El vicepresidente ejecutivo y accionista mayoritario de Grupo Zeta, Antonio Asensio Mosbah, e Irene Salazar Grau contrajeron matrimonio el viernes en la Real Basílica de San Francisco el Grande de Madrid en presencia de sus familiares y de unos 550 invitados, entre los que hubo numerosas personalidades del mundo de la comunicación, la política, la economía, la cultura y el deporte. El enlace, oficiado por Mariano Platero Muñoz, culminó casi siete años de noviazgo y dio paso a una cena a la que asistieron los Príncipes don Felipe y doña Letizia, amigos de la pareja.
Vestido con un chaqué del diseñador Jaime Gallo, Asensio llegó a la basílica “tranquilo” y acompañado por su madre, Chantal Mosbah, que fue la madrina.
Irene estaba “un poco nerviosa pero muy feliz, deseando que llegara este día”. Iba del brazo de su padre, Juan Pablo Salazar, que hizo de padrino. La novia –a la que arroparon sus hermanos, Pablo, Nuria, Thaïs, Anna y Javier– vestía un traje de Juanjo Oliva realmente espectacular: gasa doble de seda en un tono marfil de escote asimétrico, finalizado en un gran lazo en cascada que le cubría un hombro.
Antonio Asensio estuvo acompañado por sus hermanas, Ingrid, Jessica y Jennifer. Las dos primeras lucieron joyas de su madre, Chantal, que iba vestida con una pieza de Eduardo Ladrón de Guevara. “Seguro que su padre estaría encantado –explicó la madre del novio en referencia al fundador de Grupo Zeta, Antonio Asensio Pizarro–. Se casa con una chica muy especial y muy buena”. Ingrid, del brazo de su marido, Fernando Sanz, llevaba un traje de María Velandia, y Jessica, del de su esposo, Óscar Vecino, y a punto de dar a luz a su cuarto hijo, un chal de Ladrón de Guevara. Por parte de Salazar, llegaron decenas de invitados de México, país de su familia.
Una de las anécdotas de la boda fue protagonizada por el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, que llegó un minuto después de la novia (ésta se había presentado con puntualidad británica) y esperó unos minutos a las puertas del templo a que Salazar entrara finalmente.
Durante la ceremonia, celebrada bajo la imponente cúpula con frescos de Goya, la pareja intercambió gestos de complicidad y cariño. Un grupo de cuerda interpretó piezas de Vivaldi, Händel, Bach, Mozart, Schumann, Schubert y, ya a la salida, el Viva la vida de Coldplay. Ya casado, Asensio dijo sentirse “muy contento y emocionado”, y mirando a su flamante esposa, afirmó: “Está guapísima”. Salazar confesó haber llorado “un poquito”.
Tras la ceremonia, los novios, junto con sus familiares e invitados, se trasladaron a la finca La Quinta de Jarama, donde aparecieron los Príncipes, don Felipe y doña Letizia. Su asistencia, guardada en secreto, fue la sorpresa de una noche muy animada, que comenzó con una cena y acabó, de madrugada, tras horas de baile amenizadas por una orquesta.
Fueron invitados, entre otros, el presidente de Grupo Zeta, Francisco Matosas; el jefe de la Casa del Rey, Alberto Aza; el secretario de la Casa del Príncipe, Jaime Alfonsín; el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla; el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón; el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón; el presidente del BBVA, Francisco González; el presidente del Banco Popular, Ángel Ron; el director general de Antena 3 TV, Mikel Lejarza; los periodistas Pedro Piqueras, José María García, José Oneto, Álex Grijelmo, Manuel Campo Vidal, María Rey, Isabel Gemio y Nieves Herrero; el presidente de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez; los presidentes del Barcelona, Joan Laporta, y el Atlético de Madrid, Enrique Cerezo; el presidente de Coca Cola, Marcos de Quinto (de la mano de la periodista Teresa Viejo); el gimnasta Jesús Carballo; el músico Carlos Jean; los directores de cine Álex de la Iglesia y Carl Rinsch (con su pareja, Jordan Scott, cineasta e hija de Ridley Scott) y el presidente de Cirsa, Manuel Lao.
lunes, 11 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario