De Gennaro: las parábolas de un muchacho peronista
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Julio Blanck
jblanck@clarin.com
El viernes, si anduvo por el centro de Buenos Aires, seguro que esto lo vio o lo sufrió: los estatales cortaron calles y avenidas al más puro estilo piquetero. Disciplinados y ruidosos, se hicieron notar en el fárrago de la ciudad apurada. Y prepárese que hay más: en dos semanas el gremio de los maestros hará el primer paro desde que Kirchner es presidente. Será cosa de ver, participar o sufrir, o todo a la vez.
¿Qué tienen en común las dos protestas? Un reclamo de mejoras salariales y laborales. Una sigla, CTA, la central sindical alternativa que agrupa a esos gremios. Y un nombre, Víctor De Gennaro, líder de la corriente que con suerte variada le disputa poder a las formaciones tradicionales del sindicalismo peronista.
De Gennaro, El Tano, 55 años, entró a la Secretaría de Minería en 1966 y lo eligieron delegado en el 69. El 1º de mayo de 1974, el día que Perón echó a los Montoneros de la Plaza, él marchó con la columna de ATE, su gremio. Ese día conoció a su mujer, que también era delegada.
En el 76 lo echó la dictadura, después volvió y saltó a la conducción de los estatales en 1984, cuando el gobierno de Alfonsín intentó una tímida apertura y normalización de los gremios. En esa película De Gennaro era el muchacho bueno que enfrentaba a lo que entonces solía llamarse "burocracia sindical", que eran los malos malísimos.
Los calificativos suelen resbalar caprichosos. Hoy sus opositores internos, que se proclaman campeones mundiales de la combatividad, le cuelgan a De Gennaro el mote de burócrata.
Hincha ferviente de Lanús, el equipo del barrio donde vive desde siempre, los que lo han visto jugar al fútbol dicen que es un buen "10", o "enganche" como se dice ahora, que en la cancha prefiere recostarse sobre la izquierda. En política anda más o menos por el mismo carril. Por eso los socialdemócratas de distinto pelaje lo transformaron en un ícono del sindicalismo "progre". Algo así como el sueño del gremialista propio que evite la pesadilla de la realidad, en la que el peronismo y los dirigentes sindicales son lo que son y no lo que imaginan quienes se les arriman.
De Gennaro también es lo que es: un peronista puro que conserva coherencia entre su discurso y su práctica gremial, lo que lo transforma en individuo de una especie muy poco difundida, por no decir un bicho raro. Pero eso no le alcanzó hasta ahora para abrirse paso hacia las grandes ligas del poder sindical.
Fundó la CTA en 1992, de la mano de su amigo inolvidable Germán Abdala. Hoy tienen casi un millón de adherentes. Pisan fuerte en los gremios del sector público pero les cuesta extenderse sobre la industria y los servicios. Allí, aunque cada tanto cambien algunas caras, mandan el estilo y el modelo de siempre bajo el sello histórico: CGT.
Para De Gennaro, obsesionado por hacer "un país para todos y no para cuatro vivos", un horizonte distinto pareció abrirse cuando Néstor Kirchner llegó a la Casa Rosada. Pero más allá de su simpatía por el Presidente, se vio obligado a hacer equilibrio entre las demandas de sus gremios y el juego de las corrientes políticas dentro de la CTA donde abunda la izquierda. Y tuvo que aclarar que ellos no eran "ni oficialismo ni oposición".
La ambigüedad nunca paga bien. Ahora que busca plebiscitar su gestión en las elecciones, Kirchner se inclina abiertamente por la CGT. Le negó la personería a la CTA, viejo reclamo de De Gennaro que le daría mejor oportunidad de pelearle poder a Moyano y compañía. Y llenó las tribunas del acto de lanzamiento de Cristina candidata con activistas de la más rancia ortodoxia sindical.
No sería justo vincular de un saque y sin matices esa preferencia de Kirchner por la CGT con la cadena de conflictos desatados a partir de entonces por los gremios de la CTA. Pero sería injusto, también, no señalar semejante coincidencia en el tiempo.
Algunos kirchneristas bonaerenses, dicen que con la venia presidencial, piensan ofrecerle a De Gennaro un lugar de preferencia en la lista de diputados. Pero quizás El Tano tenga otros planes. Al fin de cuentas, no hace tanto que se especuló con transformar a la CTA en el eje de un movimiento que pudiera mirarse en el espejo del PT brasileño, el mismo que después de un largo camino depositó a Lula en la presidencia. ¿Será ése su sueño?
de noviembre del 2002
Argentina: La CTA se lanza a la política
Aprovechando el triunfo de Lula, Víctor de Genaro quiere recrear una especie de PT argentino
Revista Tres Puntos
Con la bendición del presidente electo de Brasil y el apoyo de sectores del ARI, ex frepasistas, grupos piqueteros y agrupaciones de izquierda, la central sindical liderada por Víctor De Gennaro impulsa un movimiento inspirado en el PT. Los documentos preparatorios del congreso de diciembre. Las diferencias históricas, económicas y sociales con el país vecino, y los acercamientos ideológicos a su nueva dirigencia.
¿Quién dijo que todo está perdido? Ya nadie pone en duda que con Luiz Inácio Lula da Silva en la presidencia y el Partido de los Trabajadores controlando 186 intendencias, tres gobiernos estaduales -si bien menores-, la franja más grande de la Cámara de Diputados y una de las más fuertes del Senado, otro Brasil está naciendo. ¿Quién dijo que no había más chances en el supuesto universo del pensamiento único y la férrea dictadura neoliberal? Son algunas de las preguntas que también nos hacemos los argentinos ("pioneros en materia de infortunios", como ironizó hace poco el sociólogo Atilio Borón) en estos días de justificada alegría que, vale subrayarlo una vez más, no solamente es brasileña.
Todavía es temprano para medir las repercusiones políticas y sociales que el triunfo de Lula tendrá en el mundo y, para no generalizar tanto, dentro de nuestro país. Por lo pronto, y a excepción de Carlos Menem y alguno que otro político de invernadero, casi todos aquí parecen contentos frente a la novedad. El amplio arco de lo que se conoce como centroizquierda -y aun los grupos radicalizados de la izquierda tradicional- se muestran entusiasmados por la buena estrella del PT. Llueven felicitaciones y beneplácitos, además, que llevan las firmas del mismísimo Eduardo Duhalde, de Adolfo Rodríguez Saá, del jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y de un sinfín de personalidades políticas del mundo progre como Luis Zamora, Elisa Carrió y la diputada (abanderada) Alicia Castro, entre muchos otros.
Acaso el más contento de todos sea el sindicalista Víctor De Gennaro. El líder de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) -viejo amigo de Lula- está decidido a impulsar una especie de PT argentino que, salvando las distancias, él denomina por ahora como "nuevo movimiento político y social". Habría que empezar recordando que, en rigor, la CTA viene bregando por esta idea desde su fundación, hace diez años en un acto realizado en el Parque Sarmiento. La idea ya estaba claramente esbozada en el documento fundacional (Burzaco, diciembre de 1991) y acaba de ser retomada con fuerza en el paper de discusión con vistas al congreso que la organización hará en Mar del Plata en diciembre.
Denominado "Apuntes sobre nuestra estrategia", este documento al que accedió "3 puntos" se está debatiendo intensamente en todo el país. En sus más de treinta páginas se define un poco mejor la idea del "movimiento político", concebido como "un nuevo proyecto histórico" que apunte a "la conformación de un bloque estratégico en América del Sur" frente a "la crisis capitalista y las manifiestas políticas guerreristas del imperialismo a escala mundial". Sobre el final se sugiere realizar "una serie de asambleas del movimiento popular" para conformar el nuevo instrumento político, al que se sumarían el Frente Nacional contra la Pobreza (Frenapo), los piqueteros de la Corriente Clasista y Combativa, sectores del ARI de Carrió, y grupos sociales variopintos en torno a una serie de seis o siete "consignas-símbolo".
El documento deja claro, por las dudas, que la idea acariciada no es construir este movimiento "a partir de las cúpulas organizativas de los actores ya constituidos del marco progresista", dado que eso instalaría la conocida "lucha entre orgas". Lo que se intenta, en cambio, es que sean millones los argentinos que asuman, como nuevo sujeto social, la puesta en marcha de este proyecto.
La CTA -compuesta básicamente por gremios estatales, seccionales metalúrgicas, empleados aeronáuticos y del caucho, desocupados, campesinos sin tierra, inquilinos, la Federación Agraria, el movimiento Chicos del Pueblo y demás- viene creciendo numéricamente de manera constante. En 1994 contaba con 670 mil afiliados. Hoy esa cifra se aproxima al millón y tiene ganas de seguir aumentando. Con una fuerte inserción en el movimiento piquetero (el conocido Luis D'Elía integra la Mesa Nacional), la Central de De Gennaro cuenta con unos 200 mil activistas en todo el país, conducciones elegidas por sus afiliados en 400 ciudades y una capacidad de movilización que muchos le envidian.
Si a todo esto se suma el hecho de haber conseguido anudar un buen entramado de relaciones sindicales internacionales, muy en especial con Lula y los dirigentes de la Central Única de Trabajadores de Brasil (la hasta ahora combativa CUT), ya puede formarse una idea de por qué, con vistas a las casi virtuales elecciones de marzo, muchos candidatos buscaron el apoyo político de la CTA para sus diversos proyectos. A su turno, lo admitieron directa o elípticamente Carrió, Néstor Kirchner (de La Corriente, su línea interna en el justicialismo) y la azafata Alicia Castro, del Frente para el Cambio. A todos De Gennaro les dijo más o menos frontalmente que su apuesta personal pasa actualmente por el citado movimiento político y social. Y que, para él, la importancia de ese proyecto va más allá de lo que suceda en marzo en el plano estrictamente electoral.
Buenos Aires: Paro de ATE, Suteba y Cicop
Importante acto en la localidad de Avellaneda
Miércoles 6 de diciembre de 2006, por Corresponsalía Buenos Aires *
El paro convocado por los trabajadores estatales, docentes y médicos tuvo un alto acatamiento y continuará hoy. Ayer, más de mil trabajadores de los tres gremios de la CTA bonaerense se reunieron en la Plaza Alsina de la localidad de Avellaneda. Llegaron desde distintas ciudades como La Matanza, Vicente López, San Fernando, Morón, San Martín, Florencio Varela, Lanús, Quilmas, Berazategui y La Plata.“Estamos una vez más juntos en reclamo por un presupuesto provincial acorde a las necesidades de los trabajadores de la provincia. Porque todos sufrimos la falta de presupuesto y el Gobierno nacional y provincial no dan repuestas a nuestro reclamo social. Desde la CTA, vamos a continuar nuestra lucha con la unidad de todos los trabajadores por un mayor presupuesto para salud y educación”, expresó en el acto de ayer Hugo Amor, representante del gremio de los profesionales de la Salud (CICOP-CTA). Además, recordó que “el 14 de diciembre vamos a acompañar la movilización por el reclamo de un fondo de salario para que no quede ningún trabajador estatal bajo la línea de pobreza”.
Por su parte, el titular del gremio docente (Suteba-CTA), Roberto Baradel, indicó que “ésta actitud gubernamental pone de manifiesto la falta de voluntad política para dar respuesta a la demanda salarial de los trabajadores de la educación, tanto en ámbito de negociación directa o de paritaria”. Además, informó que “de mantenerse ésta situación, no sólo se agudizará el conflicto educativo 2006, sino que se profundizará y extenderá a los inicios del ciclo lectivo 2007”.
Baradel, quien además es el nuevo secretario adjunto de la CTA bonaerense expresó que los docentes esperan que “el Gobierno provincial asuma la responsabilidad y tenga la racionalidad política que el momento y las circunstancias requieren, propiciando el diálogo y dando respuesta a las demandas de recomposición salarial y de aumento del presupuesto educativo”.
Finalmente, el secretario general de la ATE y la CTA de Buenos Aires, Hugo Godoy, saludó a “todas las compañeras y compañeros de la provincia de Buenos Aires, que hoy llevan adelante este paro y movilización acá en Avellaneda y cortando la Autopista Richieri en Ezeiza”.
El dirigente reconoció que “la lucha de todos los trabajadores de la CTA es la que le va a doblar el brazo al gobernador Felipe Solá, quien, como única respuesta, decidió descontar los días de trabajo de los salarios a los auxiliares de la educación”. Dijo que “a pesar de esto, le decimos a Sola que los trabajadores no vamos a para hasta obtener la victoria”.
Godoy también recordó que en el mes de noviembre la CTA presentó al Gobierno provincial “una propuesta para el Presupuesto 2007” y que “llevamos 3 meses y medio de medidas de lucha con reclamos concretos sin recibir todavía una propuesta”. Por eso, el dirigente expresó que “Solá es el único responsable de la situación que atraviesa hoy la provincia, y vamos a continuar con nuestros reclamos hasta el último día del año”.
martes, 19 de mayo de 2009
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