales de Naciones Unidas (ONU).
A la fiesta de cumpleaños de Mugabe están invitados amigos cercanos del entorno del presidente, empresarios y miembros de su partido, ZANU, que también tienen la posibilidad de no contribuir en especie y enviar "donaciones" en efectivo entre 45.000 (unos 38.000 euros) y 55.000 dólares (unos 46.600 euros).
La cuenta, abierta en un banco que sólo admite dólares estadounidenses, se llama Movimiento del 21 de Febrero, día del nacimiento de Robert Mugabe.
El millonario menú de la lista de cumpleaños de Mugabe va más allá de la broma pesada en Zimbabue, directamente es "obsceno", como lo ha calificado un diplomático occidental en The Times. El país africano se halla sumido en la ruina económica, con un sistema sanitario colapsado y la desesperación que provocan los fuertes azotes de cólera, malaria y sida.
Hiperinflación y cólera
Bajo el yugo asfixiante de Mugabe, Zimbabue se ha convertido en la peor economía del mundo. El banco central decidió revaluar la semana pasada el dólar zimbabuense una vez más y eliminar 12 ceros de su moneda para intentar frenar la hiperinflación que asola al país y evitar el colapso, con un 94% de la población en paro.
El país surafricano batalla contra la inflación más alta del planeta, estimada oficialmente en un 231.000.000 %, y se enfrenta a una escasez severa de alimentos y divisas. Pero al mismo tiempo llegaron las malas noticias cuando el Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció que a partir de febrero redistribuirá sus mismos lotes de ayuda aunque crezca cada mes alarmantemente el número de bocas a alimentar.
Mientras tanto, la población de Zimbabue sufre el peor brote de cólera de su historia. Más de 3.000 personas han muerto por la epidemia y unas 60.000 han sido infectadas, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las autoridades médicas se ven superadas mientras la malaria y el sida siguen cobrándose vidas en el país, convirtiendo a Zimbabue en una de las diez crisis humanitarias más desatendidas del mundo, según el último informe de Médicos Sin Fronteras (MSF).
Los más de 12 millones de zimbabuenses están acostumbrados a que la elite política del país protagonice celebraciones extravagantes y despilfarradoras. En el anterior cumpleaños de Mugabe, la cuenta final ascendió a 1,2 millones de dólares. En la celebración de hace dos años, unos 20.000 invitados se dieron cita en el estadio de fútbol de la ciudad de Gweru, con enormes tartas por todo el terreno mientras Mugabe en su discurso de cumpleaños cargaba contra la homosexualidad.
La economía peor del mundo
El nuevo gobierno de unidad nacional tendrá un arduo trabajo para intentar levantar la peor economía del mundo
LALI CAMBRA 01/02/2009
¿Cómo se pasa en dos décadas de ser uno de los países más prósperos de Africa a tener la peor economía del mundo? ¿A mantener una hiperinflación tal que calcularla es un despropósito?
¿A destruir el tejido industrial, agrario y turístico que se necesitarán décadas para reconstruirlo? ¿A que hospitales y escuelas sean sólo orgullo pasado y vergüenza presente? Zimbabue malvive sumida en una epidemia de cólera por la desidia en el mantenimiento del suministro de aguas; en la hasta ahora parálisis política del octogenario y otrora líder de liberación nacional, Robert Mugabe; y en el esperpento económico.
Se imprimen billetes de cien trillones que ningún comerciante acepta.
El presidente ha adoptado como moneda cooficial el rand surafricano
Sobrevive en gran parte por las divisas enviadas por los millones de zimbabuenses que han abandonado el país del quebranto en los últimos años (se calcula que sólo en Suráfrica viven tres millones).
Mientras el gobierno imprime billetes de cien trillones de dólares zimbabuenses que ningún comerciante acepta ya, Mugabe oficializa ahora la realidad y hace del rand surafricano moneda de cambio oficial junto con la nacional. Una operación que, según los economistas del país, sólo va a servir para prolongar la agonía, hasta que el nuevo gobierno de unidad nacional, (que iniciará su andadura las próximas semanas tras el acuerdo alcanzado el viernes después de meses de negociación) inicie un programa de reconstrucción económica.
Muchos analistas marcan el inicio de la debacle económica en el año 2000 por una de las operaciones más denostadas de Mugabe: la expropiación de fincas de agricultores blancos que acabaron en manos de los veteranos de guerra (de liberación nacional, finalizada en 1979), sin conocimiento técnico agrario. La operación supuso la pérdida de confianza inversora, la ruptura de la relación de agricultura e industria y el colapso agrícola. Pero, de acuerdo con el economista de la Universidad de Harare, Tony Hawkins, "el declive se inicio a mediados de los noventa cuando el gobierno, tras una inversión necesaria en escuelas, carreteras u hospitales, siguió manteniendo una política insostenible de gasto público".
Insostenible por cuanto se hacía fuera de presupuesto y con políticas que lejos de atraer inversiones, las dificultaba.
El dólar zimbabuense se desploma el 14 de noviembre de 1997 en el denominado Viernes Negro, cuando el gobierno cede a las presiones de 50.000 veteranos de guerra, aumenta sus pensiones y les ofrece 50.000 dólares de una tacada. El mercado de valores se hunde ese día, la moneda nacional inicia su caída y no se recupera. Ese día, según Daniel Ndlela de la firma de inversiones Zimconsult, "se pusieron en marcha las impresoras de papel moneda y ya no se pararon". La intervención bélica de Zimbabue en la guerra de la República Democrática del Congo sólo sirvió para vaciar más las arcas.
De acuerdo con el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (UNDP), el gobierno entonces se vuelve más intervencionista, su gasto público más elevado y la deuda externa crece (y deja de pagarse en el año 2000). Sólo los intereses a cubrir son mayores que el presupuesto anual. Mientras otros países africanos inician su senda de crecimiento, Zimbabue se hunde.
"La debacle ha sido constante en la última década pero se ha acelerado dramáticamente en los dos últimos años", dice Hawkins. Tal es así que antes se cuantificaba la inflación y lo dejaron de hacer en junio de 2008, cuando se estimó una hiperinflación de 11,2 millones %. "Ahora es ridículo, fuera de toda realidad", dice Hawkins, que recuerda que la inflación también se da en los productos marcados en rands o dólares estadounidenses, "pagamos tres veces más en Harare que en Johannesburgo por el mismo producto".
¿Quién se beneficia de esta situación, de quién son los coches de lujo que se ven en la capital y quién puede sufragarse clubes exclusivos mientras el 72% de la población del país vive por debajo del umbral de la pobreza? De acuerdo con el economista, aquellos que tienen contactos en el gobierno para hacerse con moneda extranjera al cambio oficial y venderla en la calle a precios de mercado. Altos mandos en el ejército o lacayos de Mugabe en su partido.
La pobreza, por supuesto, ha aumentado, y tiene cara de mujer de zona rural. Su pobreza trae hambre y malnutrición infantil, en una población azotada por la pandemia del sida, con una prevalencia de VIH del 15,6% en adultos (cifras del gobierno). Aparece el cólera y ya van 3.000 muertos. El 75% de la población va a necesitar ayuda alimentaria externa en los próximos meses. Las escuelas están cerradas. No hay profesores o los que hay están en huelga.
Los hospitales abiertos demandan pagos en divisas para atender a los enfermos. Los edificios públicos están desiertos. La ONU apuntaba el pasado jueves que el desempleo asciende al 94%. Zimbabue tiene una fuerza laboral de menos de medio millón de personas.
Semejante colapso económico ha sido, según Eddie Cross, responsable económico del partido hasta ahora en la oposición (el Movimiento para el Cambio Democrático, MDC), el factor para que Mugabe haya dado su brazo a torcer y se avenga a compartir gobierno. No tiene soluciones para sacar al país de la crisis y utilizar una moneda extranjera como cooficial, "sólo le va a dar unas cuantas semanas más. Se habla de pagar el próximo mes a los funcionarios y soldados con cupones con valores en rands o dólares. Pero no hay dinero para validar los cupones. Esperemos que el nuevo gobierno de unidad nacional esté en marcha para finales de febrero y podamos emprender un proceso de estabilización e iniciar la reconstrucción económica".
Una reconstrucción económica que va a requerir ayuda exterior (evitando convertir al país en víctima del "mal holandés", de represión de la producción por flujo monetario en forma de ayuda), renegociar la deuda adquirida (de proporciones desconocidas), instaurar mecanismos fiscales, tipos de interés y tipos de cambio adecuados, sin olvidar que la mayoría de ciudadanos empobrecidos van a requerir asistencia. De funcionar el gobierno de unidad nacional y lograr estabilización democrática, Hawkins, calcula que son procesos que pueden tardar una década. Mínimo.
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