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POSIBILIDAD DE UNA METODOLOGIA PARTICIPATIVA CRITICA EN EL ENFOQUE SISTEMICO CLINICO DE LA PSICOLOGIA
Julián Naranjo.
Estudiante de psicología de la Universidad Nacional de Colombia.
Indice
Introducción
Metodologías en la clínica sistémica
Metodologías de investigación y su relación con las metodologías clínicas sistémicas
Algunas limitaciones de los métodos meramente interpretativos
Posibilidad de un giro epistemológico en el enfoque sistémico
Implicaciones en la práctica clínica
Bibliografía
Introducción
Antes de iniciar en forma con este ensayo, quisiera señalar que el tema indicado en su correspondiente título, y que voy a tratar enseguida, puede parecer un tanto atrevido y ambicioso. Soy consciente de que una elaboración satisfactoria sobre este tema debe ser el objetivo de una monografía a muy largo plazo. No obstante he decidido confiar una vez más en las tentativas que se pueden ofrecer en un ensayo, ya que, por la brevedad que se hace necesaria, este ensayo proporciona más bien ciertas intuiciones o premisas de respuesta, más que una respuesta exhaustiva y detallada, ante el tema que compete al titulo del ensayo.
El presente trabajo no pretende ser una elaboración culminada y se encamina, sobre todo, a argumentar la necesidad de adoptar las imprescindibles innovaciones que aporta el pensamiento de Habermas a la hora de pensar en una metodología participativa.
En este sentido, el ensayo se encamina por el mismo sendero del ensayo de Peter Parck titulado: "Que es la IAP, perspectivas teóricas y epistemológicas", y en especial, por el mismo rumbo al realizado por Stephen Kemmis y que se titula "Mejorando la educación mediante la IAP". En este ensayo intentaré mostrar también, las ventajas que presenta la clínica sistémica para la adopción de la "organización de la percepción" y la "organización de la acción", adopción que, dicho sea de paso, ya defendió Stephen Kemmis en el terreno de la educación.
Para tratar el asunto que en este trabajo me compete desarrollar, he decidido dividir mi ensayo en cinco partes. Las tres primeras señalan algunos antecedentes a considerar con respecto al tema aquí planteado y las dos últimas partes son las tentativas de elaboración frente al mencionado tema.
Metodologías en la clínica sistémica
Las distintas epistemologías o teorías del conocimiento científico, poseen generalmente varias preocupaciones a las que quieren dar respuesta. Acá considero pertinente señalar que la relación que se establezca con el objeto a conocer es dependiente de la forma como se percibe dicho objeto a conocer.
Desde esta perspectiva, podemos observar dos grandes epistemologías en el enfoque sistémico, una inspirada por la teoría de los sistemas y la otra inspirada en el constructivismo y también, en la teoría de sistemas.
Para el caso de la primera epistemología, advertiré, que su objeto de conocimiento es percibido como una entidad de relaciones tejidas por la presencia de un proceso de retroalimentación e información (es decir, de influencia mutua y circular entre los individuos), tal es la naturaleza del objeto que debe conocer el sujeto concebido como la otra parte del dualismo sujeto-objeto.
Para la segunda epistemología, señalaré, que el objeto es percibido de igual manera que en el caso de la primera epistemología, pero con la fundamental diferencia de que el sujeto es considerado parte del objeto en la mediada que se relaciona con el mismo objeto, es decir, en la medida en que el sujeto se hace parte del sistema de relaciones tejidas por el proceso de retroalimentación e información.
Además, la segunda epistemología da las bases para el surgimiento de lo que en cierta forma es un tercer tipo de epistemologia que recibe la inspiración del construccionismo social.
En esta especie de tercer tipo de epistemología, se mantiene la progresiva unidad sujeto-objeto que caracteriza a la segunda epistemología, pero con la diferencia de que dicha unidad no es percibida tan solo en términos de retroalimentación, sino además, en términos de sistema lingüístico, es decir, la unidad se percibe como un marco donde se generan significados linguísticos.
Dado que estos marcos epistemológicos han sido profundamente influenciados por la cibernética, especialmente en lo que se refiere a la retroalimentación, la primera epistemología aquí descrita es una epistemología cibernética de primer orden y la segunda y tercera epistemologías son una epistemología cibernética de segundo orden, aunque cabe anotar que la tercera epistemología va más allá de la cibernética de segundo orden en el sentido de que apunta a algo más que la sola retroalimentación.
Los métodos clínicos en tanto pasos ordenados o procedimientos encaminados a resolver el problema responsable del sufrimiento, se constituyen de acuerdo a la forma como se percibe el objeto a conocer y a tratar, y a la forma como se percibe la problemática que presenta dicho objeto. Teniendo en cuenta este vinculo, denomino metodología a la unión entre la forma de percibir el objeto y su problema en cuestión y al método referido al problema del objeto percibido. De esta forma, podré hacer las denominaciones "metodología de primer orden", "metodología de segundo orden" y "metodología de segundo orden reciente" para referirme a cada una de las epistemologías cibernéticas y al construccionismo social, con sus respectivas formas de considerar el problema de su objeto y con sus correspondientes métodos clínicos.
La metodología de primer orden parte del estudio y la intervención clínica dirigida a un sistema configurado por una estructura de retroalimentación y de interacciones, y que se sitúa en una realidad construida que no incluye al terapeuta. Uno de los problemas que se perciben en esta metodología, es la presencia de coaliciones en el sistema o estructura de retroalimentación familiar, es decir, alianzas entre dos miembros de la familia para confabular contra un tercer miembro de la familia, y uno de sus métodos de tratamiento que se califica como estratégico, consiste en la introducción de tareas (que los miembros de la familia deben realizar conjuntamente) por parte del investigador, para deshacer los "juegos interaccionales" ó maneras de relación de los miembros de la familia (entre los cuales se cuentan las coaliciones) que mantienen un determinado problema al interior de la familia.
La metodología de segundo orden inicia con la consideración del terapeuta como parte del sistema de relaciones y retroalimentación. El terapeuta se concibe como perteneciente a la realidad del sistema por construir.
Esta metodología, sostiene que ciertos problemas surgen, para un integrante del sistema, a partir de "formas de fluir o convivir juntos en el lenguaje" que retan la aceptación del "sí mismo" del individuo dentro de las relaciones del sistema. El tratamiento terapéutico va encaminado a la construcción de relaciones entre el terapeuta y el sistema, que permitan ampliar las reacciones y las versiones de los integrantes frente al problema.
La metodología de segundo orden reciente, empieza teniendo en cuenta al terapeuta como parte del sistema de relaciones, retroalimentación y generación de significados lingüísticos. Esta metodología considera que los problemas están compuestos por narrativas dominantes que los configuran. El método de tratamiento consiste en co-crear narrativas con el sistema que aporten nuevos significados con respecto al problema que se presenta.
En su conjunto, las metodologías clínicas sistémicas, tienden en menor o mayor grado a emplear diferentes estilos de pregunta, tanto para el diagnóstico como para la intervención. Se emplean, por ejemplo, preguntas estratégicas, que consisten en hacer que el sujeto entre en confrontación con sus patrones de relación para que estos sean modificados. Otro estilo de pregunta es la circular, que tiene el propósito de explorar los patrones de relación que conectan a cada uno de los miembros de la familia en el sistema.
En todas las metodologías sistémicas se emplea, preferiblemente, una cámara de Gessell, es decir, una habitación dividida en dos por un espejo unidireccional. Por medio del espejo unidireccional, un grupo observador (denominado grupo reflexivo) evalúa la sesión terapéutica que tiene lugar al otro lado del espejo. El grupo reflexivo le proporciona información al terapeuta, por medio de un pequeño micrófono, sobre el desempeño que está teniendo en la sesión terapéutica.
Para terminar esta primera parte, cabe también mencionar, que todas las metodologías sistémicas, también en menor o mayor grado, tienen en cuenta, principalmente, dos de los niveles de codificación o formas de expresión del lenguaje, aportados por Gregory Bateson. Estos niveles de codificación son el analógico y el digital. El nivel analógico, consiste en modelos o analogías expresivas de nuestros sentimientos, como por ejemplo, el tono de voz del hablante, su expresión facial, o también una metáfora verbal. El nivel digital, consiste en la transformación de la información en magnitudes discretas o distintas, por ejemplo, el lenguaje verbal en forma de prosa común. De acuerdo con el enfoque sistémico, cuando un mensaje incurre en contradicción entre sus dos niveles de comunicación (porque cada nivel está transmitiendo una información opuesta con respecto al otro nivel), se pueden producir problemas o trastornos en los sujetos que reciben el mensaje.
Metodologías de investigación y su relación con las metodologías clínicas sistémicas
Existen diversos autores que han intentado ofrecer clasificaciones de las distintas metodologías para investigar la realidad. Algunos de ellos distinguen dos grandes tipos de metodologías y otros distinguen tres grandes tipos. Yo me adhiero a los autores que por lo general detectan tres tipos de metodologías y para este ensayo utilizaré la clasificación de Stephen Kemmis para referirme a dichas metodologías. Kemmis habla de una investigación en tercera persona, una investigación en segunda persona y una investigación en primera persona.
La investigación en tercera persona, se refiere a los individuos investigados en términos de "ellos" haciendo alusión al hecho de que se concibe al investigador como un individuo que busca llegar a una realidad objetiva, completamente fuera de él. Dentro de este tipo de investigación se enmarcan, por ejemplo, las posiciones positivistas y con respecto al enfoque sistémico, este tipo de investigación correspondería a la metodología de primer orden.
La investigación en segunda persona, se refiere a los individuos investigados en términos de "ustedes".
Aunque el investigador se considere como perteneciente a la misma realidad de los investigados, la función del investigador consiste en comprender e interpretar las acciones de los investigados en un determinado contexto.
Las interpretaciones logradas por el investigador (narrativas) son suministradas a los individuos con el fin de, en el fondo, instruirlos acerca de las implicaciones de sus acciones en el contexto estudiado. Como ya se supondrá, en este tipo de investigación se incluyen las escuelas meramente interpretativas o hermenéuticas, algunas tendencias posmodernistas (en el sentido reaccionario y francés del término) y en el caso del enfoque sistémico, correspondería a la metodología de segundo orden reciente. La metodología de segundo orden pareciera estar en un nivel de transición entre la investigación en tercera persona y la investigación en segunda persona, y con más inclinación hacia esta última.
La investigación en primera persona, se refiere a los individuos a investigar en términos de "nosotros". El investigador se concibe no solamente como parte de la realidad de los investigados, sino también como parte de una realidad que es posible transformar en concreto por los sujetos mismos y por lo tanto, el investigador no
solamente interpreta las acciones de los individuos investigados, sino que se compromete a la realización de acciones conjuntas y participativas con los individuos que exponen un problema con el fin de que éste pueda ser superado. Lo más importante aquí son las acciones participativas para la transformación, más que las solas interpretaciones con fines instructivos. A este tipo de investigación no parece corresponder en la actualidad ningún tipo de metodología sistémica.
Algunas limitaciones de los métodos meramente interpretativos
Considerando que el tema de este ensayo apunta hacia la posibilidad de un nuevo giro epistemológico en el enfoque sistémico y sus implicaciones clínicas, se comprenderá que el tema hace alusión a la posibilidad de dar un nuevo giro con respecto a la metodología de segundo orden reciente, y que dicho giro se encamine por la posibilidad de una correspondiente, en el enfoque sistémico, de la investigación en primera persona.
Una tarea que en este ensayo no puedo dejar como asumida, es la de señalar algunas limitaciones propias de la investigación en segunda persona y por lo tanto de la metodología de segundo orden reciente. Esto ayudará a aclarar además, las diferencias que existen entre la investigación en segunda persona y la investigación en primera persona, ya que es desde este último tipo de investigación que señalo las limitaciones de la investigación interpretativa.
La investigación interpretativa, concede participación a los individuos investigados y al investigador, cuando afirma que son ellos los que crean los constructos lingüísticos y sociales que constituyen la realidad. Pero al no reconocer la necesidad de realizar un consenso deliberado y equitativo de valores y discursos, como lo propone por ejemplo Habermas, esta investigación no es participativa en tanto falta el consenso.
La necesidad de la realización de consensos en las investigaciones radica en dos puntos. El primero de ellos señala que las "participaciones" que realizan los individuos en la construcción de la realidad, por lo general no son equitativas y por lo tanto implican relaciones de subordinación entre los individuos.
El segundo punto hace referencia al hecho de que, si bien, cada individuo aporta en menor o mayor grado a la construcción de la realidad, o cabría decir más bien, aporta de manera más o menos activa a dicha construcción, el individuo puede tener una percepción distorsionada de la realidad a la que el mismo contribuye a construir. Esta distorsión del individuo se debe precisamente a su "participación" no equitativa en la construcción. De esta forma, una narrativa puede ser distorsionada independientemente del hecho de que sea dominante o no, ya que el carácter prevaleciente o común en un contexto particular, que le da el estatus de dominante a una narrativa, por lo general se debe a la presencia de relaciones subordinación (relaciones que deben ser consideradas en un sentido más estricto, serio y profundo de lo que lo pueda hacer el post-estructuralismo) y no al consenso equitativo de valores. Considerando lo anterior, es palpable el hecho de que simplemente poniendo en evidencia narrativas no dominantes, que aunque ayuden a reconsiderar un determinado problema, no se garantiza que todas las narrativas participen en forma equitativa en la resolución del problema, ya que la reconsideración de las narrativas no dominantes puede realizarse de tal forma que permitan resolver un problema y al mismo tiempo se conserven relaciones de subordinación entre los individuos portadores de narrativas.
La consecuencia es que los problemas debidos a la subordinación entre individuos persisten.
Lo que le concede a una narrativa un mayor o menor grado de distorsión, es el hecho de que entre más halla sido, dicha narrativa, el resultado de un consenso equitativo, menos distorsionada será.
Posibilidad de un giro epistemológico en el enfoque sistémico
Dado que en el enfoque sistémico la cibernética de segundo orden motivo, posteriormente, la consideración de la realidad como co-construida por significados lingüísticos, consideró que el paso siguiente sería el intentar hacer un esfuerzo encaminado a reconocer la posibilidad y necesidad de un entendimiento lingüístico equitativo y deliberado que permita llegar a una coordinación de acciones, en un sistema, encaminadas a la superación de un problema.
De esta forma, estoy a favor de una posible impronta de la teoría de la acción comunicativa de Habermas en el enfoque sistémico, con miras a desarrollar una práctica clínica participativa.
Esta propuesta no esta tan lejos de la posición de ciertos teóricos de sistemas que ya están trabajando en un proyecto de cambio epistemológico con miras a un mayor acercamiento a escuelas de investigación acción. Me refiero a los trabajos del sistémico Chekland y de los investigadores participativos Levin y Reason que fueron presentados en el "VIII congreso mundial de convergencia de investigación participativa" por parte de Robert flood director del centro de estudios de sistemas de la universidad de Hull del Reino Unido.
Estos investigadores proponen un giro epistemológico hacia la epistemología holística extensa de Reason, mientras que yo por el momento, para el caso del enfoque sistémico clínico de la psicología, lo propongo hacia la teoría de la acción comunicativa, ya que ésta teoría, es un modelo lingüístico al igual que el construccionismo social y esto facilitaría el giro epistemológico.
Entre la epistemología extensa de Reason y la teoría de la acción comunicativa, existen muchas semejanzas.
Esto me da la confianza de ir en una misma dirección. Las semejanzas entre la teoría de la acción comunicativa y la epistemología holística, se pueden ligeramente advertir, si recordamos, que la epistemología holística de Reason propone la integración de los mundos fisico, biológico y social, en nuestros pensamientos y acciones, reconociéndose, la especificidad del mundo físico y la especificidad del mundo social. La especificidad del mundo físico consiste principalmente en la presencia de relaciones sencillas de causa-efecto, mientras que la del mundo social consiste en la presencia de experiencias y diferencias propias de este mundo.
La especificidad física no debe monopolizar completamente al mundo social, ni la especificidad social debe monopolizar al mundo físico. Por su parte, la teoría de la acción comunicativa, propone el consenso entre un mundo objetivo, un mundo intersubjetivo y un mundo subjetivo, conservándose, enriqueciéndose y complementándose, la especificidad propia de cada uno de estos mundos.
Implicaciones en la práctica clínica
Se ha llegado el momento de responder a las implicaciones prácticas que tendría el giro epistemológico aquí propuesto.
Empezaré por recordar que si bien, las metodologías interpretativas, admiten una realidad resultante de una construcción colectiva de significados, las metodologías participativas dan un paso más al considerar que también las autocomprensiones de los sujetos con respecto a su realidad pueden estar distorsionadas. De esta forma, en la metodología participativa, no se trata de tan solo determinar que narrativas son dominantes o no en la significación de un problema, sino que además, se intenta determinar que narrativas son distorsionadas y cuales no. Dentro del grupo de narrativas dominantes, pueden haber narrativas distorsionadas y no distorsionadas; lo mismo puede suceder con el grupo de narrativas no dominantes.
Como se verá en lo que sigue, las ventajas a nivel práctico, de la clínica sistémica, para la incorporación de aportes metodológicos habermasianos a dicha clinica, están en el uso de la cámara de Gessell y en el trabajo de un grupo externo a la situación terapéutica.
La primera implicación clínica que tendría el reconocimiento del giro epistemológico aquí propuesto, sería la necesidad de realizar lo que Habermas denomina "organización de la percepción" que consistiría para el caso del enfoque sistémico, en un proceso de análisis colectivo de las interpretaciones que se realizaría con los sujetos investigados, el terapeuta y con observadores externos que en este caso sería el grupo reflexivo situado detrás de la cámara de Gessell en las primeras etapas de la terapia. Lo que se pretende es realizar con todos los participantes una negociación o consenso de interpretaciones con el fin de determinar narrativas no distorcionadas.
Otro paso más que da la metodología participativa con respecto a la interpretativa, es la gran importancia que se le otorga al hecho de que muchos problemas surgen por la frustración de acciones debido a limitaciones sociales dadas por relaciones de opresión y no solamente por narrativas dominantes. Esto mismo puede ocurrir en un grupo como es la familia.
Por lo tanto, una vez identificadas las narrativas distorsionadas y no distorsionadas en la metodología participativa, el siguiente paso es la realización de un plan estratégico de acciónes participativas (es decir, con la inclusión e igual participación de todos los integrantes mencionados en la "organización de la percepción") con miras a la superación de los problemas.
De esta modo, en la posible metodología participativa sistémica, no se trataría, como sucede en la metodología de primer orden, del hecho de que el terapeuta introduce una serie de tareas en la familia para superar ciertos "juegos interaccionales" de alianzas y coaliciones, sino que se trataría del hecho de que las tareas son introducidas por todos los participantes fomentándose de esta forma la conversión de relaciones verticales en horizontales al interior del mismo grupo intervenido.
La metodología participativa sistémica conduciría, además, a la consideración de problemas que surgen no solamente por una ambigüedad entre un nivel de lenguaje digital y otro analógico o por el predominio de narrativas dominantes en la significación de un problema, sino también, por la presencia de narrativas distorsionadas, por la presencia de relaciones verticales en un grupo que no necesariamente se deben a la presencia de coaliciones en una familia y por la presencia de limitaciones sociales que frustran las acciones del sistema. La metodología participativa sistémica en tanto consensual y fruto de un recorrido por las distintas metodologías de investigación, integraría el conocimiento y las experiencias metodológicas que ha adquirido el enfoque sistémico desde sus comienzos en la epistemología cibernética de primer orden y en las formulaciones de Gregory Bateson, hasta, precisamente, su consolidación como metodología participativa.
Bibliografía
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Habermas, Jurgen. Conocimiento e intereses humanos. Madrid, ed. Taurus, 1982.
Habermas, Jurgen. Teoría de la Acción Comunicativa. Madrid, ed. Taurus, 1987.
Kemmis, Stephen. Mejorando la educación mediante la Investigación Acción, en: La Investigación Acción Participativa: inicios y desarrollos. Comp. María Cristina Salazar. Ed. Popular, 1992.
Wittezaele, J., García T. La escuela de Palo Alto. Barcelona, ed. Herde, 1994.
sábado, 31 de enero de 2009
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